miércoles, 31 de mayo de 2017

Mentiras

Cuando me preguntó me dieron ganas de contestar que sí. De hacerle honor a todo lo que hemos dicho sobre lo que debería ser el amor y sobre lo sensatos que decimos que somos. Sobre todas esas mentiras que nos decimos para sentirnos muy inteligentes y para ponernos por encima de esa banalidad que son las emociones. Que desde que estoy con él he estado con tres hombres más, pero que sabe --que no tengo que aclararle-- que no significó nada. Que simplemente se presentaron esas oportunidades y que él ya sabe, ya sabía, desde siempre supo, que no me gusta dejar pasar esas oportunidades. Que incluso una vez pronuncié su nombre, que pensaba en él, no porque me sintiera culpable, y tampoco porque lo usara para conectarme, sino porque estaba prendida y me confundí un poco; que nada de eso tiene ni tanto glamour ni tanto drama. ¿Para qué preguntamos esas cosas si no queremos saber la verdad? Si mientras esperamos que nos digan que somos los únicos nos duele el estómago de la ansiedad.

Por eso contesté que no, que con ninguno. Por eso, y porque temí que su respuesta contuviera su propia cantidad.