miércoles, 11 de octubre de 2023

Nos interesamos

 Conversar con mi papá sobre el trabajo. Se interesaba de verdad. Y preguntaba. Y opinaba. Y daba recomendaciones. Y si lo hubiéramos dejado hubiera tomado decisiones.


Mi amorcito, por qué es que tienes que ir tan temprano a trabajar. Papi, lo que pasa es que esta semana tenemos una situación particular, pero la semana entrante ya vuelvo a mi horario normal. ¿Y qué es lo que estás haciendo ahora? Estoy coordinando un programa adicional. ¿Pero a ti te contrataron para eso? No, pero estoy cubriendo a alguien. ¿Y eso te lo reconocen de alguna manera? No señor. ¿Y no has pensado hablar con tu superior? Mi superior me pidió el favor directamente. ¿Y ese superior no tiene un superior con el que puedas hablar? No, realmente. Y por qué no le planteas a tu superior que te reconozca ese tiempo con tiempo libre, o con una bonificación, tu tiempo vale, mi amorcito, los derechos de los trabajadores bla, bla, bla…


Autoficción, como dicen ahora, pero hubiera podido ser una conversación con mi papá a la hora del almuerzo. 


Con quién estabas hablando, mi amorcito. Con un compañero, papi. ¿Y qué pasó? Que tenemos un desacuerdo. ¿Cuál desacuerdo, mi amorcito? Él está tomándose atribuciones que hacen parte de mis competencias. ¿Y ya le dijiste que por favor no se tome esas atribuciones? Sí señor. ¿Y qué te dijo? No le gustó. ¿Cómo le dijiste? Le dije “mira, sutano, por favor entiende que eso que estás haciendo es atravesarte en mis funciones y me causa inconvenientes”. ¿Estás segura de que esa era la mejor manera de decirle las cosas? Pues creo que sí. Tú puedes ser percibida como muy mandona, mi amorcito… quizá si le dijeras “mira, sutano, con todo el respeto y el cariño, lo que pasa es que bla, bla, bla...".


Imposible contradecirlo.


Era bello eso, por supuesto. Su deseo de ser un papá acompañador, su deseo de involucrase, de estar pendiente de nosotras, lindaba, también, con la impertinencia y la condescendencia, obvio. 


Nos mirábamos de reojo mi hermana y yo y nos lo decíamos todo. Aquí viene otra vez su papá, mi papá. “Se interesó”, decíamos, y entendíamos. Mi papá estaba otra vez haciendo preguntas y sugiriendo acciones, interviniendo, para que ella y yo nos desempeñáramos, según su criterio, de la manera más profesional posible. Divino. Y muy metido. 


¿Les pasa a ustedes? 


Nos pasa ahora a nosotras. Julia me pregunta, yo le pregunto. Hermanita, ¿ese paciente se va a morir?, ¿es cáncer?, ¿ya le dijiste?, avísale, ¿cuándo le vas a avisar? Me parece que no deberías dormir hasta que le saques ese lunar a esa persona.  


Hermanita, ¿están vendiendo licor adulterado?, ¿en dónde?, ¿vas a publicar el listado de sitios a donde es mejor que la gente no vaya? Me parece que no deberías dormir hasta que salves a toda la humanidad. 


Es lindo eso. Obvio.


lunes, 10 de octubre de 2022

Día mundial de la salud mental

Hoy es el día mundial de la salud mental. En la emisora en la que trabajo hemos tenido todo el día contenidos relacionados. En el espacio que conduzco, La Tarima, tuve al psiquiatra Juan Carlos Castro hablando sobre *el estado de las cosas* en Manizales. Mal. 

Una combinación de endogamia, enfermedad mental, consumo de sustancias, pospandemia y este mundo que nos inventamos, que no nos da tregua, tienen a la ciudad con una de las peores tasas de suicidio del país, pero no solo eso sino que hay demasiada gente intentándolo. 

Para el mismo tema, porque de prevención hay que hablar todos los días, invité hace dos semanas a la psiquiatra Mariana Aranda. Ambos señalaron la importancia de que trabajemos juntos, de que hagamos comunidad, de que todos deberíamos saber algo sobre primeros auxilios psicológicos. Urge. Mientras tanto, la política pública de la ciudad para estos temas consiste en una campaña que se llama La vida es bella. La desconexión es increíble y además es síntoma.

