sábado, 17 de diciembre de 2011

El príncipe de las mareas

"Hay familias que viven toda su vida sin que les pase una sola cosa interesante, siempre he envidiado esas familias"

Familias que sobreviven juntas.  Siendo la vida tan frágil como es - no hay sino que ver cómo se muere la gente con solo caerse, por ejemplo - resulta sorprendente su resistencia a cosas mucho peores; causarían menos daño los maltratos si simplemente uno se muriera de eso.

Creo que la escena que más me gusta de esa película (estoy hablando de una película, la que lleva por título en español el mismo de esta entrada) es la que recuerda uno de los cumpleaños de los gemelos Tom y Savanah.  La mamá, Lila, está terminando la torta y poniendo las velas, mientras llama a su marido para que celebre con ellos y cante el feliz cumpleaños para los niños.  Él responde que no puede porque está viendo televisión y ella, brava, le apaga el aparato y le dice que tiene que participar de la celebración.  El marido la toma del brazo y la arroja al piso diciéndole que le vuelva a prender el televisor, a lo que ella responde que no.  Ahí empiezan a gritar los gemelos: Savanah le pide a la madre que no pelee con el papá y que mejor le vuelva a prender el televisor mientras Tom la agarra para que no intervenga.  En ese momento se ve a Luke, el hijo mayor, saliendo de la habitación en la que todos gritan.  La escena que sigue muestra como estalla el aparato con un tiro de escopeta mientras Luke, que ha vuelto cargando el arma, le dice a su papá "el televisor está dañado, hijueputa, ahora puedes ver como tus hijos soplan sus velas".

Luke, que es tal vez del hermano que menos se habla en la película, es mi personaje favorito.  Me hubiera gustado tener un hermano así.  Es la necesidad de un héroe para cada villano.  Él está muerto en el momento en el que transcurre la narración... muerto de eso, de héroe.  Tom es el verdadero sobreviviente, el que tenía más herramientas para administrar la disfuncionalidad de su familia, pero no es el héroe... es práctico y lo práctico consiste en hacer concesiones que pueden resultar más onerosas a veces que las grandes gestas del héroe.  Como por ejemplo seguir vivo cargando con todo lo que le ha pasado.  Savanah, que apenas si está viva, ha intentado suicidarse por lo menos 3 o 4 veces.  Las mejores herramientas que tiene Tom para lograr evadir con éxito el peso de la carga que lleva son el humor y el cinismo, pero de tanto hacerlo ya se ha vuelto un hombre casi patético.

La película me parece muy dura.  Lo que hace que uno se distraiga y no llore más son esas uñas eternas de Barbara Streisand que ella manipula con maestría intentando doblar lo menos posible las falanges.  Ella, que es quien dirige la película y que según cuentan es perfeccionista hasta la neurosis mete un texto que probablemente no estaba ahí, cuando Nick Nolte (Tom) le lanza un balón de fútbol americano: ¡mis uñas!  Si no se las iba a cortar debió darles algún parlamento.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Boccherini

No me gustaba ir a la finca de Ana.  Ella era una niñita malcriada que no tenía ni idea de ser anfitriona y que además contaba con unos papás ultimizos, a los que su nacimiento tomó por sorpresa; ya tenían tres hijos hombres, el menor de ellos le llevaba 10 años.  Unos padres demasiado viejos y cansados para corregirla o enseñarle como tratarme o como tratar a los demás con la consideración que hay que tenerle a cualquier persona.
Y yo era muy educada y, sobre todo, muy boba, como para exigir una cama para mi sola, por ejemplo, aunque su cuarto tuviera una cama para ella y otra adicional que se guardaba debajo de la suya.  Dormíamos juntas y ella, que me llevaba como 10 centímetros, se apoderaba de casi todo el espacio y de todas las cobijas.  Yo dormía al borde del precipicio y muerta de frío.  Jugábamos lo que ella quería jugar, íbamos a donde ella quería ir, molestábamos a los hijos de los agregados por la ropa que usaban o cualquier otra estupidez de ese estilo porque ella no conocía la caridad y porque yo, que sabía que eso estaba mal hecho, no conocía el carácter.
Tenían una pastor alemán brava que se llamaba Toña y que una vez me mordió en la cintura jugando la lleva... no me mordió duro, fue una bobada, pero estoy segura de que en otra casa me hubieran tratado con más consideración debido a ese mordisco.  No, allá me indicaron que era mejor que no corriera porque asustaba a la perra.
Pero lo que más pereza me daba de ir a esa finca no era eso o que no hubiera ni piscina ni televisor (dos cosas que a mí a esa edad me parecían imprescindibles en una finca de tierra caliente).  Lo que a mí más jartera me daba era que en esa finca las duchas eran eléctricas.  Uno se metía solo y sin la adecuada capacitación a subir la cuchilla (break o breque) y a enfrentarse con una instalación más bien deficiente de ese aparato.  No creo haber quedado bien bañada nunca en esa finca.  Me metía con una toalla que yo juraba incapaz de conducir la electricidad y con esa herramienta abría y cerraba la llave de la ducha muerta del pánico de morirme electrocutada y empelota en una finca llena de desconocidos hermanos mayores.  Una tortura.  No sé por qué seguía yendo y fui muchas veces.
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Cuando mi papá me dijo que me iba a hacer un regalo y fui a verlo, supe que no podía vivir en un sitio que tenía instalada una ducha eléctrica llena de cables alocados con remiendos de cinta aislante.  Yo, que me dejé crecer el carácter, le dije a mi mamá que viviría un tiempo en ese apartamento, pero que si no era capaz de hacerlo agradable para mí lo vendía y me iba para otro lado, con mucho pesar de la decepción que eso pudiera causarle a mi papá.  Entre otras cosas le puse unos muebles que me gustan, le cambié el color a las paredes, puse mis cuadros y mis cosas e hice la instalación del gas que la empresa de la ciudad demoró dos meses y medio y que hoy, parece que por cuenta de sus imprevisiones, no sirve... no hay.

Pero no importa, parece que el carácter se fortalece a punta de agua fría.  Espero que salgamos hechos unos monstruos caractudos los manizaleños después de todo esto, solo así habrá valido la pena.

Y este es mi mensaje de paz y amor para esta navidad.  Sigue un villancico:

Noche de paz....

martes, 8 de noviembre de 2011

La leyenda de lo que somos

En este blog tengo varias entradas en las que critico ciertas actitudes manizaleñas que me parecen típicas y en diferentes escenarios he hecho comentarios sobre lo mismo: somos muy pinchados, vivimos pendientes del qué dirán, somos expertos en crear y mantener apariencias, entre otras cosas... cada que hablo de eso, con mucha calma, salen algunos personajes a recordarme que aquí también hay gente tranquila y sencilla, putas y maricas que no se esconden y que, en definitiva, es imposible que la ciudad, toda, sea de equis o ye manera. La leyenda se construye sobre exageraciones que de tanto ser repetidas no solo parecen ser ciertas sino que aparecen como la norma.  Yo, y todos, hemos hecho nuestra contribución en ese sentido.

No quisiera armar otro debate, otro foro, otro conversatorio para encontrar la "identidad del manizaleño", porque a veces parece mucho - demasiado - el tiempo que le dedicamos a conocernos y saber quiénes somos; solo quisiera que cuando hablemos de eso, de lo que somos, nos reconozcamos todos.

Pero como eso ha parecido unirse a nuestras desgracias de estos días y se ha dicho que si no protestamos es por creídos, pues uno se pone a revisar el asunto:  ¿por qué no protestamos? ¿será cierto que no lo hacemos?

1. Sí hemos protestado.  Pocos y tal vez menos de lo necesario, pero lo hemos hecho.  Creo que ha faltado visibilidad de esas protestas y con eso me refiero a los medios y específicamente a La Patria que, en mi opinión, ha debido darle más espacio a las voces de los manizaleños como se lo dijimos a @fernalonso, su editor, hace algunos días en twitter.  Como respuesta a eso abrimos un blog que el primer día contaba con 19 entradas de personas que no se querían quedar calladas (manizalessinagua.blogspot.com).  Se han organizado protestas, marchas y plantones.  Insisto en que el gesto político de orinar la Alcaldía es poderoso, pero eso no tiene trascendencia si no sale en ningún medio y menos si el gesto no se entiende.  Nuevamente, el llamado es al periódico de casa.

2. Sí hemos tenido disturbios.  Pero me pregunto, ¿tendremos que asesinar a alguien para que se sientan satisfechos quienes azuzan revoluciones? ¿tenemos que linchar al Alcalde para parecer seres humanos civilizados que se indignan y se duelen con lo que sucede?  En la entrada anterior a esta me preguntaba qué debemos hacer para protestar.  Concluyo que son importantes dos cosas: a) marchas, plantones y manifestaciones pacíficas que muevan la opinión pública, para lo que es importante que sean numerosas y que por lo tanto deben ser convocadas por todos: medios, universidades, sociedad civil, en fin... muchos entes importantes se han quedado muy callados y b) utilizar los mecanismos legales de participación y los que sean necesarios para exigir a los responsables que paguen las consecuencias de sus actos si es que se demuestra que la tienen.  Tampoco podemos los manizaleños andar juzgando por derecha al Alcalde y a los de Aguas de Manizales por muy evidentes que sean sus faltas, para eso hay mecanismos legales.  No sé si es porque esperamos a que sucedan estas cosas por lo que nos llaman cobardes ya que casi nunca terminan en nada, pero entonces reclamo la valentía de los que nos alientan a la guerra: vengan y háganla con nosotros... todos, sobre todo los que han partido, que tienen tan clara esta sociedad y que antes que quedarse a proponer cambios para todos se van para donde sea mejor para ellos.  Cada uno que haga sus propios exámenes de conciencia porque yo no quiero señalar a nadie, hay unos que desde lejos ayudan más que otros que están acá.

Por otro lado, ¿por qué no protestamos más?

1. Hay cosas más urgentes que protestar.  Sacar a la gente de los escombros, ir por agua.  Lo dijo @jdlaverde en El Espectador y es así de contundente. Alguien más dijo "La gente no se ha rebotado porque de todas estas montañas sale un chorro de agua", lo que pasa es que hay que ir por ella.  La famosa frase del Alcalde "agua sí está llegando, solo que de otro modo" hubiera podido completarse con un "y así los tenemos ocupados".
2. Somos mansos... tal vez es la contradicción a todo esto que digo, pero sí, tenemos un carácter tranquilo... que no es exclusividad nuestra.  No sé si sea por ser un país en las montañas que se apega a la institucionalidad no porque le crea, sino como respuesta a tantos años de una guerra que no acaban y de una guerrilla sin sentido.  O ¿cuál es la gran revolución civil colombiana a tantos otros ejemplos de corrupción y tantos robos que nos han hecho?
3. ¿Porque no han llegado las facturas?  Me sigo preguntando qué pasará cuando lleguen y por qué no llegan.

Amanecerá y veremos.

