sábado, 30 de enero de 2010

Julia

A ella ni siquiera le gusta ese nombre y sin embargo a mi me parece que la pinta perfecto.  Es un nombre como ella (los nombres imprimen carácter, vaya uno a llamarse Bárbara o Débora! Eso hay que sustentarlo!).  Julia es sereno, tranquilo, sensato, apacible, lindo.

Julia es como la primavera: flores y prados.

Así es Julia.  Estoy segura que de no ser porque somos hermanas, no seríamos amigas.  Somos las mejores.  Tenemos pocas cosas en común, excepción hecha de que ambas disfrutamos como locas burlándonos de la papaya que da cualquiera: Jairo o Pili, todos los tíos y la señora que camina muy chistoso en misa cuando sale a la lectura del evangelio (ese día no tuvimos ni que hablar: vi a la señora y solo saber que Julia también la estaba viendo y que ese caminado definía un carácter que no describiré acá, por pura vergüenza, fue motivo suficiente para que al mismo tiempo a las dos nos cogiera el más violento ataque de risa, en plena misa del entierro de mi abuelito).  Tenemos el mismo criterio para la burla.  Nos parece charro lo mismo.

Julia es mi hermana menor, pero quedamos mal ubicadas... ella es mi ejemplo.  Tiene todas las características de la gente que entendió eso del orden y la responsabilidad.  En parte siento que yo la eduqué en eso, le mostré como no se hacía; bueno, eso y la angustia asociada de mi mamá.

Y sé que así, me ama.  Sé que tenerme ha sido para ella ver otro lado de la vida que no solo ha comprendido, sino que ha defendido.  A la hora de confrontar mis diferencias (no tantas, pero algunas) frente a quienes quisieran que todos estuviéramos en la misma cuadrícula, no he tenido mejor abogada que Julia, ni he contado con mayor lealtad.

Y es la mejor defensa.  Todo el mundo le cree a la Doctora gracias al cielo, y eso ha hecho que quienes suelen ser más ortodoxos le den el beneficio de la duda, al mar de incoherencias y contradicciones que he decidido ser yo.

Nadie como un hermano para saber dónde le queda a uno el Talón de Aquiles.  Nadie como un hermano para terminar una pelea con un comentario más duro que un puño de boxeador.  Por ahí hemos pasado, nos hemos dado todos los sutiles golpes.  Pero hemos comprendido que ser hermanas, sin ser amigas, tiene menos de la mitad de la gracia.

Y Julia es mi amiga.  Si no fuera mi hermana y no fuera mi amiga, estoy segura que la extrañaría.

Quisiera

amo tener un amigo
al que quiero decirle que quiero quererlo
como él me quiere querer a mi

martes, 26 de enero de 2010

domingo, 24 de enero de 2010

Amante


Está de moda hablar de amantes.  Estará de moda ser amante...  
De qué se trata, ¿de amar? Etimológicamente pareciera que sí.  Pero puede tratarse de otras cosas.
Por eso no son buenas las etiquetas... porque se quedan cortas...

jueves, 21 de enero de 2010

Es evidente

Nunca me he sentido discriminada por ser mujer.  Jamás.  Ni en mi casa mi papá nos trató a mi hermana y a mi como menos "buenas" por ser mujeres, ni nos explicaba despacio, ni nos trataba distinto que a otros hombres de nuestra edad; las más berraquitas éramos Julia y yo.  Ni mis abuelitos, ni mis tíos dijeron nada que a mi me sonara a masculinas preferencias.  Es más, siempre sentí que mi abuelito materno me amaba más a mi que a cualquiera, sin importar géneros, ni edades, ni filiaciones, ni nada, yo la más amada.  Ideas mías...

Por eso cuando hablaban de discriminación, yo pensaba que eso sucedía lejos.  Mi entorno era en mi mente, civilizado.  Por lo menos para eso.  Eran cosas de países bárbaros a los que yo ni siquiera me les sabía el nombre... yo sabía que eso pasaba, pero no tenía ni la más remota idea de dónde.  Luego crecí y fueron evidentes las barbaridades de mi familia, pero en otros asuntos, en éste no.

Tal vez por eso, siento que he tenido un escudo y, si he estado en circunstancias (yo) de recibir algún sutil mensaje machista, no lo he reconocido.  No sé cómo son.

Pero lo que si me hace sentir que hay diferencias es ese intento de hacernos evidentes, por encima de lo evidente:

Hola todos y todas, niños y niñas, médicos y médicas, músicos y músicas.

Hola tod@s, niñ@s, médic@s, músic@s.