Como es el día de hacerlo, recojo aquí algunas de las cosas que me dijeron los dos especialistas y que considero que pueden ser claves y útiles.

Mariana Aranda:

"Lo más importante de todo es reconocer los síntomas, identificarlos y pedir ayuda. Además, hay una campaña muy bonita de la Sociedad Colombiana de Psiquiatría que se relanzó en 2022 en conmemoración del día internacional para la prevención del suicidio que consiste en hacer directamente la pregunta. Si uno ve que un familiar, un amigo, la pareja, un hijo, la mamá, el papá, tiene síntomas de depresión, por ejemplo: que esté comiendo mucho o que no esté comiendo nada, que duerma mucho o que no duerma nada, que no disfrute las actividades que antes disfrutaba, que tenga un ánimo triste persistente durante todo el tiempo, que no es reactivo al medio, es decir, que no mejora con ningún factor externo que antes lo podía alegrar, o que simplemente ven algún cambio en esa persona, si lo ven muy ansioso, nervioso, irritable, si no puede rendir en el trabajo o en el estudio, y esto específicamente para niños o adolesentes que empiezan a tener mal desempeño académico, la propuesta es hacerles directamente la pregunta '¿has pensado en suicidarte?'".

"Había la idea generalizada, también entre profesionales de salud mental, de que si uno hacía directamente esa pregunta podía inducir el suicidio y eso no es cierto. Lo que esto hace es que la persona que tiene un sufrimiento psíquico importante hable sobre su sufrimiento para que un tercero pueda ayudarlo, orientarlo o darle apoyo. Otra cosa importante es no estigmatizar o empeorar estos síntomas con comentarios como que es falta de berraquera o que es falta de voluntad, porque esto es como cualquier otra enfermedad, que, además, son enfermedades muy prevalentes en esta región. Es importante ayudar a quitar el estigma y adicionalmente a saber qué hacer porque no podemos seguir teniento este tipo de situaciones tan dolorosas que dejan una marca tan grande en las familias y en la sociedad. La solución es construir comunidad". 

"Nuestro problema es histórico. Los psiquiatras nos unimos durante la pandemia con ánimo de incidir en la política pública de la ciudad, pero la respuesta fue no muy buena. Tenemos que empezar a informarnos sobre las maneras en las que se intervienen estos síntomas cuando ya se configura un trastorno. A una persona que tiene una distorsión cognitiva, una distorsión de la realidad, una persona que ve la vida gris o negra, no le vas a decir que la vida es muy bonita, o que la vida es bella, y esperar que las cosas vayan a cambiar, desde mi opinión personal y profesional esto resulta ofensivo". 

"Frente a la realidad de familias que ya se están enfrentando a un familiar fallecido, a un suicidio consumado, lo que podemos hacer es decir 'aquí estoy cuando me necesiten cuenten conmigo', y tratar de que la comunicación sobre el asunto no sea sobre el morbo de los detalles de cada situación pues eso va en contra de la prevención del suicidio. Las familias necesitan un acompañamiento por parte de profesionales de salud mental porque los suicidios consumados dejan una huella indeleble en las familias".

"Es importante recordar que las personas que se suicidan o que tienen intentos de suicidio, no es que se quieran morir, sino que quieren dejar de sufrir, y no ven otra salida, es importante que no perdamos eso de vista". 

Juan Carlos Castro:

"Las patologías mentales siguen representando un alta carga de morbiliad, y una altísima carga de días perdidos efectivos, por lo que esto implica que es un inestabilizador financiera de los estados. Para bien o para mal esto ha hecho a los estados más conscientes de que se requiere atención e intervención". 