Dicho todo eso, algo de la columna de Héctor Abad me gusta: disfruto sabiendo que la lee el Alcalde y toda la dirigencia manizaleña que sí pertenece a esa clase que él describe, me gusta que nos digan ese pedacito de nuestra verdad con tanta inquina y tanta rabia... qué importa que sea exagerada, eso pica donde tiene que picar... y hemos dado el papayazo perfecto para que nos digan todo eso que nos acaban de decir: "vio, eso les pasa por creídos, aterricen y sacúdanse tantos idiotas de apellidos dignos que los dirigen, hagan algo, ¿quién lo quiere liderar?".  Es una columna para lograr un efecto, él quiere que hagamos algo, pero en eso también se queda corto.  Parece que nadie sabe cómo se hace la revolución, pero todos esperan que nosotros seamos el conejillo de indias.

Mientras tanto, mañana habrá una marcha por los muertos de Cervantes a las 6 de la tarde que saldrá de la facultad de arquitectura, la gente recoge donaciones, plata, alimentos, ropa; son muchas las muestras de solidaridad y de gente movilizándose por los demás... hay mucha gente hablando menos y haciendo más... los que hablamos tanto sobre la leyenda de lo que somos, hablemos de eso.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Sin agua

No sé ni qué pensar de la reacción de Manizales ante la falta de agua.

Carrotanques, baldes, pastillas potabilizadoras, nacimientos, colas interminables de personas, porrones en todas las esquinas, gente que trae agua de Pereira y la vende en cualquier calle, alguna que otra reacción astuta como la de inventarse un incendio para hacer llegar un carro de bomberos; 4 marchas y un plantón más o menos permanente al frente de la alcaldía que el primer día de llamado orinó esa institución.

El Alcalde sentencia que "el agua sí está llegando pero de otro modo" y el Gerente de Aguas de Manizales nos revela que "el mundo no se acaba en Chinchiná" para explicar la decisión de invertir en un negocio en Perú antes que en la reparación de la Planta de Niza.  Y a mí solamente esas dos frases me dan ganas de irles a decir que les quedó faltando una pela cuando estaban chiquitos para que aprendan a hablarle con respeto a esta ciudad.  Ese no debería ser su tono ahora, insultando la inteligencia de la gente que se da perfecta cuenta de que hay algo que no hicieron bien por más justificados que pretendan estar.

Luego de 14 días sin agua parece que ya nos acostumbramos a esta nueva realidad, rápidamente nos hicimos a la idea de que en nuestra cotidianidad tenemos que separar unas horas para volver a llenar los baldes, hervir el agua durante 15 minutos antes de poderla usar para cualquier cosa, lavar la ropa donde unos amigos en Villamaría, bañarnos bien cada 3 o 4 días, comer solamente cosas que no requieran mucha preparación e intentar dominar el cuerpo para poder entrar al baño el menor número de veces posibles.

Y hay algo que no hemos podido encontrar: el tono y la forma de la protesta.  Tenemos todo el derecho de exigir soluciones y responsables, pero no sabemos cómo hacerlo.  Nos quedamos reflexionando sobre si orinar la alcaldía está bien o no... a mí, que el gesto me encantó, me sorprenden mucho - y me alcanza a dar una rabia sin sentido - las opiniones de personas cercanas a mí a las que eso les parece muy incivilizado y me pregunto qué es entonces la civilización... yo que estuve ahí y que pude leer esa reacción como un acto lleno de sentido en una ciudad que no tiene cómo entrar al baño, me encuentro con personas que aunque están igual de bravas que los demás tampoco saben cómo reaccionar, pero que tienen claro que así no... yo no sé, pero me parece que nos pasamos de bien educados.  Mugrosos, pero obedientes y bien comportados.  Tal vez me paso de impulsiva, puede ser.

Ayer en el Concejo se discutió el cobro del cargo fijo de la próxima factura y nos enteramos de que solo se puede suprimir con un aval de la Superintendencia de Servicios Públicos.  De lo contrario, no... pero ni un qué pena con ustedes... no, a los manizaleños lo que nos toca es entenderlo todo, comprenderlo todo, aceptarlo todo, como una esposa maltratada que se aguanta porque qué más puede hacer, porque hacer lo que hay que hacer es más doloroso... decirse la verdad, se dejó joder.

Dudo mucho que los señores de Aguas de Manizales estén imprimiendo esas facturas por ahora, pero en algún momento tendrán que llegar... y yo no sé qué esperar de esta ciudad.

lunes, 31 de octubre de 2011

¿Para qué sirve Twitter?


Imagine que tiene la oportunidad de estar en una sola calle con TODO EL MUNDO… ok, imagine que no es tanta gente, solo algunos, pero incluya ahí a todas las personas a las que usted quisiera oír hablar: bien porque le interesa su opinión sobre los temas coyunturales, bien porque hablan sobre su área de interés específica o porque son personas cercanas a usted de quienes quiere conocer su opinión respecto de asuntos variados.

En twitter se conversa de manera abierta, transparente y horizontal sobre todos los asuntos que quiera imaginarse… es la exposición máxima de las ideas e intereses de los demás y, en un mundo de coincidencias y diferencias, puede acercarnos a personajes con los que jamás pensamos que pudiéramos tener la oportunidad de conversar.

En esa calle imaginaria, usted tomará la decisión de ser un personaje activo o pasivo… como en una mesa en la que algunos lideran la conversación y otros observan lo que sucede a su alrededor… pero también puede proponer temas, participar de todas las conversaciones que le interesen y encontrar de esa manera otras personas que estén de acuerdo con usted o que, aunque no lo hagan, podrán aportarle algo de perspectiva a su punto de vista.

Encontrará también las mismas limitaciones que tienen las relaciones humanas en otros escenarios, porque eso es twitter sobre todo, un escenario en el que convergen muchas personalidades diferentes, así que encontrará ironía, irreverencia, verdadero interés, personas simpáticas y amables así como su contraparte… el tono y la manera de participar se entrena y se perfecciona haciéndolo, entrando en las conversaciones.

Puede ser verdaderamente adictivo si a Usted le gusta relacionarse con los demás y no teme exponerse y exponer su punto de vista, e incluso, si solo quiere entrar a mirar puede conocer su faceta más voyerista porque siempre es bueno espiar a los demás.

(Mi hermanita me pidió este texto para su página de dermatólogos y lo cuelgo aquí por si acaso...)

viernes, 14 de octubre de 2011

León

En el colegio me daba mucha pena decir que mi abuelo se llamaba León.  Mi abuelito todavía se llamaba 'abuelito' cuando me enteré de que había un animal que era el león... después de eso supe que él se llamaba como ese animal.  A mí eso me parecía fuera de todo orden y absolutamente vergonzoso.  Así que yo no decía nunca el nombre de mi abuelito y, había que dar gracias, casi nunca me lo preguntaban.  Una vez la madre superiora del colegio en el que estudiaba me preguntó delante de mis compañeritas que si mi abuelo era León Villegas Toro; yo le contesté que no... ella me miró y me preguntó otra vez que si mi abuelito no era el dueño de la papelería Veyco, Don León Villegas Toro y yo volví a contestar que no entre desesperada y humillada.  Ella insistió por tercera vez y yo negué 3 veces a mi abuelo ese día antes de que cantara el gallo.  Me daba pena con mi abuelo detestarle el nombre y avergonzarme de eso, pero mi problema no era con él, era personal: me hacía sentir incómoda, distinta, cursi, perteneciente a una familia que tomaba decisiones de mal gusto.  Cuando uno está en kinder estos problemas son muy serios.
Luego aprendí a burlarme de mis "defectos" antes de que lo hicieran los demás.
Maria Paula Jaramillo me preguntó ese día, como 9 años después, el nombre de mi abuelito para despedirse apropiadamente:
- Tigre.
Me miró con cara confundida mientras yo le devolvía una mirada seria pero tan directa que la hizo sospechar, así que fue a preguntarle a mi mamá:
- Pilar, ¿cómo se llama tu papá?
- León.
María Paula se devolvió muy seria hasta donde mi abuelo mientras yo insistía que ese sí era su nombre a las carcajadas:
- Hasta luego, que esté bien.
Graciosos Don Bernardo Villegas y Doña Camila Toro a quienes se les ocurrió ponerle nombre de fiera a una persona que tendría que llevar, además, otra en el apellido.  Y así salió.  Siquiera nunca se enteró de que en kinder yo no tenía carácter.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Como colgarse una cartera

Yo tenía 15 años.  Mi mamá estaba planchando:
- ¿Tú no te quieres casar?
- Yo no me quiero casar con nadie que no sepa si me gusta como hace el amor.
- Cuando hay amor eso funciona.
- No, si eso fuera siempre así no habría terapias sexuales para parejas.  Yo creo, mami, que lo mejor es que no esperes que yo tome ninguna decisión como las que todo el mundo toma.
Después, pasé otro montón de tiempo explicando eso mismo.  Buscando otras palabras para tratar de decir que no me gusta que me determinen el camino.  Porque la adolescencia es esa rebeldía sin sentido para justificar las bobadas que uno hace.  Porque la gente siempre espera que uno se adapte.
Ahí está pintada Ana María.
Aunque yo siga pensando igual, la situación externa de tener, por ejemplo, un marido es lo que la gente necesita verle a uno chilinguiado del cuello para pensar que ya lo convencieron.
Pero a los 37 ya no me quiero justificar.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Yo estoy con Manizales

Ayer estuve en una reunión con algunas de las personas que están realizando el trabajo de planeación estratégica para esta ciudad y que se llama "Estoy con Manizales".

Me parece un trabajo muy serio el que han realizado.  Desde hace dos años (2009), la Secretaria de Planeación Municipal de la época Luz Adriana Trujillo, recogió los resultados de un ejercicio previo de planeación, juntó a 30 personas de todos los sectores de la ciudad, de TODOS y, como dice Maria Leonor Velásquez, empezaron a conversar... a conversar seriamente, es decir, a escucharse y a decirse algunas verdades sobre la ciudad.

De ahí salió un análisis sobre lo que somos, que a mí me parece muy ajustado a la realidad: ahí dice que la ciudad ha tenido durante muchos años una visión de corto plazo, donde las acciones tienen un impacto mínimo sobre las condiciones de muchos manizaleños por lo que la ciudad se ha vuelto resignada porque aquí "no pasa nada, de nada y ni para qué intentar", esto ha resultado en una pobre mirada a la educación (y la cultura y el deporte) ya que estas son inversiones de largo plazo, que no generan muchos votos; es por eso que los gobernantes que hemos tenido privilegian la infraestructura, que es el punto sobre el que convergen políticos y contratistas y que últimamente define el panorama político de todas las ciudades.  Ese asunto de inequidad en la educación (es decir, que muchas personas no tienen acceso a esta o no concluyen sus estudios) es lo que se ha definido como una de las"trampas de la pobreza": un padre de familia que no terminó el colegio y que ahora se dedica a una labor poco calificada y mal remunerada no tiene los recursos suficientes para garantizar la educación de sus hijos, por lo tanto es altamente probable que sus hijos no terminen el colegio y así, generación tras generación; eso hace que haya una fragmentación social en la que cada uno debe velar por sus propios intereses porque para qué interesarse por lo colectivo si lo colectivo no le representa ningún provecho personal y se vuelve caldo de cultivo de la ilegalidad y la corrupción que, como nos informan los periódicos de los últimos días, tiene por el cuello al departamento y a la ciudad.   La economía cafetera, que nos enseñó que todo lo que se produce se vende, nos generó una aversión al riesgo que también ha afectado nuestra capacidad de innovación y nuestra creatividad.  Manizales no es una ciudad abierta al cambio que prefiere no explorar en el territorio de lo nuevo.  Estas cosas redundan en ausencia de buenas oportunidades laborales que sean bien remuneradas, lo que hace que mucha gente joven se vaya a otras ciudades a buscar trabajo y a lograr las metas que se proponen.