Eso sí me hace pensar en diferencias... cuando hay que decir que la montaña es verde, para que todos sepamos que es verde, me parece que ahí es cuando no estamos claros en los colores que vemos.  No estamos claros en el mundo en que estamos, si tenemos que decir lo evidente.  Y no me gusta.

Y entonces yo me uno al grupo y voy a decir una cosa super evidente:

Todos somos iguales porque somos distintos.  Es decir, no hay otro como yo y no hay otro como Usted, por lo tanto somos un mundo lleno de individuos únicos, por lo tanto, eso es lo único que nos une.  Por lo tanto, somos iguales precisamente, porque no lo somos.

Y me desespera que haya que hacer evidentes las diferencias, para que nos tratemos en un sentido de igualdad, con el mismo respetico.

Me gustaba más cuando nadie me hacía caer en cuenta de mi sexo.

¿Cuántos siglos faltarán para que esta especie evolucione y sea andrógina?

sábado, 16 de enero de 2010

3 motivos... de muchos...

Hay tres condiciones básicas (y por básicas quiero decir que son las que se me ocurren en este momento) por las cuales no puedo dedicarme a la política:

1. Como queda demostrado con el post anterior, soy un desesperanzada y no creo que esta humanidad vaya a tener éxito.  Y cuando digo éxito me refiero a sobrevivir.  Así que gobernar, ¿para quién? ¿para esta eventualidad que somos? me parece poco trascendente... ¿para, si estoy de verdad muy de buenas y hago muy buena labor, lograr un cambio pírrico, que no afectará para nada a la totalidad del mundo? no le veo la gracia...

2. Por eso mismo, el único puesto que me sirve es presidente del mundo (cargo ocupado por un anónimo super poderoso, para el cual no se hacen elecciones) y mi plan de gobierno sería: "Acabemos con todo lo que hemos inventado y volvamos a empezar"... muy difícil de mercadear.  No creo poder conseguir asesor de campaña.

3.  No soy la mejor persona del mundo y no sé si me alcanza siquiera para buena persona, pero creo que soy suficientemente buena persona como para chocar con el perfil de esos cargos.

Por lo tanto, lo siento, pero se le informa a la opinión pública que no.  No me dedicaré a la política.  Y no lloren, que no me van a manipular con lágrimas...

Esta humanidad tan agobiada y doliente

Acabo de ver un programa de History Channel o Discovery, ya no sé, donde uno de los científicos entrevistados decía que la agricultura, al contrario de lo que pudiéramos pensar, no fue un desarrollo positivo para el hombre.  Al dedicarnos a sembrar solo algunas cosas y, eso por puro azar, porque empezaron a crecer árboles en donde botábamos las semillas, o sea en los basureros, siendo así como nuestros antepasados se dieron cuenta (pero no rápidamente, todo eso nos tomó más tiempo del que arrogantemente creemos) que los árboles no salían de la nada, sino que nacían por sembrar semillitas, en fin... que todo eso hizo que en lugar de tener una dieta rica en variedad, nos dedicáramos a comer mucho de lo mismo y como consecuencia la estatura promedio de la humanidad decreció y las generaciones siguientes empezaron a ser más bajas que sus antecesoras.  Todo lo contrario de lo que sucede hoy en día, donde cada generación es más alta que las demás... y más gorda.

Me hace pensar lo buenos que somos los seres humanos para tener las percepciones más superficiales con nuestros sentidos, pero lo malos que somos para hacer juicios más complejos con los mismos.  Nos quedamos en las emociones que nos traen los sentidos, pero no las razonamos.  Realmente no.

Si fuéramos coherentes no nos llamaríamos a nosotros mismos homo sapiens, sino algo como homo emocionis, o sentimientus, o algo así.  Porque lo que somos es puras pasiones.  Tal vez esa es nuestra naturaleza, ser lo que sentimos... y tal vez así podríamos explicarnos porque el tener una inteligencia tan limitada (a lo que sentimos) nos ha llevado por el camino de la codicia, la envidia, la avaricia al contrario de por el camino del altruismo y del pensamiento en manada.  A cada uno le importa cada uno y el pensamiento sistémico no existe... porque de lo contrario estaríamos buscando el equilibrio y el balance, para idealmente durar en esta tierra hasta que el sol se extinga... pero el sol se apagará y nosotros, sinceramente, no creo que estemos acá para verlo.

A mi, siempre digo, me parece que lo único malo de esta idea del futuro del planeta, es que por delante nos llevaremos a la fauna y a la flora... porque sin nosotros, mejor estarían los elefantes.  Pero vamos a luchar por nuestra supervivencia a costa de todos los recursos naturales, como si mantenernos a nosotros, y a nuestra idea del mundo (esa idea donde la economía debe crecer cada año por lo menos en un porcentaje de dos cifras), fuera más importante que mantener nuestro sustento.