"Thomas Insel, médico psiquiatra y quien fue durante muchos años el director del Instituto de Salud mental de Estados Unidos, dice en su libro Healing (Sanando), que luego de muchos años de experiencia administrando rubros de inversión para la salud mental, entendió lo que otro médico recomendaba: 'como me dijo un psiquiatra alguna vez en California, para la atención de la salud mental se necesitan tres P: people, place, and purpose'. En español: gente, refugio/hogar y propósito. Si las personas tienen gente que los apoye, si tienen un lugar, un refugio, y si le encuentre un sentido a su existencia, las estadísticas cambian. Intervenir en estos tres aspectos ha demostrado en modelos de ciudades como Trieste, Italia, que incluso con el peor de los trastornos mentales en cuanto a severidad y pronóstico, se puede lograr llevar una vida plena. En algunas ciudades dejaron de apuntar a cosas más complicadas y empazaron a faciliatar el acompañamietno familiar, comenzaron a buscar lugares, refugios, casas y han trabajado psicoterapéuticamente en la búsqueda de propósito. Esta última puede ser la parte más difícil, la que requiera más intervención y más recursos de capacitación, porque ser psiquiatra o ser psicólogo no implica necesariamente la capacidad de hacer psicoterapia". 


miércoles, 24 de marzo de 2021

Correazos

Mi papá me pegó una vez unos correazos para castigarme por un daño que habíamos hecho mi hermana y yo en la sala de la casa. Jugando, y después peleando, caímos juntas sobre la cortina de la biblioteca y con el tubo metálico que sostenía la tela y que se desprendió de la pared, dañamos un reloj de balines que él había traído de Alemania. 

Lo dañamos para siempre. 

Cuando mi papá llegó de trabajar mi mamá lo recibió con la historia y mi papá nos anunció los correazos.

Pero la verdad es que mi papá no quería pegarnos. Él solía resolver los problemas que tenía con nosotras conversando. Entonces demoró la pela. Hoy lo imagino triste por tenernos que pegar, mientras que mi hermana y yo esperábamos ansiosas a que se decidiera.

No sé cuánto tiempo pasó, pero fue el suficiente para que el asunto de le saliera de las manos y se configurara la tortura de la espera. 

Cuando llegó a mi cuarto yo estaba desconfigurada llorando. Mi papá ya había prometido el castigo y él cumplía esas promesas. Me pidió que me acomodara para la nalgada y yo lloraba a los gritos como si de verdad mi papá me estuviera matando. Cuando por fin me volteé mi papá me pasó la correa aperezada y sin fuerza.

Creo que la decisión de prohibir el castigo físico que tomó el Congreso colombiano lo hubiera librado también a él de la tortura de pegarnos.

jueves, 11 de marzo de 2021

Vitiligo

Una manchita café apareció en mi frente un día cuando tenía seis años. Creo recordar que estábamos en una finca y yo había estado todo el día en la piscina. Como mi papá era dermatólogo constató la existencia de la mancha y seguramente dijo que eso no valía la pena. Al día siguiente constató que la mancha se había extendido a toda la frente y ahora tenía nombre: se llamaba vitiligo. Me revisó por todas partes... las partes donde suele dar vitiligo, y constató que tenía las manchas blancas con café no solamente en la frente, sino también en otros lugares del cuerpo. Reiteró que eso no valía la pena. El tratamiento: sol, ponerme al sol, más piscina. Encantada de la vida. Cuando en el Hospital Universitario de Caldas compraron una lámpara de luz ultravioleta el tratamiento incluyó visitas a ese lugar. Me ponían un antifaz que impedía que la luz me dañara los ojos y me dejaban sola unos ratos largos, sentada, mirando hacia la luz. La mancha de vitiligo era mi primera historia, fue lo primero que me pasó en la vida. A mí. Era mi historia, mía. Era un motivo de conversación y yo estaba feliz de podérselo contar a todo el mundo. Un suceso. Mi primer suceso. ¡Drama! Una particularidad que yo sentía que me hacía especial. No conocía a nadie más con vitiligo. Única. La verdad es que yo siempre me he sentido muy especial. Me ponía feliz cuando alguien me preguntaba, y siempre me preguntaban, claro, porque era la sensación: "¿qué es lo que tienes en la frente?", y con seis años narraba mi versión de los hechos: "vitiligo, una despigmentación de la piel. Tengo en la frente, en las axilas, en las rodillas, y en una parte que no te puedo decir". Risas. Encantada de la vida.

martes, 5 de enero de 2021

El feminismo y sus tensiones

(En 2020 hice dos cursos sobre feminismo con la Universidad del Norte. Este texto es el resultado de uno de los trabajos que nos pidieron y que publico aquí para conservarlo en un lugar donde no se me pierda y también porque me gustó como quedó, atenta a comentarios).


