domingo, 16 de febrero de 2014

El tío Aníbal

Se murió el tío Aníbal. "El mejor de los Mesa", dijo mi papá.  Que no es que sea difícil, pero tampoco fácil.

Los tíos paisas son seis, y teniendo en cuenta que hay hasta a una monja, la expresión de mi papá no deja de ser cierta.

Era muy creyente, que no es que sea una virtud en sí misma, pero vivía su fe en serio y sin joder a nadie, que, si van a ser católicos, es como los prefiero.  Era un tipo de esos que aman la familia y tiene (y construyó) una muy linda.  Sabía de todas las cosas, era muy querido, nunca lo vi bravo, era charro y simpático, y era el huevo aglutinador de la familia, el que nos reunía.  Además se murió habiendo dejado de ser uribista y eso ya me suena casi a milagro y conversión.  Creo que el único defecto que tenía es que si uno le preguntaba cualquier cosa se exponía a no terminar nunca esa conversación y a veces uno quería hacer otras cosas.

Le dio cáncer de páncreas que es uno de los cánceres más agresivos que hay.  Él mismo, médico patólogo, cuando hace dos años recibió la noticia y se hizo lo que había que hacerse, dijo un día a la hora del almuerzo sin levantar la mirada del plato: "la supervivencia de este cáncer después de 3 años es del 30%...".  Nadie dijo nada.  Pésimas estadísticas.

Y no se quería morir.  El cáncer le ganó a punta de fuerza porque él no se rindió o no nos dejó saber si lo estaba haciendo.  Y tenía razón en querer vivir más porque no solo estaba joven sino que además se gozaba la vida y pasó muy bueno.  Si la vida no es por lo larga sino por lo intensa, también en eso les ganaba a sus hermanos y entonces habría que decir que se murió el mayor de los Mesa.  El mayor y el mejor.

"Juntate con los inquietos", fue el único consejo que me dio.  Ahí quedó a medio armar un tren de juguete de los que echan humo y hacen bulla.  Eran su obsesión.

Fe de erratas: donde dice que había dejado de ser uribista hay que decir que me informa la esposa del tío (Mayté) que estoy mal informada y que él iba  a votar por él para el senado. Así que por mí al tío siempre le corresponde un poquito de limbo antes de ascender a los cielos.