Por supuesto no hay que generalizar: están los que se quedan, los que quisieran volver, hay gente creativa, hay diversidad (por todas partes), hay gente que quiere que las cosas cambien, hay gente que piensa esta ciudad con alcance.  Hay con quién trabajar.  Tenemos también una cantidad de fortalezas: tenemos el paisaje cultural cafetero, experiencia exportadora y vocación industrial, tenemos una imagen de ciudad culta y educadora, somos reconocidos como una ciudad con buena calidad de vida y estamos llenos de buenas personas... esas nos tenemos que poner a trabajar.

Ese proceso, que es participativo, comenzó con este grupo de 30 personas, pero pretende involucrar todos los días a más gente e ir sumando voluntades que se comprometan con trabajar por un propósito común para la ciudad:

Visión Manizales 2032
En el 2032 Manizales es un territorio amable que se identifica por el bienestar de sus ciudadanos, que se piensa y se construye respetando las diferencias y se gobierna bajo principios éticos y democráticos.

Qué bueno una ciudad donde cualquiera quisiera vivir, cualquiera. La visión que cito tiene otro texto que transcribo a continuación y que dice cómo lo lograremos: ... resultado de un desarrollo sostenible con énfasis en la educación sobresaliente , la cultura, la participación ciudadana, la integración estratégica con la región, la innovación, el emprendimiento, el aprovechamiento de su riqueza natural y el reconocimiento de su patrimonio.

De este trabajo han salido varios Proyectos Estratégicos que Manizales tiene que realizar (acciones concretas) para ser en el 2032 una ciudad en la que cualquiera quisiera vivir:  lograr la sostenibilidad del plan (Manizales a largo plazo), educación con calidad como propósito fundamental, apuestas económicas y de inversión validadas frente a la oferta y la demanda, articulación del plan estratégico de ciudad con el plan de ordenamiento territorial y el plan de desarrollo, construcción de un hito urbano que sea símbolo de esta transformación, fortalecimiento de la cultura ciudadana y rescate de la familia como factor de protección, emprendimiento social, apuestas productivas, entre otras.

¿Por dónde se propone comenzar?  Por el tema que, tantas veces se ha concluido, es el factor principal del desarrollo: La Educación.

Por lo tanto, este grupo de personas nos convocan ahora a todos los manizaleños para que hagamos un referendo y votemos a finales de octubre el siguiente postulado: Yo me comprometo a hacer de la educación lo más importante en mi familia y mi ciudad y voto para que la calidad de la misma sea la prioridad en las acciones púbicas y privadas como motor del desarrollo equitativo en Manizales.

¿Qué opinan los candidatos a la Alcaldía sobre este tema? Hoy les pregunté.  Me preocupa que Manizales se movilice y pida con claridad que la educación sea una prioridad y que quien gane las elecciones no esté de acuerdo con las conclusiones o con este trabajo de planeación estratégica.  Este es un proceso sin colores partidistas, pero todos los candidatos han sido enterados de todo lo que les estoy contando.  Esto fue lo que contestaron:

Así que no pueden jugar con la esperanza de esta ciudad, todos lo dicen, se comprometen con el Plan Estratégico de Ciudad.  Aquí tienen que empezar a pasar cosas, porque como decían ayer en la reunión, para cambiar los resultados no basta con cambiar las acciones, hay que cambiar también la manera de ver los problemas.  Este es un problema de todos, todos nos tenemos que dejar tocar y todos tenemos que trabajar por este propósito común de ciudad.

Los invito para que sigan la cuenta en twitter de @EstoyconMzles, o el perfil que tienen en facebook o para que se registren en manizales2032.ning.com, a través de esas tres herramientas pueden participar por Internet, también para que vayan a los foros, para que le cuenten a otros, para que todos sepamos y participemos de la construcción de una ciudad que nos acoja, una ciudad que construyamos todos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ejecutivos

Cuando llegué a las 2 de la tarde encontré al dueño y gerente de la empresa en la que trabajaba en ese entonces gritando en uno de los corredores:
- ¿Ese es todo el aporte que Usted puede hacer? ¿Esa güevonada es todo su aporte? ¿Usted es Gerente de Mercadeo de esta empresa para decir güevonadas como esas?
Así siguió por 15 minutos, tomando aire, caminando desde la puerta de esa oficina hasta la suya, que quedaba muy cerca, como pensando "qué más le digo a este idiota" y cuando encontraba una nueva manera de decir lo mismo que ya había dicho, se devolvía como impulsado por haber encontrado un nuevo énfasis para la palabra "güevón", mientras un adulto de unos 45 años, profesor universitario, casado, con 3 hijos pequeños, lo escuchaba desde adentro de su oficina, de pie, detrás del escritorio, con la mirada puesta sobre algunos papeles, intentando parecer ocupado y no estar prestando mucha atención. Tal vez si lo hubiera mirado a la cara directamente mientras el otro lo insultaba no hubiera sido tan evidente que se sentía humillado.
Fue mi jefe hace 10 años durante 8 meses y esa fue la única vez que me pareció insensata su reacción.  Cuando pasaba por mi oficina al ver el permanente estado de desorden de mi escritorio me decía "no tienes por qué tener tantos papeles sobre el escritorio, papeles sobre el escritorio están esperando una decisión".  No lo volví a ver jamás, pero la imagen de ese día a través del vidrio de su oficina nunca se me olvidó.  La semana pasada Andrés se suicidó.

martes, 20 de septiembre de 2011

Mi manual de estilo en Twitter

Esta entrada corre el riesgo de sonar muy pedante y no se trata de eso... se trata de que todos tenemos algunas políticas de publicación en twitter que son absolutamente individuales y, en los casos que conozco, tácitas, aunque creo que ahí están y que todos tenemos algunas.  No es que uno se crea con alguna verdad revelada sobre qué cosas debe decir y sobre qué cosas es mejor no hablar, pero la fuerza del uso empieza a darle claridad a uno sobre los temas de los que habla o no habla, sobre las discusiones en las que participa o en las que no le interesa participar, en fin, uno tiene un filtro entre la cabeza y la boca o en este caso, entre la cabeza y los dedos... Estas son mis políticas, las mismas que irrespeto con frecuencia:

  • Procuro no hablar de temas en coyuntura y no hablar de nada que no conozca.
  • Procuro no burlarme de nadie gratuitamente.  Hay que hacer la excepción de las personas que son cercanas a uno y con quienes el tono de la relación es ese.
  • No hago tuits indirectazos, ni a quién correspondan, ni el que entendió entendió.  A no ser que no sean indirectazos y esté segura de que esa persona está esperando ese tuit, pero incluso así, me dan mucha pereza.
  • Procuro no entender los tuits indirectazos, aunque uno casi siempre los entiende.
  • Procuro no generalizar.
  • No respondo agresiones.  He recibido muy poquitas, pero tengo muy claro que una persona que lo agrede a uno por twitter lo que está buscando es que entre más bravo el toro, mejor la corrida.
  • Procuro contestar todas las menciones... cortesía básica. Igual con los DM's.
  • Procuro no atacar a ninguna persona o grupo de personas con mis tuits.
  • Procuro no coquetear en el TL o no hacerlo muy evidente.
  • Uso twitter como chat, aunque a tanta gente le moleste, a mí me gusta conversar.
  • No contesto coqueteos agresivos.
  • No doy consejos en el TL, ni me gusta que me los den si no los he pedido y no los voy a pedir.
  • No sigo gente agresiva.
  • No sigo gente radicalizada políticamente.
  • No sigo homofóbicos, ni racistas, ni católicos recalcitrantes, ni personas intolerantes con la diversidad.
  • No sigo celebridades a no ser que digan de verdad cosas que me parezcan a mí interesantes. Y a Alejandro Sanz porque mi hermana lo ama y estamos esperando que la salude.
  • No hablo de fisiología en twitter: ni que tengo que ir al baño, o que estoy tuiteando desde allá, o que tengo PSM... nada de eso, no me gusta.
  • Tampoco hago tuits con contenido sexual explícito, yo la mojigata. Me parecen super necesitados.
  • Procuro no sonar lambona ni condescendiente ni empalagosa.
  • No especulo, no hago tuits inventándome la muerte de nadie ni cosas por el estilo.
  • Esto va a sonar muy obvio, pero procuro ser honesta y no posar de nada.  Pero todos posamos de algo, es inevitable.  Tal vez yo procure posar de honesta.
  • Sé que no lo logro, pero procuro no ser agobiante... en serio.  En la bio debería poner que soy como Susanita y que tengo una incapacidad para incomunicarme.
  • No hago correcciones ortográficas en el TL de twitter. Hay muchos ya con esa labor.
  • No insulto a nadie por twitter.
  • Procuro ser clara con el lenguaje, para que no haya confusiones o malentendidos con el tono de los tuits.
  • Me gusta hablar con gente tranquila que no se tome muy en serio lo que uno está diciendo, que pueda entender que, sobre todo, me gusta estar ahí para pasar ratos entretenidos, con gente entretenida.  He dado con gente muy bacana.
  • Procuro no hablar sentando cátedra, en twitter hay un montón de gente y especialistas serios en todas las áreas.  Procuro hablar desde el respeto al conocimiento y a la ignorancia de los demás.
  • Procuro hablar partiendo de la base de que son muchas las cosas que ignoro, me parece una cautela necesaria.
  • Procuro no criticar a mi familia o a mis amigos en twitter.
  • Procuro no hablar de asuntos laborales serios.  Nada que pueda ocasionar que se me acabe la "contrata".
  • Procuro no personalizar los tuits ni hablar de nadie en concreto cuando voy a criticar algo.
  • Igual, cuando voy a hacer una crítica siempre pienso que yo también soy como las actitudes que critico.  Me mata pues la altura moral que no tengo, pero en serio, procuro hacer eso.
  • Procuro no darle importancia a twitter, pero evidentemente esta entrada demuestra que se la doy.
  • Y a veces hago todo lo contrario... 
Comparando a twitter con la vía pública, paso mis tuits por el siguiente filtro: ¿yo diría eso delante de cualquier desconocido en la calle?
A veces contesto que sí y no los pongo.
Y a veces contesto que no y los pongo.
Pero a veces sí le hago caso al filtro.
Que quede claro que diciendo lo que he dicho, no me comprometo a nada y todo lo contrario.