El feminismo y sus tensiones


En este ensayo me propongo demostrar que en la naturaleza del feminismo están las tensiones incrustadas desde su propia concepción y que esa naturaleza de “polos encontrados” se extiende a muchas de sus nociones. Ideas que se enfrentan, que parecen contrarias y que incluso pueden hacer parecer al movimiento y a la teoría que lo sustenta inconsistente; que esas tensiones pueden entenderse mejor y abordarse mejor si se piensa en ellas como tránsitos o puntos de partida y llegada.


Por tensión entiendo la contraposición de dos posturas frente a un mismo tema, los argumentos que defienden cosas opuestas sobre un mismo asunto y las discusiones que se dan, sobre todo hoy en redes sociales, alrededor de estas cuestiones. 


Y por tránsitos o puntos de partida y llegada entiendo que estas discusiones pueden ser ajustadas o inexactas dependiendo del momento histórico en el que se revisen, de la localización geográfica desde donde se miren o desde las enunciaciones particulares de quién las exponga. 


Para hacerlo me voy a centrar en el libro Descolonizar La Memoria, Descolonizar Los Feminismos de Adriana Guzmán, feministacomunitaria, lesbiana e indígena Aymara de Bolivia. 


Espero que la conclusión de mi ensayo sea una contribución para que perdamos el miedo a discutir sobre estos aspectos enfrentados, o para que esas discusiones se lean más como conversaciones en proceso, que dogmas de fe, o diferencias irreconciliables. 


Voy a mostrar tres tensiones que hemos abordado, quizá no detenidamente, sino de pasada en el curso de Feminismos desde América Latina, derechos, movimientos y mujeres icónicas, que he ido anotando en mis lecturas de clase y que llamaron mi atención al encontrar casi un patrón: a cada idea que se da por elaborada y en la que se llega a algún tipo de consenso le nace, casi de manera inmediata, un cuestionamiento de peso de donde surge necesariamente una tensión.


Pero primero quiero exponer por qué digo que esta dinámica en tensión del movimento feminista está incrustada desde su concepción. 


Las primeras feministas no sabían que lo eran. Lo que ellas veían como un trato desequilibrado no tenía todavía nombre o quizá se llamaba solamente injusticia, inequidad, desigualdad. Por lo mismo es difícil establecer quiénes fueron esas primeras mujeres feministas. Tal vez, si hemos leído un poco, nos vengan a la mente las figuras de mujeres como Mary Wollstonecraft que en 1792 escribió su Vindicación de los Derechos de la Mujer, aunque el término “feminismo” no fue acuñado sino hasta el siglo XIX. Entonces podríamos conceder que el feminismo tiene su origen europeo, por lo menos lo que se ha conocido como la Primera Ola, en el siglo XVIII.


Sin embargo eso es falso. Si regresamos a la idea de que las primeras mujeres feministas no sabían que lo eran, es probable que antes de la ilustración se hayan dado muchas disputas entre personas que notaban un desequilibrio entre los hombres y las mujeres. Ahí está para ser anotado en la larga historia del feminismo el sacerdote francés Poullain de la Barre que en 1673 publicó su texto Sobre la igualdad de ambos sexos, discurso físico y moral donde vemos la importancia de dejar atrás los prejuicios, o también la filósofa francesa Olympe de Gouges que en 1791 escribió La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.


Pero además, desde América Latina las mujeres indígenas reclaman un comienzo propio de su lucha feminista. Dice Adriana Guzmán en su texto que “... Las luchas no son propiedad privada, las palabras tampoco, el feminismo no nació en Francia, nació y nacerá en todo territorio donde enfrentemos el sistema patriarcal de muerte, las palabras no se privatizan, los sentidos se construyen y se disputan, eso también es autonomía”. 


