Nunca me he sentido discriminada por ser mujer. Jamás. Ni en mi casa mi papá nos trató a mi hermana y a mi como menos "buenas" por ser mujeres, ni nos explicaba despacio, ni nos trataba distinto que a otros hombres de nuestra edad; las más berraquitas éramos Julia y yo. Ni mis abuelitos, ni mis tíos dijeron nada que a mi me sonara a masculinas preferencias. Es más, siempre sentí que mi abuelito materno me amaba más a mi que a cualquiera, sin importar géneros, ni edades, ni filiaciones, ni nada, yo la más amada. Ideas mías...
Por eso cuando hablaban de discriminación, yo pensaba que eso sucedía lejos. Mi entorno era en mi mente, civilizado. Por lo menos para eso. Eran cosas de países bárbaros a los que yo ni siquiera me les sabía el nombre... yo sabía que eso pasaba, pero no tenía ni la más remota idea de dónde. Luego crecí y fueron evidentes las barbaridades de mi familia, pero en otros asuntos, en éste no.
Tal vez por eso, siento que he tenido un escudo y, si he estado en circunstancias (yo) de recibir algún sutil mensaje machista, no lo he reconocido. No sé cómo son.
Pero lo que si me hace sentir que hay diferencias es ese intento de hacernos evidentes, por encima de lo evidente:
Hola todos y todas, niños y niñas, médicos y médicas, músicos y músicas.
Hola tod@s, niñ@s, médic@s, músic@s.
Eso sí me hace pensar en diferencias... cuando hay que decir que la montaña es verde, para que todos sepamos que es verde, me parece que ahí es cuando no estamos claros en los colores que vemos. No estamos claros en el mundo en que estamos, si tenemos que decir lo evidente. Y no me gusta.
Y entonces yo me uno al grupo y voy a decir una cosa super evidente:
Todos somos iguales porque somos distintos. Es decir, no hay otro como yo y no hay otro como Usted, por lo tanto somos un mundo lleno de individuos únicos, por lo tanto, eso es lo único que nos une. Por lo tanto, somos iguales precisamente, porque no lo somos.
Todos somos iguales porque somos distintos. Es decir, no hay otro como yo y no hay otro como Usted, por lo tanto somos un mundo lleno de individuos únicos, por lo tanto, eso es lo único que nos une. Por lo tanto, somos iguales precisamente, porque no lo somos.
Y me desespera que haya que hacer evidentes las diferencias, para que nos tratemos en un sentido de igualdad, con el mismo respetico.
Me gustaba más cuando nadie me hacía caer en cuenta de mi sexo.
¿Cuántos siglos faltarán para que esta especie evolucione y sea andrógina?
1 comentario:
Mmmm afortunada tu que no conociste la discriminación, en mi familia siempre quien toma las decisiones son los hombres sin importar ni la edad, ni el conocimiento, ni la experiencia, ni nada. Las labores son divididas según el genero y seguimos las tradiciones machistas de esta región, digo seguimos porque me canse de luchar contra la corriente sola, cosa que no quiere decir que en mi vida, cuando no estoy con la familia en pleno, no haga las cosas de forma diferente.
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