Desde hace mucho rato no me salen entradas como las que a mí me gusta hacer y creo que es porque este tema (del que me cuesta mucho hablar) me ha estado rondando desde cuando abrí twitter, como tratando de entender su dinámica, que no me parece tan sencilla, porque es la misma dinámica de las relaciones personales que es compleja.  Esta entrada es necesaria para salir del tema y ver si así puedo seguir hablando de cosas que me gusten más.

Para las personas que no tienen twitter, es decir, para mis papás:
Tuit: mensaje de 140 caracteres.
TL: Time Line, donde aparecen todos los tuits de todos.
DM: Mensaje directo entre dos personas solamente.

martes, 6 de septiembre de 2011

1985

En el 85 juré que el mundo se iba a acabar con una certeza de 11 años.  Las instituciones - con la toma al palacio de justicia - y la naturaleza - con la explosión del volcán nevado del Ruiz que sepultó Armero más el terremoto de México - me hacían pensar que no quedaríamos sobre este planeta ni los hombres ni los animales. Pero el planeta no se acabó, ni pasó nada. Y así seguimos a pesar de todos los desastres de los que es capaz la naturaleza, la nuestra incluida; este planeta parece ser capaz de encajar, procesar y seguir girando como si nada.
Ese año le perdí la fe al fin del mundo y ahora creo, con tristeza, que no me va a tocar, ni el fin del mundo ni el fin de nada de lo que contiene.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Roller Coaster

En esta ciudad casi desde cualquier parte puede ver uno aterrizar aviones y saber así si el aeropuerto está operando o no.  Ese día, desde la ventana del apartamento alto de mi abuela, como a las 2 de la tarde, supe que ese avión sí había aterrizado.  Presencias que enrarecen toda la ciudad.  Estas calles me parecen diminutas, no esconden bien a nadie, aquí todos nos podemos encontrar.  Y casi sucede, estuvimos a menos de 10 pasos.  Solo recuerdo una anticipación parecida: la que sentí cuando tenía 14 años y hacía fila durante más de 30 minutos para montarme en una montaña rusa impulsada por la valentía de otros sin poder decir que yo prefería un recorrido más tranquilo.  De eso, hoy, hace un año.  Todavía no me bajo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Pasas del drama a la comedia...

No me sé bien los libretos, nunca me los aprendo completos.  Los leo intentando comprender la idea general y repitiendo para mí mismo: hablo yo, luego él, luego ella y luego otra vez yo; me paro aquí, miro hacia allá, señalo la calle imaginaria que pareciera quedar en donde solo hay pesas y cuerdas de la tramoya y repito los textos sobre las acciones, todas las noches durante un mes por lo regular, intentando entender al personaje que me toca representar; reacciono con base en los prejuicios que tengo sobre la persona es, ella o él y completo los espacios vacíos donde deben ir mis frases con algunos cambios en la intención o en las palabras.  Mis compañeros aprecian eso porque dicen que les da algo con qué trabajar.

Un día quisiera abandonar la escena, salirme del texto y decir algo que no esté incluido en el guion, obligar a mis compañeros de reparto a reaccionar con lo primero que se les ocurra mientras miran mi cara impávida que deja claro que voy firme en otra dirección, algo que tenga la dosis justa de ficción sobre la ficción... un matiz, un giro pequeño que nos obligue a la emoción.  Pensarán mis compañeros que el público no debe darse cuenta de que lo estamos arriesgando todo - como si fuera mucho - que no debemos dar la impresión de haber perdido el control, y juntos, como en una armonía que no existe, le daremos una vuelta a la historia y la llevaremos hacia otro lugar.  Pero nunca fui buen escritor, soy actor y regular.  Así que no arriesgo la trama, doy la impresión de ser un actor comprometido con el final, ese que ya todos conocen, tan repetido mil veces, tan estudiado, tan aceitado, que llegamos a él ya sin pensar... en las obras que represento el destino no cambia jamás.

Como en mi vida, tal cual.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Otros

Se me están acabando las ganas de escribir sobre mí.  Quisiera escribir sobre otros... a veces pienso que la vida mía no es de verdad y que esa solo les sucede, por ejemplo, a los que se columpian todos los días sin camisa en una hamaca mientras convierten una concha de caracol que les llevó el mar, en un flamenco rosado para venderle a los turistas, esperando que el río que pasa cerca de su casa no traiga mucha agua para que no les toque subirlo todo a la hamaca porque entonces ellos se quedan sin lugar.
Y de eso quisiera escribir...

jueves, 21 de julio de 2011

Providencia

Para los primos.

Hasta hace más o menos 10 años yo todavía soñaba con esa finca.  Tenía un árbol de nísperos, un papayo macho o hembra, no recuerdo, pero de esos que nunca dan papayas, un árbol de guayaba dulce y otro de guayaba agria, un mango, varios árboles de naranjas y mandarinas, un eucalipto y muchos palos de café.
El abuelito León construyó con la ayuda de Germán, el mayordomo, una casita de muñecas que tenía luz y agua. Me impresionaba que mi abuelito supiera hacer cimientos y poner medidas de nivel.  Cuando la terminó me entregó la llave a mí con algún discurso que destacaba la importancia de ser responsable ya que yo era la nieta mayor y, amarrada de una cabuya, me la colgó del cuello. Así que mi pinta de todos los días consistía en un vestido de baño y esa llave única colgando sobre mi barriga que me hacía propietaria, en sociedad con mi hermana y mis primos, de un predio para nosotros en Providencia.
Lucero, que fue la que me presentó la canción Malagueña, diciéndome que dónde más va a tener uno los ojos sino debajo de esas dos cejas, era la esposa de Germán.  Tenían dos hijos: Germán Darío y Nini Johana que habían nacido, él, en el furor de alguna novela venezolana y ella, cuando era reina su tocaya.  Hoy, si están vivos, son personas de más de 30 años.  En la casa de ellos, que también construyó mi abuelito, estaba instalado el único televisor de la finca, por lo que todos los nietos nos la pasábamos allá viendo Mazinger Z y cosas por el estilo, que no sé si le gustaban a Germán, pero que era lo que poníamos.
La finca estaba ubicada en una de las regiones más lluviosas de Colombia, Tarapacá.  En esa época oía decir que después de los aguaceros que les tocaba soportar a los del Chocó, seguíamos nosotros en índices de pluviosidad.  Como el techo era de eternit sin tejas de barro ni cielo raso, cuando llovía de noche el ruido no me dejaba dormir; nunca me quejé.  Esa es la edad en la que uno es capaz de adaptarse a todo.  Luego uno crece, se vuelve complicado y ya no tolera una noche incómoda porque amanece con los ojos hinchados.
Solo una vez fuimos a misa en la vereda San Andrés.  No volvimos porque ese día, delante de toda la concurrencia - recolectores de café y otros mayordomos de las fincas cercanas - al cura le dio por hacer un discurso populista sobre los ricos y los pobres y mi abuelito, que tenía hermano cura y bravo al que él le daba sermones, se sintió insultado.
Empezaron a robarnos.  Primero las cosas y ropa que dejábamos afuera por las noches, luego un pesebre que era de mi mamá, después se entraron y se llevaron todos los electrodomésticos dejándonos de regalo los cables para conectarlos.
La vereda se dañó y el abuelito tomó la decisión de vender la finca "a puerta cerrada", que significa con todo lo que hay adentro, incluidos los patines de mi hermanita y yo.
Siempre tuve ganas de volver.
Hace como 2 años estuve allá otra vez.  Fui con mi primo Camilo.  Los recuerdos de infancia lo llenan a uno de expectativas grandes: la piscina no es olímpica, el kiosko, que también hizo mi abuelo, solo conserva unos ladrillos, la casa de los agregados es pequeña y la casita de muñecas es verdaderamente diminuta.  Nos dejaron entrar y recorrer la casa principal y cada uno fue a donde quería ir.  De pronto me encontré en el cuarto que era de la tía Ángela frente a un mueble grande en forma de trapecio que tiene una puerta a cada lado de un centro con cajones.  Después de casi 25 años de no ir a ese lugar jugué a abrir una de esas puertas para comprobar que el sonido producido era absolutamente idéntico al que sonaba en mi cabeza.  Sentí que yo era todavía los momentos bonitos de la niñez en Providencia.


lunes, 18 de julio de 2011

Duele

Sí tengo tema, pero no quiero herir susceptibilidades: las mías.
Porque he creído que no es bueno exponer el dolor para que gente a la que no le importo se ría.
Y ocultar que soy vulnerable me protege de eso y me da una falsa sensación de fortaleza.
Pero para empezar a ser fuerte hay que reconocer que nos duele lo que nos duele y que nos hiere a veces la vida... que dejamos un lado descubierto porque creemos que por ahí nadie puede hacernos daño, porque no podemos cubrir todos los frentes y es necesario en algún punto confiarnos.
Y una amiga que pasar por un dolor que no puedo comparar con el mío me da una lección de humildad ante la vida: no hay necesidad de duelos clandestinos.
Y duele y me importa... duele.

martes, 28 de junio de 2011

Los porteros del frente

Dos de los porteros del edificio que queda al frente de la casa de mis papás están ahí desde que lo construyeron hace 33 años.  Todavía no se han pensionado.  Como en esa casa han vivido mis papás desde que yo tengo 7 meses, a estos señores los conozco de toda mi vida.  Son de esa especie de gente que uno conoce siempre como adultos inmutables: a mis ojos no han envejecido ni un día desde que los vi por primera vez.  Cuando paso por allá siempre pienso que es impresionante que lleven todo ese tiempo en la misma manzana y que, dado su oficio, yo sepa que han pasado más tiempo ahí que en ninguna otra parte.  No sé si son buenos o malos empleados.  A mí me parecen queridos.  Carlos y Germán... luego llegó Antonio que debe llevar ahí más de 10 años ya.  Mi mamá no quiere mucho a Germán porque alguna vez supo que hizo un comentario sobre nuestra familia.  Chismoso.  Un chismoso que lleva toda su vida buscando cómo entretenerse en una cuadra única de una ciudad diminuta.  Gente contratada para abrir una puerta, vigilar cuatro muros, anotar en un libro que le trajeron algo a zutano, que perencejo no ha pagado la administración, que le cortaron el agua al del 201 de la torre b y cosas así.  Si algún día ese trabajo fue atractivo ya pasaron muchos años desde eso.  Y mientras tanto, en esa rutina como de nunca acabar, nuestra familia dando motivos, porque para qué pero los hemos dado.  Estando en su posición yo también hubiera hablado de nosotros, hemos sido tal vez su único desafío.  La familia rayada del barrio.