Por tanto, ¿dónde y cuándo nació el feminismo? Será difícil de establecer. Eso no quiere decir que no reconozcamos a Mary Wollstonecraft, o a otras figuras europeas o latinoamericanas, como Bartolina Sisa o las sufragistas, precursoras en momentos en donde ese desequilibrio que combatían era más grande y más intimidatorio. Son todas emblemáticas, mayores, abre caminos y rompe esquemas. Lo que sí podemos es dar contexto a cada inicio conocido, reconocerlo, valorarlo y mostrar cómo, incluso así, es probable que se hayan perdido en el tiempo las primeras mujeres que se negaron a las exigencias de los hombres, o que pelearon a muerte con uno para evitar ser violadas. Esas también son las primeras feministas. 


Así cuestiona Adriana Guzmán, entonces, el desconocimiento de una parte de la historia, que hace a lo que hemos conocido como “histórico” un no universal: “¿Qué es pues lo universal? Para los filósofos griegos lo universal era lo opuesto a lo individual o particular, pero no sólo se opone a lo particular o a lo diferente sino que lo anula y pretende superarlo, planteando así un conocimiento, unas teorías universales, que supuestamente se deben cumplir y acatar, unos valores y una ética universal, una especie de absolutismo, de un todo, que refleja también el triunfo de la razón sobre la naturaleza. Lo universal se propone como una estrategia de dominación y colonización de los cuerpos y las mentes, pues está hecho a medida de quienes detentan el poder, los valores universales de “libertad, igualdad y fraternidad” de la Revolución Francesa, la ciudadanía y los derechos por ejemplo son a medida del hombre blanco y burgués y por tanto no aplicables a las mujeres, ni siquiera a las blancas y burguesas como ellos, y menos aún a las indias e indios de AbyaYala (Latinoamérica) que ni siquiera eran considerados humanos y ni por si acaso ciudadanos. Lo universal entonces es uno y no es neutro es una estrategia de colonización”.


Lo que quiero decir entonces con la exposición de estos argumentos sobre la dificultad para establecer un comienzo, es que si ni siquiera eso, establecer un origen, es posible con certezas o con consensos, y si, en efecto como así ha sido, muchas mujeres discuten, con razón, que no se las ha tenido en cuenta en la historia del movimiento, podríamos admitir que este es el movimiento de las cuestiones más que de las conclusiones. Es el movimiento donde cada concepto, cada idea, cada libertad que se persigue es sometida a revisión porque no solamente su origen, sino las ideas en su origen, fueron sometidas también a revisión.


¿Cansado? Tal vez. Pero no le falta entretención. 


En una segunda parte quiero mostrar otras tensiones, quizá no las que están de moda (mujeres trans, teoría queer, binarismo, abolición del género, abolición de la prostitución y la pronografía vs. regulación) que son importantes y que me despiertan también mucho interés, sino las que son pertinentes para nuestro curso de Feminismo en América Latina. 


Las tres tensiones que me propongo abordar son:


  1. Desde la localización: feminismo europeo vs. feminismo latinoamericano.

  2. Desde la propia enunciación: feminismo blanco vs. feminismo de minorías étnicas.

  3. Desde la agencia o la calidad de víctimas: empoderamiento feminista. 


No me propongo abordar cada una de esas tensiones exhaustivamente pues no tengo el espacio y no es tampoco el propósito de este ensayo. Tampoco pretendo llegar a conclusiones o establecer posiciones sobre cada una de estas tensiones sino meramente enunciarlas. Me propongo mostrar la existencia de la tensión y proponer una lectura sincrética de la misma, es decir, reconocer las verdades que pueda haber en cada uno de sus lados.


Feminismo Europeo vs. Feminismo Latinoamericano


La tensión entre estas dos posiciones geográficas desde donde se ejerce el feminismo está dada por las luchas que persiguen. Mientras que el feminismo europeo se centra en los derechos de las mujeres, la igualdad frente a los hombres y las luchas por liberar al cuerpo femenino, el feminismo latinoamericano entiende su lucha desde la liberación de sus comunidades y sus territorios y en ese sentido se enuncia como antisistémico. 


Si Simone de Beauvoir afirma que el hombre es lo dado y la mujer es “lo otro”, las feministas latinoamericanas afirman que son “lo otro periférico”, donde la distancia no está dada solamente por el sexo, sino por la raza, la etnia, la pobreza, la orientación sexual, la cosmología y toda la condición de minoría que cabe para ellas. Son lo otro de lo otro. 


