martes, 28 de febrero de 2012

Cómo desenamorarse

El profesor dijo que lo más importante era que uno de verdad quisiera desenamorarse.  Que uno tenía que querer dejar de querer, pero de verdad.

Que luego era importante empezar a tratar al otro como a cualquier persona, ni mejor ni peor que a nadie y sobre esa idea centró todo el discurso.

Entonces, dijo:

Si tiene que hablar con esa persona, háblele, pero no busque excusas para hablarle si no tiene que hacerlo.

Si tiene que pasar por donde esa persona, pase, pero no dé las milquinientas vueltas para pasar por el frente de su nariz si no tiene que hacerlo.

No lo trate mejor que a los demás.

No lo trate peor que a los demás.

Cuando tenga que verlo o hablarle piense en cómo trataría a una persona que no le importa y dele el mismo trato.

Y deje al tiempo actuar.

Eso fue en 1998 en EAFIT. Uno de los profesores más queridos, aunque a pesar de eso se me haya olvidado su apellido, Gustavo algo... Un señor de más de 60 años con una cara de sabio impresionante; una persona de esas que uno se imagina que sabe de lo que está hablando. Un paisa sin pretensiones, tranquilo.

Uno debería empezar siempre por ahí, porque no importa si uno hace todo lo contrario, el amor se acaba, se diluye en el tiempo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Veinte años no es nada...

"... a él sí le dije una vez que le agradecía mucho el haberme mostrado que no todas las personas eran buenas... recuerdo su reacción mucho más seria del tono con el que yo le hablaba, que era casi con cariño".

No tengo ni idea por qué no lo odio, debería odiarlo.  Hoy caminé un rato desde Las Palmas hasta mi oficina pensando en eso... pensando que tal vez sólo me sienta libre sola, condenada a mí misma, dándome ánimos de esa manera evasiva que me gusta tanto diciéndome que siquiera soy entretenida.

LM: ¿Tengo un mensaje en mi celular donde dice que usted me necesite para que le ayude con la compra de un carro?
AM: No. Usted no se acuerda de mí.
LM: ¿Ana María Mesa...? Hmmm... no.
AM: Yo trabajé con usted hace casi 20 años.
LM: Ah, Ana María, hola, ¿cómo estás?
AM: Bien, gracias...
LM: Ahhh, Ana María Mesa de Eafit... ¡Hola muñeca!

Sigo sin poder odiarlo.

martes, 7 de febrero de 2012

En retrospectiva

Tal vez nunca estuve tan enamorada, tal vez no tenía tantos motivos para llorar ni tantos para reírme, tal vez no tenía que estar tan angustiada, y tal vez los amigos que creí tener y que me dolió dejar no eran los amigos que tenía que tener.  Tal vez el tipo este no era tan buen polvo, tal vez no dolió tanto que esa historia que me parecía necesaria no pudiera ser... en la distancia todo parece menos grave, menos serio, menos doloroso, menos angustioso, porque aquí seguimos a pesar de todo lo que parecía que iba a detener mi mundo alguna vez.