viernes, 17 de junio de 2011

Telepatía

Llegamos al semáforo que estaba en verde para los carros y en rojo para los peatones, pero ella y sus 60 kilos se sentían más.  Se lanzó.  La miré aterrada porque pensé que la iban a atropellar ahí al lado mío y no quería estar expuesta al espectáculo de un cuerpo humano hecho añicos.  Los carros frenaron a tiempo y ella pasó la calle muy dignamente mientras los conductores la miraban con ganas de no haber tenido tan buenos reflejos.  En ese momento noté que alguien más era testigo de lo que estaba pasando.  Al otro lado de la calle una señora de unos 45 años, alta, bonita, superior, la miraba con cara de reproche contenido.  Mientras yo la miraba asustada, esta señora pensaba: que la pisen, por boba.  También me notó y sin decirnos una palabra nos comunicamos.  No movió ni un milímetro la cabeza, solo los ojos y, sumándole al cuadro una sonrisa perversa, me miró, y con los ojos y esa sonrisa me dijo: ¿qué tal esta, no te provoca que la pise un carro?.  Me encantó.  Un encuentro diminuto, una conversación perfecta.  A mí ya no me importó el destino de la otra que, si sigue así, pronto la va a embestir algo.  Me sacó una sonrisa que pudo haber sido una carcajada sino fuera porque esto sucedía todo en nuestras cabezas y las carcajadas quedaban tan fuera de lugar, tan externas ellas.  La descubrí deseando la muerte de su prójimo y ella no sintió pena, no, ella se ratificó: sí, que la pisen, por boba, ¿no te parece?.  Y pues no, no me parecía, pero yo no me iba a tirar ese momento tan especial, esa comunión mental con un comentario sensato, así que cuando el semáforo pasó a verde y nos cruzamos le dije con una sonrisa: te apoyo, sí, que la pise un carro.

viernes, 10 de junio de 2011

Tomemos distancia

Tendría que haber una manera de escribir lo que me pasa pero no la encuentro o la desconozco.  O no sé ni siquiera qué me pasa y entonces cómo podría escribir cualquier cosa, asunto con el que me encuentro incómoda, impropia.  Me desconozco en esta falta de palabras.  O tal vez son muchas cosas todas juntas.  Que me pasé por fin a mi casa.  Que a veces me siento muy distante de mis más cercanos.  Que parece que no entiendo bien a nadie realmente y que eso debe ser por esa misma falta de entendimiento propia.  Que tal vez no sea yo sino todos los demás, aunque eso sea poco probable pero tan consolador.  Que tal vez sea un poquito yo y un poquito los demás, pero que nadie está dispuesto a reconocer su parte.  Que empiezo dando ejemplo y reconozco que a veces puedo ser un horror: malgeniada, temperamental, territorial, irascible, celosa, antipática, irresponsable, importaculista, irrespetuosa, egoísta y todo lo demás.  Y que además, las cosas entretenidas que me pasan no las puedo mencionar, que todo el mundo me pide discreción y yo ya parezco una olla a presión a la que no le cabe más vapor y se va a explotar.

Etiquetas

Recuerdo a mi papá diciéndonos que nos nos dejáramos colgar etiquetas.  Él tiene varias.  No las voy a repetir para no seguir echándole leña a la candela de su leyenda.  A mí me gusta pensar que es sobre todo una cosa: auténtico.

Desde la hoja de vida, hasta la red social y el blog, pasando por las actividades de oficina para el fortalecimiento del trabajo en equipo, todo empieza con un "defínase, díganos quién es Ud".  Y yo no sé.  Nunca me ha gustado definirme. Sé que soy un ser humano.  Soy de esta especie y esta especie tiene la posibilidad de ser de todo y todo lo contrario.  Siempre empiezo diciendo que soy Ana María Mesa.  Así: soy.  Me gusta decir que soy mi nombre porque le cabe todo.

No creo que la gente no pueda ser medio honrada, tan repetido como verdad verdadera últimamente. No creo que las categorías puedan durar toda la vida.  No creo que ni los más grandes errores o los más destacados logros nos definan, algunas cosas no son tanto el resultado de uno mismo como de las circunstancias que nos rodean.  Hay estados: embarazada, soltera, casada, empleada, vacante, bronceada, con hambre.  Pero eso no quiere decir que uno sea madre, sola, pareja, muy ocupada, muy desocupada, morena o hambrienta.  Los roles no los jugamos todo el tiempo.

Definirse es limitarse, ponerse barreras.  Decir "soy responsable", "soy emprendedora", "soy desordenada", "soy perfeccionista", es comprometerse con una imagen de uno hacia los demás (como si importaran tanto) y hacia uno mismo a serlo siempre; comprometerse a defraudar a alguien, porque nadie puede ser responsable, o emprendedor, o desordenado, o perfeccionista, todo el tiempo y en todo caso eso no es bueno.  Eso de ser lo que sea permanentemente, de no permitirse la libertad de actuar de manera flexible, dependiendo del contexto, porque tenemos una imagen que mantener ante otros o con nosotros mismos es volverse el esclavo más tonto, el esclavo de uno mismo.  Jurarse tanta cosa como que haya que rendirse cuentas.

Me gusta cuando hago algo que no cabe en la cuadrícula y cualquier conocido dice "típico de Ana María".  No soy tan rebelde, pero es bueno que no los esté defraudando y es bueno que no lo haga siendo solamente lo que a mí me dé la gana de ser.

El día menos pensado me someto y los defraudo.  También puede pasar.  Pasa.  Lo advierto.

miércoles, 8 de junio de 2011

Pablo

Se resiste a usar el timbre.  Se para afuera de mi ventana y dice en voz alta y clara, pero sin gritar: 'doctora' y yo sé que me necesita.  Lo único que quisiera es que Pablo me deje vivir la ilusión de que desde afuera de mi casa no se oye nada de lo que pasa adentro.
Me tocará vivir siendo consciente.
Y pasito.

miércoles, 1 de junio de 2011

El temporal

¿Qué será?
Ando sin muchas ganas de contar.
Y además, qué cantidad de temas proscritos.
Pero ni para hablar de ellos como si no fueran míos...

miércoles, 25 de mayo de 2011

Rotación de Personal

Se ha vuelto también veloz el paso de la gente por nuestra vida.  Llegan, nos deslumbran, los admiramos un momento, nos hacen sentir importantes cuando nos prestan atención, nos hablan a nosotros, nos reconocemos y luego...

Puffffff...

Desaparecen de la escena.

Y, ¡hola!.

Todo de nuevo.

(Y luego está la gente de planta, los de los resabios, los de los caprichos, los activos fijos, los de antes de ley 50)

martes, 17 de mayo de 2011

Una entrada alegre

Todo lo que leo es triste y está como envuelto en una misma idea: nada vale la pena. Nada.
Bajo la perspectiva de lo corta que es nuestra vida y el poco impacto que tenemos, nada adquiere mucho sentido, pero uno sigue dándole trascendencia a la cotización esta que le va a solucionar el problema de que en la estación de transmisores no dura bueno dos minutos un cargador para un nokia 1100.  Y corre uno a darle solución a esos pequeños problemas trascendentes y la vida es eso... una nimiedad acompañada de cosas aún más pequeñas que nos parecen de vital importancia... qué circo.

Hay un vacío que me resisto a llenar con la figura de Dios aunque no lo niegue del todo, aunque de mi formación me queden más dudas que certezas.  Es decir, no sé si existe o si no existe, pero no quiero centrar el papel que tengo que cumplir en esta vida en nada que dependa de esa concepción...

Somos un accidente intrascendente, una sopa biológica que un día se llenó de vida, y todo lo que hacemos es dar vueltas al rededor del sol jurándonos el centro del universo y vestidos para hacer bien la tarea.

Ya me desahogué, que para eso es este blog... ahora sí voy a volver a hablar de votaciones y de corrupción y de carruseles y del amor y de los hijos y de la amistad y del sistema de salud y de la vía Manizales - Bogotá y de todas esas cosas tan importantes.

Tenía que decir que ando como sin fe.  Pero que estoy contenta.

lunes, 25 de abril de 2011

Alba

Lo que sigue es un comentario que hice en este este blog, pero que me gustó para entrada del mío, con el perdón del dueño del blog.

Mi abuelita no tiene nostalgia, que es como decir que no tiene una bata rosada. Ella vive el presente solamente y un futuro que se le revela inconexamente cada media hora. Nunca, aunque lo he intentado, me ha contado una historia completa del pasado. No habla de mi abuelo (que sí tenía mil historias), ni habla de su mamá, ni de su papá, a no ser que sean los juicios repetidos que no hacía tanto ella, como sus hijos: que mamá Camila era loca, que papá Bernardo era muy bravo, que mamá Rosa prefirió siempre a Gloria y cosas así fraccionadas. Pero ni una historia para argumentarlas. No le he oído tampoco su historia; ella es el almuerzo que sucederá dentro de 5 minutos, la costura que tuvo que desbaratar porque se equivocó en dos puntadas, las llamadas de los nietos que viven lejos y las visitas de los familiares que estamos acá. Ahora está senil, pero ella es así desde hace tiempo.
Mi hermana y yo vamos los viernes a almorzar allá

- Mijita, ustedes hacen vigilia.
- No, abuelita.
- Ah, les va a tocar porque aquí sí hacemos vigilia.
La misma conversación todos los viernes desde que empezó esta última cuaresma.

Mi abuela vive en otrotiempo, sola.

domingo, 24 de abril de 2011

miércoles, 13 de abril de 2011

El ogro dulce

Habría que empezar por reconocer que para lo descreída que puedo sonar en algunas entradas, uno sigue siendo el resultado de series como Candy, esa muchachita rosada que se la pasa buscando un tipo infructuosamente y que lo que quisiera es enamorarme con toda la payasada de los para siempres y los jamases.

Para siempre te querré.  Jamás te dejaré de querer.  Palabras que, me ha repetido varias veces mi primo sabio Alvarón, no debo usar cuando hable del amor.

No quiero ponerme a decir que como ya tengo tantos años y que como creo conocerme más o menos bien entonces no me equivocaré o estaré en menor riesgo de equivocarme, pero sí creo (y en eso sí que me confronten con lo que he escrito) que estoy dispuesta a hacer menos concesiones y que tal vez eso haga que el amor llegue... luego.  O ahorita mismo, pero luego.  Que lo que quisiera, sobre todo, es un tipo bueno y que lo que menos quiero es al tipo "correcto".

Que me importa poco la forma, que no quiero ser nunca la señora de, que no quiero dejar de reconocerme con mis debilidades y que no voy a andar pintándome de lo que no soy para que alguien viva la fantasía de la buena mujé.

Pero que igual y tal vez sobre todo por lo que acabo de decir, espero como recompensa un príncipe azul pero no al estilo convencional, sino tal vez más parecido a un Shrek, con la belleza que para mí es belleza, porque eso es relativo, por dentro y en serio.  Veremos.

Si las palabras tienen algún poder, ahí le mando esta solicitud a quién corresponda.  Yo creo que queda claro.  Un ogro dulce.

martes, 12 de abril de 2011

Sin arriesgar

Lo imposible es seguro.  Los riesgos de verdad, se corren donde es posible.

Miedo

Porque creo que a uno lo ata un lazo invisible que depende de que uno crea en él.  Como las hadas, que mueren cuando uno dice que no cree en ellas.  Por eso no quiero desprenderme del recuerdo del cariño que sentí y que siento.  Me da miedo darme cuenta que estoy sosteniendo sola mi pedazo de la cuerda.


BTW 300 PSB 

miércoles, 6 de abril de 2011

Relaciones Abiertas

Como si todo hubiera funcionado a las mil maravillas nos parece muy escandaloso la idea de que otras personas ensayen otros esquemas.