O sea, nos importa el ya y no los que estarán acá 200 años más tarde, esos ya verán cómo le hacen.  Igual porqué tendría yo que preocuparme por ellos si para esa época seré polvo... a mi qué... si a esos que van a vivir aquí dentro de 200 años les toca enfrentar a la falta de agua y de alimentos, pues que se jodan, ya verán de que artificio se pegan para no desaparecer... así como no pensaron en nosotros los que con mucho orgullo fueron los pioneros de la revolución industrial, que comenzó en serio los procesos de envenenamiento del planeta, pero que en su comienzo fue juzgada como el verdadero progreso del hombre.

Mi papá tiene un libro que se llama "El Ascenso del Hombre" de Jacob Bronowski (Wikipedia!!! y resulta que primero fue una serie de la BBC, vea usted, gente tan seria en desacuerdo con uno).  Él intentó que yo me lo leyera más de una vez, pero nunca fui capaz.  Cada que empezaba odiaba esa exaltación de nuestra humanidad.   Uy!!! tan brillantes!!! mira como creamos, por ejemplo, una berraca aspirina, como si el dolor no fuera buen síntoma necesario para determinar la enfermedad que lo produce, pero no, lo más importante era no sentir dolor, estar comoditos, entonces uy!! que viva nuestra inteligencia, que creó LA ASPIRINA! felicitaciones, bravo!... y alguna vez discutiendo sobre ese libro con mi papá, que es ateo, le decía que a él si que le había calado esa idea católica de que somos el centro del universo.  El motivo por el que Dios hizo todo lo demás, para servirnos.  Por eso nos dejó para el último día, para cerrar con broche de oro.  A mi papá no le pareció muy simpático que le mostrara su lastre católico y se opuso a mi idea.  Y no quiero echarle la culpa otra vez de todo a la iglesia y menos a Dios, que debe ser un adolescente que se muere de la risa cada que nos ve pataliar incapaces de superar nuestras frustraciones porque no somos ni más bellos, ni más ricos, ni más exitosos.

Es nuestra naturaleza... somos así... vamos a acabar con todo y con nosotros porque está en nuestra naturaleza, somos autodestructivos.  Así como las ballenas son monógamas y los leones son cazadores, nosotros estamos destinados a acabar con todo... yo lo siento mucho por todos los que insisten en reciclar (aunque por principio hay que estar de acuerdo con todo eso y no quiero desanimar a nadie, porque todo eso podría resultar útil), pero creo que la cosa ya va muy adelante como para lograr ponerle un freno o dar marcha atrás... y somos seis mil millones de almas y creo que ni convenciendo a la mitad.

Las cosas que me da por escribir cuando estoy dizque de buen humor... por eso los días que estoy aburrida, mejor no escribo.  Porque en esos días me da por pensar que la extinción sí nos va a tocar a nosotros y no a los que estarán acá dentro de 200 años... esos de pronto van y no existen nunca.

jueves, 14 de enero de 2010

Pelos




Pelo en la sopa, pelo en el arroz, pelo en el jabón.  ¿El pelo es en sí mismo mugre?

Y es que el trato al pelo es por decir lo menos inequitativo.  Si pegado del cuerpo, se le limpia, se le trata, se le usa para coquetear, se le amarra, se le suelta y hasta se le besa, en el sur y en el norte, no vayan a decir que no;  pero una vez desprendido del cuerpo humano pierde todo status y queda inmediatamente convertido en mugre, al que se le hace el feo, se le trata con desprecio, se cambia el plato que lo lleva, se reniega porque quedó adherido al jabón o luchando para no irse por el sifón.

Y no importa el dueño.  Si aparece en restaurante y no sabemos de quién es, vaya y venga.  Uno no sabe si lo limpian, si lo tratan, si lo quieren, si lo aman.  Pero, ¿de parte aseada?.  ¿Del hermano, de la hermana?, ¿del amado, de la amada?.  Si sujetos a sus cuerpos hacen parte de su atractivo, porqué al caer, ¿caen también en desgracia?

Como si quedaran convertidos en NN's difuntos malolientes, al pelo caído, nadie lo ama.

(Sé que la foto es inmunda, pero me obligo, para ser consecuente)

lunes, 11 de enero de 2010

Uno

Para agradarte y que no te vayas jamás diré que eres ni el primero, ni el mejor, ni el último... 

El caldo

Triste cuando una ilusión se diluye y mezcla con la lista de todo lo que no fue. Quisiera sacarla del caldo ese, pero ya está mezclada con todo lo demás homogéneamente y no se puede.