Y si fuéramos honestos tendríamos que concluir que en su gran mayoría (con excepciones, las estadísticas nos hablan de las excepciones, del margen de error y esas cosas) las relaciones funcionan medio abiertamente, o abiertamente del todo, sin que exista el acuerdo explícito o tácito de aceptar las infidelidades.

¿Entonces por qué no lo acordamos?... "ve, somos débiles, esto no se va a sostener 'hasta que la muerte nos separe' sin que por la vida se nos crucen otras tentaciones, pero mi compromiso es con el amor que te tengo que nada tiene que ver con que me guste alguien más".  ¿Muy raro?

Si lo acordáramos ¿no habría más entendimiento y comprensión de lo que somos y más libertad en medio de tantas prohibiciones que somos capaces de ponernos?

Pero no es fácil... como tampoco es fácil de la manera que venimos haciéndolo.  Es cambiar unas incomodidades por otras, pero eso sí, intentando ser más honestos frente a nuestra humanidad.  O yo no sé si es que yo soy muy débil y el resto de los mortales son las matas de la fortaleza.  Cada uno que se mire su ombliguito sin meterse muchas mentiras.  Si ya lo hizo una vez no vaya por ahí jurándose fiel... ni infiel.  ¡Qué necesidad de etiquetarnos!

Pero digamos que lo intentamos.  Voy a partir de aquí, para tratar de encontrar las nuevas dificultades de un tipo de relación planteado de manera madura, con amor, con entendimiento y llegando al acuerdo de que ambos podrán ir buscando, o encontrando sin buscar, otras cosas en el camino.

Creo que ya había dicho que será difícil para las mujeres que participen de un tipo de relación planteado de esta manera encontrar otros hombres que se aguanten no ser el plato principal sino el postre.  Daniela Nodirémiapellido ya escribió una entrada linda y clara sobre ese tema, aquí la dejo.  Y a lo que ella dice yo no tengo nada más que agregar, solo la firma.

Otra incomodidad, o mejor, algo que en mi caso particular no me gustaría, es que los postres que elija quien se encontrara conmigo en una relación de este tipo no me parezcan 'viejas chéveres'.  Creo que este tipo de relaciones exigen algo de cinismo, algo de hacerse el bobo, algo de "hacé como vos querás, pero hacelo bien hechito" y me molestaría mucho tener que hacerme la boba más de la cuenta con una vieja a la que no le quede claro el tipo de relación en el que se encuentra y la posición que le corresponde.  Como dice Daniela en su post, muchas veces aunque tengamos claro en lo que nos estamos metiendo nos hacemos los de la vista gorda, para después salir con reclamos.  Es decir, yo preferiría que las otras tengan bien claro que esta relación en la que ya no cabría la expresión "se están metiendo" o "están dañando" es una relación abierta, para que después no se pongan a fregar más de la cuenta o a intentar indisponerme.

Por eso decía que no quisiera que fueran viejas morrongas o solapadas, porque esas son las que llaman a la una de la mañana, las que hacen una killer cuando saben que el tipo está con la oficial, las que ponen a las amigas a llamar a la esposa a decirle que su marido anda con otra (con ella), las que tienen fines no tan nobles en ese tipo de relaciones y son capaces de andar metiendo muchachitos o de andar sacando plata.  Pero como ese juicio lo tienen que hacer los señores, que tienen ese juiciómetro tan bien puesto, vaya uno a saber con qué tipo de viejas terminen involucrados.  Es decir, esto requiere un tipo de tipo que no parece haberse inventado... yo no creo conocerlo.  Con respeto de los señores que conozco, porque además la morronga abunda y será difícil garantizar que no habremos de cruzárnosla.  Mejor dicho, no me chocan las otras, en una relación establecida de esta manera, pero tendrían que contar con mi visto bueno.  ¿Eso se puede?

Otras incomodidades son las del tipo sexo seguro que exigen un compromiso grande de cada uno con su salud, que me parecen de vital importancia y que tampoco es nada nuevo.  Lo que pasa es que uno supone que esta libertad aumente el número de parejas y por lo tanto el riesgo.

Es decir, estas no son situaciones nuevas, pero dado el acuerdo que generosamente se hace, yo preferiría en consecuencia y como premio a la "evolución" no tener que mamarme viejas morrongas ni tener que lidiar con la dignidad de los que no son platos fuertes y mucho menos ganarme enfermedades.

Voy a terminar concluyendo que dadas estas incomodidades, para las que además, por ser fórmulas nuevas, no hay soluciones estándar que podamos todos compartir abiertamente, será más fácil seguir como estamos, que aunque no estamos bien, ya lo manejamos.

Además, como me decía alguien hace días, qué pereza tanta transparencia.  Será mejor el drama que acompaña el engaño con todo y el llanto, antes que aceptarnos como somos y darnos las libertades que naturalmente nos corresponden.  Sigamos así de bien.  Esto se acaba en el 2012.

martes, 5 de abril de 2011

domingo, 3 de abril de 2011

Buen juicio

Sí, mírame largo mientras con mi sonrisa te doy la oportunidad de sonreír.
Mírame largo y calcula cuál de los dos puede ponerse más bravo.
Mírame largo y decide cuál será tu respuesta.
Mírame largo...


Sí, sonríeme largo... bien vale la pena.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Nociones de economía doméstica

Reproduzco, sin ninguna anotación de mi parte, el primer capítulo de mi cuaderno de "Economía del Hogar", materia que cursé en 7º grado en el Gimnasio los Cerezos y que era dictada por una mamá de otra compañera del colegio.  Con las correcciones ortográficas del caso pero con las palabras y la gramática del dictado de ese día; que nadie se detenga en la forma.  Ustedes juzgarán el fondo.

Aquí va:

Dentro de la economía doméstica el puesto principal lo ocupa la mujer.  Es importante una preparación adecuada para manejar todos los aspectos principalmente el presupuesto del cual se deriva el funcionamiento de un hogar.

Este manejo se debe hacer de la mejor manera posible, teniendo en cuenta que nuestro presupuesto alcance para todos los gastos de la casa o al menos darle prioridad a los más importantes.

Debemos tener alguna experiencia o al menos la forma de ilustrarnos en cuanto a culinaria, labores manuales y jardinería, etc.

Nada puede dar más satisfacción a una mujer que el que resulta de satisfacer las necesidades de los suyos.

Las labores se vuelven dulces y delicadas cuando son los hijos los que han de beneficiarse del esfuerzo de sus manos y de su espíritu.

El que la mujer sea una perfecta ama de casa no es necesariamente que haya que lavar montañas de ropa, fregar vajillas, hacer día tras día platos complicados, etc.  Lo que sí supone y esto es lo importante, es que durante su niñez y juventud haya aprendido a hacer bien las cosas por sus propias manos y el buen gobierno de su casa.

Detrás de todo esto tenemos la disciplina que ello supone y sobre todo el gusto por la limpieza, el orden y la satisfacción por el propio trabajo.

Que la mujer acepte su calidad y su función de mujer tal y como la naturaleza se las presenta y que se esfuerce en comprenderlas, en amarlas y en gozarlas, disfrutará cuando quiera y su felicidad irradiando enderredor suyo contribuirá a la felicidad de los demás.

Hasta aquí.  Si les gusta les pongo los capítulos: la buena mesa, cómo quitar manchas y cómo escoger un buen vino.

Yo no digo nada más.

viernes, 25 de marzo de 2011

Juan

Es muy fuerte.  Juan es muy fuerte.

La puerta de su cuarto no se abre como las demás: las bisagras están a lado y lado ubicadas un poco más alto que su propia altura; para abrirla hay que halarla de abajo hacia arriba.  Cuando lo logras ocupa todo el corredor y para cerrarla desde adentro tienes que traerla contigo alzando el brazo para luego terminar agachado.  Así evita un alto porcentaje de las visitas de su mamá.

Juan morirá pronto.

Cuando sea ingeniero mecánico, que es lo que quiere ser - la puerta da fe de ello -  se encontrará un día trabajando en una obra.  El ingeniero residente que hoy tiene 18 años y que no quiere ver tanto a su mamá, empezará a recibir el material que le ha traído una volqueta para la construcción de un puente.  Experto en bisagras empezará a revisar por qué la volqueta no quiere volver a bajar la carga. Experto en bisagras notará el problema y sabrá cómo resolverlo.  Hay que empujar allá.

Juan morirá ese día, parado donde no debía, como quien cierra una puerta instalada mal.

Miles de despedidas

En cada uno de tus muchos mensajes dices adiós por última vez.

Adiós por última vez.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Dignas

Es fácil decir "me hizo" y conseguir toda la solidaridad de un género digno.

Los tipos están acostumbrados a ser unos desgraciados, así que nadie pone en duda cuando una vieja dice que un tipo "le hizo" algo.  Los tipos, a veces, superan la cobardía y dicen abiertamente la verdad.  La verdad es incómoda y duele, pero es la verdad.

Les gusta alguien más.
Y alguien les gusta menos.
Y esa es la verdad.
O no están tan interesados.

Jugamos todos el mismo juego y corremos el mismo riesgo: gustarnos o no gustarnos.

Pero somos dignas.  Y los tipos son unos desgraciados.  Nosotras, tan regias, tan divinas... ¿cómo es posible que no les gustemos?

Y recorrimos todo el camino y no logramos interesarlos... y lo intentamos de nuevo y los tipos... los tipos no dejan servido un plato... desgraciados.

Y a veces a pesar de todo eso, simplemente no les gustamos.

Pero ese papelito de víctima nos sale tan bien.  ¿Cómo desperdiciarlo?

Y somos dignas, desgraciados.

Pero a veces a pesar de todo eso simplemente no les gustamos.

martes, 22 de marzo de 2011

Para qué

Para que sepa de mí.
Para que sepa que me gusta.
Para que sepa que me gusta.
Para que no se me note tanto que me gusta.
Para conversar de cosas.
Para que sepa que me gusta.
Para que sepa que me gusta.
Para disimular que me gusta.
Para que conozca mi perro.
Para que conozca mi gato.
Para que quiera mis mascotas.
Para que admire mis talentos.
Para que me mire.
Para que me admire.
Para ser como pavos cada uno con sus plumas de colores.
Para que se entere de una buena vez que me gusta.
Para saber si le gusto.
Para superar mis inseguridades.
Para que afirme mis seguridades.
Para conocerle mejor.
Para conversar de cosas.
Para que me conozca mejor.
Para que sepa que quiero conocerle mejor.
Para que le conozcan mis amigos.
Para conocer a sus amigos.
Para tomarle la mano.
Para conversar de cosas
Para darle un beso.
Para darle más besos.
Para pasar a los hechos.
Para construir.
Para que le conozca mi familia.
Para conocer a su familia.
Para que sepa que le quiero.
Para hablar de nosotros.
Para que sepa que le amo.
Para hablar de nosotros.
Para que sepa que quiero pasar toda mi vida a su lado.
Para hablar de nosotros.
Para darle seguridad.
Para que me dé seguridad.
Para ofrecerle permanencia.
Para que me diga que siempre estará conmigo.
Para ofrecerle exclusividad.
Para que me diga que no hay nadie más.
Para llenar sus necesidades, que son varias.
Para llenar sus necesidades, que son muchas.
Para llenar sus necesidades, que son demasiadas.
Para no hablar más de nosotros.
Para explicarle que no puedo ser todo lo que desea.
Para que entienda lo que yo necesito.
Para que me acepte como soy.
Para reconciliarnos.
Para que se deje dar besos.
Para que me dé besos.
Para, si se puede, pasar a los hechos.
Para pasar a los hechos.
Para comprobar que los hechos no solo no empeoran, sino que mejoran con cada discusión.
Para conversar de nosotros.
Para discutir.
Para reconciliarnos.
Para pasar a los hechos.
Para decirle que hay cosas que no me gustan.
Para pelear.
Para decirle que tengo que hacer otras cosas.
Para decirle que tengo otras prioridades.
Para que piense que estaré allí.
Para que piense que estaré allá.
Para que no crea que estoy ahí.
Para no estar.
Para pelear.
Para hablar de nosotros.
Para tener una última conversación.
Para pasar a los hechos por última vez.
Para dejar de hablar.
Para dejar de vernos.
Para no pelear.
Para que sepa que le extraño.
Para que sepa que le quiero.
Para que sepa que le amo.
Para que sepa que le odio.
Para que sepa que no le odio.
Para que sepa de mi dolor.
Para saber de su dolor.
Para saber de su vida.
Para que sepa de mi vida.
Para que sepa que soy feliz.
Para que sepa de mis logros.
Para que no se me note la infelicidad.
Para que piense que le olvidé.
Para que sepa que no le olvidé.
Para que sepa que nunca le olvidaré.
Para que sepa...
Para que sepa...
Para que sepa...
¿Para qué?

... hasta que ya no quede un para qué.

martes, 15 de marzo de 2011

Sin caprichos

Me iría para donde dijera sin pensarlo dos segundos.
Empacaría, vendería, legaría, donaría...
Aquí me ata el deseo y nada más.
Y el deseo puede salir corriendo para cualquier parte y yo detrás.

sábado, 12 de marzo de 2011

Me quiero

Dos sensaciones que recuerdo de mi infancia.
  • 'Ana María' es el nombre más lindo que hay.  Me lo pusieron a mí.  Me lo merezco.
  • ¿Cómo es posible que a esta persona haya tenido que repetirle quién soy yo? ¿Cómo es posible que alguien me olvide? ¡Si yo soy inolvidable!
Qué bueno que uno crece y madura, disfraza, matiza, camufla, disimula y miente.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Por qué no me voy

Me ponen a pensar... por qué no me voy de Manizales.

Sí, hay oportunidades mejor pagadas en muchas partes y más oferta académica para los que no queremos ver los mismos programas taquilleros que puede ofrecer esta ciudad universitaria.  Es decir, si uno piensa individualmente la opción lógica es irse de aquí.  Por eso es que yo he perdido 3 barras en ese proceso; la mayoría de mis amigos viven fuera de la ciudad o del país y cada que vienen nos hablan de las oportunidades maravillosas de estar lejos a pesar del costo grande que todos mencionan: la soledad.  Está lejos la familia y están lejos los amigos.

Pero no importa, están progresando, tienen una meta clara y están en el proceso de llegar a ella.

Sucede que pienso mucho y de verdad que mi vida es una eventualidad muy breve.  Sucede que creo en serio que Manizales no es tan distinta del mundo en general y al revés pero igual, que el mundo se parece mucho a Manizales.  Sucede que creo que por más mundo que la gente quiera irse a ver, terminarán con un círculo de influencia pequeño así alcancen mucho poder.  Sucede que pienso en términos de dimensiones y me parece que somos ínfimos.  Así que termino por concluir que si mi vida es tan pequeña, la misma, tiene que ser la cosa más importante para mí, porque realmente solo yo me veo afectada en gran medida por las decisiones que tome... y haciendo algo que parece generoso - quedarme a trabajar por mi ciudad - lo que realmente estoy haciendo es ser lo más egoísta que puedo: solamente hago aquellas cosas que tienen sentido para mí y eso resulta coincidir en la misma parte: quedarme a trabajar por mi ciudad.  Si voy a tener poco impacto y poca influencia en ese amplio espectro en el que mido mis actos, pues mejor acá que en otra parte.  A irme no le encuentro valor personal y tengo muy claro que solo un motivo me llevaría a tomar la decisión de marcharme.  El motivo más individual de todos, que no es ni el trabajo ni la educación.

Y todas las elecciones tienen renuncias y sé cuáles son mis costos.

Porque creo que el mundo no cambia por el impacto de uno solo, no creo en los héroes ni en los mártires ni en los mesías ni en nada de eso... y es más, creo que el mundo no se va a salvar de sí mismo... tengo una desesperanza grande sobre esta humanidad... pero creo en el sentido que le doy a mí vida cuando hago lo que me provoca y si esas cosas que me provocan hacer logran algún impacto en mi pequeño circulito de influencia pues eso es un plus, pero no es para eso para lo que las hago; las hago para mí, para ser feliz o intentarlo y resultar siendo una persona más alegre que triste; para eso... siquiera resulté relativamente buena persona, con esta misma forma de pensar hay mucho sociópata.

Claro, me duele que mi ciudad esté llena de viejos y haya pocos jóvenes trabajando por lo de acá.  Me duele que se lo pongamos fácil al ostracismo de esta ciudad que necesita de la rebeldía de tantos que se han ido a adaptarse o a ser rebeldes lejos, no importa; la masa esa peluda y llena de tatuajes le hace tanta falta a Manizales.  El cambio de mentalidad, así, se dará mucho más lentamente en esta ciudad, porque son los inconformes los que hacen esas cosas y esa inconformidad está mejor representada en la juventud que en la vejez y yo por eso siento que esta ciudad se jubiló y así terminó por adaptarse y sentirse bien.  Por eso se la roban tan fácil.

Robarle a Manizales es como arrancarle la cartera a una viejita de bastón.

Yo siempre me aterro de que aquí queramos seguirnos muriendo de viejos y no de la revuelta al mejor estilo egipcio que se merece esta ciudad... pero ni una golondrina hace verano ni 10 millones evitan el invierno.

Si entienden por qué no me voy, soy terca y me gusta acá.  Y sí, ni a mí me queda clara tanta razón.

lunes, 7 de marzo de 2011

Y no

Situaciones imposibles claro que ofrecen modos posibles, pero hay que arrancarse algo y dejarlo sangrar.

miércoles, 2 de marzo de 2011

La lechuza o la humanidad

Al final del día yo lo que siento es compasión.

Con todo y lo que nos creemos el centro de la creación y con un cerebro más desarrollado que el de las demás especies que nos acompañan en este planeta, los seres humanos hemos sido más nocivos que benéficos para nuestro entorno y para nosotros mismos.  Creo que obedece eso a nuestra naturaleza.  Nuestras grandes creaciones (excepción hecha del arte que cumple un fin en sí mismo) no han pasado por la pregunta de qué tan benéficas son y en consecuencia hay un montón de cosas creadas por el hombre que hacen más daño que otra cosa: contaminan, ensucian, gastan sin posibilidades de regeneración un mundo que es finito.

No es un asunto de buenos y malos, no me interesan los juicios que podamos hacerle a la humanidad.  Creo que así como los leones matan a los cachorros de las otras manadas para que no haya competencia por la comida, en nosotros es natural que el uso de este cerebro más desarrollado termine por no sernos beneficioso.  Es decir, este cerebro desarrollado ha servido, en general, para hacer más mal que bien; así, bien simplista.  Por muy maravilloso que sea y por muchas muestras que tengamos para decir "¡qué descreste!" hemos hecho mucho daño.

Y todo eso mientras vamos como manada jurándonos mucha cosa.  Pasa por nosotros y por nuestras "mayores capacidades" el análisis de las consecuencias sobre lo que hacemos y somos incapaces de medir nuestro impacto real en un plano general.  ¿Es buena la rueda? ¡claro! ¿Sí? Habría que medir el impacto de todo lo que ha seguido a la rueda y que la contiene para ver si no fue esta el comienzo de la industrialización que tanto ha envenenado al planeta.  Yo no sé la respuesta, pero miro el mundo con su calentamiento global, con su cada vez más delgada capa de ozono, con la extinción de un montón de especies a causa del hombre, con los mares contaminados de petróleo, con las reservas forestales acabándose a dos manos y yo me pregunto ¿Es benéfico el uso que le damos a la rueda?.  Puede ser que esté muy influenciada por green peace y que estos obedezcan a intereses económicos de multinacionales, pero a mí de todas maneras me parece que en la balanza de inversión y gasto estamos desfasados.

Hay gente maravillosa, individuos destacadísimos, pero no hablo de eso.  Hablo de la especie humana, que cada vez es más numerosa y que cultural e intelectualmente siempre ha sido precaria.  Sí, en términos generales, porque estoy hablando del globo terráqueo así que no me detendré en casos particulares de culturas que han logrado convivir en armonía con su entorno, sino del daño o beneficio que como colectivo hacemos.  Es curioso además que la expresión "convivir en armonía con la naturaleza" nos remita a culturas para nada industrializadas o "desarrolladas"...  Me parece que esto no es progresar.  Porque progresar no es avanzar ni ir hacia adelante cuando no se ha fijado claro un para dónde.

Entonces en ese contexto un jugador de fútbol patea una lechuza en Barranquilla, unos policías matan una perra en Bogotá y unos seres humanos matan a otros seres humanos en Mapiripán.

¿Qué quieren que les diga? No quiero ofender a nadie, me duele la masacre de Mapiripán, pero me duele menos, qué horror, lo que nos hacemos entre nosotros que lo que le hacemos a unas especies a las que les toca convivir con nosotros sin posibilidades de armarse para defenderse y que creerán que con un rugido o con un ladrido nos ahuyentan.

¿El valor de la vida no es igual?  ¿Vale más la vida de nosotros?  ¿Por qué?  ¿Porque tenemos cerebros más desarrollados?  Eso sería así si con esos cerebros hubiéramos sido más benéficos que nocivos para este planeta; entonces sí, yo defendería más a una especie que logre mejorar su entorno y me dolería más una muerte de una persona que la de un animal... pero no somos más importantes que nada de lo que vive en este planeta ¿quién dijo eso? ¿la biblia?  Porque sí, la biblia sí dice eso, pero ¿le creemos a la biblia?

Perdónenme, de verdad, porque sé que muchos de los que han muerto violentamente son cercanos a ustedes y yo no quiero ofender la memoria de nadie.  Insisto en que no hablo de particularidades.  Hablo de la convivencia de nuestra especie con las demás.  Hago una reflexión porque tengo un cerebro más desarrollado que el de una vaca para preguntarme si hago parte de una especie que se merece más respeto que las demás.  Porque la vaca no puede hacer esa reflexión por nosotros, entonces nos toca preguntarnos para qué putas es que tenemos un cerebro más desarrollado, porque me parece que esa pregunta está sin contestar.

Pero no nos juzgo, creo que es natural... tan natural como el pájaro de cierta especie que empuja los huevos de otra especie para no tener que alimentar el mismo a su cría, es decir, somos nocivos sin maldad, en general.

Entonces siento pena de nosotros que nos tenemos tanta fe y tanta esperanza y que terminaremos por decepcionarnos profundamente siempre porque en cada cosa que hagamos se nos saldrá naturalmente eso que más somos: violentos entre nosotros y con las demás especies, tan llenas de derechos de estar en este planeta y de vivir aquí como el que más de nuestra especie.  Si no somos sino el resultado aleatorio de un proceso de evolución, el que hayamos terminado por pensar, por razonar, no nos llena de derechos adicionales, sino de responsabilidades adicionales.  Porque es un resultado aleatorio.  No hicimos nada para merecérnoslo.  ¿Si soy clara?  Qué pena enfatizar tanto, pero es que yo no creo que nos merezcamos un trofeo por una cosa que se dio naturalmente por azar.  A no ser que ustedes sean muy católicos y crean que Dios creó todo esto para nuestro servicio en cuyo caso no tenemos nada que discutir.

Creo que tenemos cabeza para entender que nuestra vida es tan intrascendente como la de una ameba en ese mismo plano general.

Yo no sé en donde me equivoco, tengo que estar equivocada, seguro.  Les agradecería que me ilustren sobre mi error en esta reflexión.  De verdad.  A mi mamá le preocupa que yo piense en esto y quede siempre muy aburrida.  Pero no se preocupen tanto que la mayoría del tiempo me hago la idiota y no me detengo a pensar estas cosas.

Creo que el error radica en pensarnos como beneficio o nocividad... pero esa idea no me lleva a ninguna parte, así que sírvanse ejemplificar si son tan amables.

martes, 1 de marzo de 2011

A puerta abierta

Sonó el timbre y renegó por la intromisión; dejó la botella sin marca encima de la mesa y se apresuró a abrir la puerta seguro de que atendería ese último asunto - un vendedor de cualquier cosa, un cristiano que quería presentarle a Jesús, lo que fuera - y retomaría el impulso.

Ya había superado el temor, estaba decidido, todo considerado, los asuntos arreglados para no dejarle problemas a nadie.  Y sin motivo particular.  Era suficiente.  Eso también quedaba claro para que nadie se echara culpas y no buscaran motivos.

Irrumpió sin más, explicando el dolor que traía.  Su mujer lo había dejado y estaba desesperado.  Quería desahogarse con su amigo, poner la música apropiada para hablar de una mala mujer y tomarse todos los tragos.  No daba tiempo para interpelaciones, hablaba, manoteaba, explicaba, preguntaba y se contestaba.  Pidió la música que no le fue dada, no lo notaba... pidió los tragos y creyó verlos.  Tomó la botella.  Fondo blanco.

"Se suicida hombre por decepción amorosa.  Fue a morir a casa de su amigo quien lamenta profundamente su deceso: "me queda debiendo", renegó llorando inexplicablemente."

Insoportable

Ponlo allá o acá, pero en alguna parte.  Toma una decisión y aléjate o acércate.  Apaga tu luz y deja de brillar o préndela del todo y déjalo incendiar.  Nos enteras, lo vemos, es claro; deja de gritar que no hay necesidad.  Ya dijiste, ya dijimos, todo permanecerá igual, así será.  Así que no hay espacio ya para la ansiedad que no, no la hay.  Queda una luz prendida y tenue que insistes en mover de allá para acá, para que se vea, para que se note, como una señal de código morse que yo no sé interpretar.

Estoy segura que desde tu orilla yo me veo exactamente igual.

sábado, 26 de febrero de 2011

Una pizza y un amor

Hace poquito sucedió aquí en Manizales, que en una pizzería muy famosa, el dueño del sitio no quiso atender a una amiga mía y a su novia, después de que ellas, que ya habían ordenado, se dieron un pico en la boca.

No quiero hacer de este un post sobre mis amigos homosexuales, que los tengo por todas partes y que los adoro, ni sobre posiciones personales, que las tengo claras.

Quiero hablar de las oportunidades perdidas para hablar de este tema en una ciudad como Manizales.

En una ciudad como Manizales que no en Manizales.  Ciudades a las que les cuesta dar estos debates son muchas.  Sí, esta es una ciudad más bien goda, más bien conservadora, más bien obtusa... como en general lo es el planeta tierra.  Entonces no es que quiera denigrar de mi tierra, pero tampoco quiero defenderla.

Mi amiga y su novia quienes, a pesar de darse picos en la calle, no han salido del closet en sus casas, con sus familias, no quisieron dar una pelea que no es solamente de ellas, frente a una oportunidad servida como en bandeja de plata.  Que den esa pelea tampoco puede exigírseles, aunque uno lo lamente.

Y es que tolerancia y respeto son palabras que pronunciamos muy fácil pero que a la hora de la verdad nos cuestan mucho trabajo.  Mi hermana decía que un día los jóvenes de hoy serán los viejos del mañana y que esos estarán más dispuestos en general a posiciones más incluyentes, que los adultos de ahora y que algunos jóvenes de ahora.  Leí hace poco también, que tenemos que dejar de hablar de minorías en términos de género y de raza; son las posiciones intelectuales o ideológicas las que deben verse representadas todas, antes que los colores y los gustos en la cama.  Si hiciéramos un censo honesto que abarcara estas cosas nos encontraríamos con que es muy difícil que demos con dos seres humanos con la misma escala de valores, principios y creencias.  Yo siempre insisto en eso: no hay otro como yo y eso me iguala con todos.  Cambios lentísimos en el modo de pensar, decía mi papá.

Hay cambios, claro... Creo que estos se facilitan en la medida en que aprovechemos las oportunidades para debatir sin apasionamientos y con argumentos las posiciones encontradas.  Que terminemos por no estar de acuerdo es otra cosa.  No todo nos tiene que gustar a todos, pero sí tenemos que respetar los gustos de los otros mientras no transgredan a los demás.  Y seamos sinceros, ¿en qué nos afecta el que a unos les gusten las alcachofas y a otros no tanto?  En nada.  ¿En qué me afecta que haya gente que opine que la homosexualidad no es natural?  En nada, mientras no pretendan que piense como ellos y mientras no pretendan restringir sus derechos.  Es probable que nos hagamos mala cara, pero eso no es ilegal y hay que ser realistas: no será posible llegar a un entendimiento sin roces.

Finalmente el dueño de la pizzería recibió un comunicado del Personero de la ciudad en la que le indicaba que la próxima vez que una familia se queje porque tiene que compartir un espacio con parejas homosexuales, él deberá llenarse de argumentos para defender a la pareja, antes que atacarla.

Ah, porque no les conté que este señor en lugar de aceptar que es algo homofóbico le echó la culpa a una familia que se encontraba en ese momento en el restaurante y que ni se debió enterar de ese pico que se dieron mi amiga y su novia.  Bueno, tal vez la familia sí se dio cuenta, pero el que tomó la decisión de no venderles una pizza fue él.  Porque la gente que defiende la moral y las buenas costumbres es así de coherente.

Se me salió Juanito juzgador... perdón.

viernes, 25 de febrero de 2011

Y qué

Medias blancas.  Una que sube hasta donde tiene que subir y la otra que ya perdió todo el resorte.  Zapatos rojos con cordones blancos y falda a cuadros.  Camisa de mangas cortas que no obedece las indicaciones de mantenerse ordenada y el saco rojo con el escudo del colegio colgando de la cintura.  El pelo, que por la mañana fue dos colas bien templadas, a esta hora es un montón de crespos pegados del cuello y de la frente por el sudor de haber brincado y cantado a gritos toda la tarde.  Ni una gota de maquillaje y la alegría plena, cansada e interesada en nada que tiene energía para saltar charcos llenos de agua después de un aguacero con granizo al que inmediatamente lo siguió el sol.


El niño lindo que te gustaba te dijo por la mañana que tú a él, ya no.

domingo, 20 de febrero de 2011

Se vende

Como le digo... me llevó por todo el pueblo con sus veredas y, a pesar del mal estado de las carreteras, porque por aquí Usted sabe que el Estado nunca hace presencia, jamás me dejó botado en la mitad de la nada, que ya se sabe que la distancia que se puede recorrer por acá entre casa y casa es a veces de varios kilómetros... kilómetros en los que no encuentra uno a ningún paisano que lo pueda socorrer.  No.  Siempre que falló, porque sí que falló, le digo honestamente, lo hizo en el marco de la plaza, donde fuera fácil para mí reponerle el agua, cambiarle alguna pieza, hacerle un arreglo hechizo o ponerle un poquito de diesel para que anduviera otros metricos.

Como una mula vieja y buena, carga lo que sea.  No le miento si le digo que le eché encima cosechas de plátano enteras, bultos de café que sumaban varias arrobas, animales vivos y cristianos, varios de esos y todos juntos al mismo tiempo.  Usted le puede quitar la cojinería para hacerlo más espacioso... como dicen ahora: abatible.  Vea, así... Usted los quita, los amarra todos juntos, los mete debajo del asiento del copiloto y puede subir 2 o 3 bultos más de lo que tenga que transportar; así se ahorra ires y venires por estos caminos que ya sabe que a partir de una hora se vuelven peligrosos de andar... así que el carro no solamente le está generando un ingreso sino que le está salvando el pellejo.

¿Que por qué lo vendo? Ahhh, mi señora dice que yo ya me pensioné, que no es que sea eso tampoco... es que tengo un hijo al que le está yendo bien.  Se contactó con una gente importante.  Gente de negocios.  El les ayuda con las vueltas y le pagan muy bien.  No nos cuenta mucho, pero dice que está contento, que es gente seria y que le han cogido mucho aprecio.  Nos puede mandar quincenalmente un dinerito.  Y entonces ella dice que yo ya no tengo que salir tanto de la casa, que la acompañe ahí en la finquita, que a ella también le da miedo quedarse tanto tiempo sola y que como todos los hijos ya se fueron no tiene a nadie con quien conversar; aunque ella y yo tampoco es que hablemos así como por ejemplo Usted y yo en estos momentos.  Ahí, el hijo que le cuento les está ayudando a todos sus hermanos a conseguir puesto.  Esos muchachos míos salieron todos con muchas ganas de progresar, como la mamá y el papá.

Es que nosotros empezamos con nada, le cuento... de agregados ahí en la finca que antes era de una gente importante de la capital del departamento; pero esa gente se fue, dejaron todo tirado y no volvieron... al cabo del tiempo la finquita en la que ellos nos tenían la parcelamos y nos quedamos con un pedazo bonito, antes de que a los nuevos dueños de todo esto por acá les diera por sacarnos también a nosotros; ahí hemos tenido con ellos unas relaciones hasta buenas, eso sí, de lejitos, porque uno es gente decente.  Esto por aquí se fue dañando fue de a poquitos, pero uno conservó sus valores y crió los hijos como gente de bien: católicos y echaos pa'lante.

Ahí me están asesorando en la venta de este cacharro... que no, tampoco era mío, pero ya ve, con todo lo que ha pasado por acá, hoy todo se vende.

¿Cómo dice? No, las conciencias no... esas no se venden, cómo se le ocurre.