Afirman incluso que muchas de ellas no caben en la categoría mujer tal como se ha concebido desde una visión occidental y patriarcal, pues no son vistas como lo íntimo, lo sagrado, lo virginal, lo maternal, lo del cuidado, sino simplemente como hembras que paren hijos para las labores esclavizadoras a las que toda sus comunidades han sido y siguen siendo sometidas. Por lo tanto es una lucha no solamente por la liberación de las mujeres, sino por la liberación de lo femenino extendido también a la naturaleza. 


Sobre estos hechos geográficos Adriana Guzmán sostiene opiniones interesantes como esta: “Por último como gracias al capitalismo transnacional extractivista el territorio hoy llamado Bolivia no tiene mar, nuestro feminismo no tiene olas, nos construimos desde la tierra que nos sostiene y nos alimenta”, donde se evidencia que incluso las abstracciones que hacemos están signadas por el lugar que habitamos.


Y sobre la inclusión de la naturaleza dentro de las categorías que deben ser liberadas de la opresión sistémica patriarcal dice Adriana Guzmán: “... la liberación es en comunidad, que una se libera a sí misma, pero que tiene responsabilidad también, en la liberación de las otras, de los otros y de la naturaleza. La liberación es en comunidad para construir la comunidad, comunidad de la que no hay un modelo, esa comunidad que hay que inventar”.


Esta inclusión de la naturaleza como otro femenino que debe ser liberado de prácticas capitalistas patriarcales es también una lucha situada desde lo geográfico, pues los territorios empobrecidos de Latinoamérica muchas veces son los que sirven como despensa de materias primas y de alimentos para los países más ricos que son los que dominan el sistema.


Cómo armonizar esta tensión. Estamos en deuda con el feminismo latinoamericano de las indígenas, las campesinas, las comunidades afro, las lesbianas, puesto que sus luchas siguen siendo en el mejor de los casos omitidas y en el peor despreciadas. Un verdadero feminismo que se diga universal debe incluir todas las luchas en contra de todas las opresiones sin perder el foco en lo femenino.


Feminismo Blanco vs. Feminismo de Minorías Étnicas


La tensión entre estas dos enunciaciones está dada por el reconocimiento de la interseccionalidad y de que no todas las mujeres somos las mismas mujeres. No sufre la misma opresión una mujer blanca europea que una mujer indígena, negra o latina. Mientras las mujeres blancas dicen “queremos trabajar”, las mujeres de latinoamérica dicen “queremos que se nos reconozca como trabajadoras y que no se nos esclavice”. Mientras las mujeres blancas piden igualdad de participación en la política, las mujeres racializadas de latinoamérica piden siquiera un lugar de participación y que no se las mate o se las violente cuando se involucran en política o cuando defienden a sus comunidades. 


Dice Adriana Guzmán: “... En cada una de estas olas, clasificación que ha sido asumida por varias feministas, se van identificando hitos, declaraciones, planteamientos que visibilizan a feministas europeas, francesas, inglesas, italianas, alemanas, como si el feminismo o la lucha contra el patriarcado sólo se hubiera dado en ese lado del mundo. El movimiento sufragista en América Latina -también blanco y burgués por supuesto- las feministas en el movimiento obrero o en la lucha contra las dictaduras, son “datos” que no entran en las olas, menos aún van a entrar las luchas anticoloniales de nuestras abuelas indígenas originarias hechas desde nuestros pueblos y la comunidad”.


También hay una deuda desde lo universal en el escaso reconocimiento que tienen las luchas de las mujeres cuya condición se ve impactada no solamente por su género, sino también por el color de su piel. Es importante que, de nuevo, un feminismo que se enuncie en contra de todas las opresiones, reconozca estas y encuentre su origen, que está dado por una opresión general, ya no de lo masculino sobre lo femenino, sino de lo blanco sobre todo lo demás.


Desde la agencia o la calidad de víctimas: empoderamiento feminista


Esta es la tensión que de manera más sutil se lee en el texto de Adriana Guzmán y por lo mismo quizá la más difícil de evidenciar desde allí, sin embargo mucho se ha dicho sobre que no es lo mismo pedirle a una mujer blanca, empleada o independiente, a la que no la acompaña ningún hombre, que se empodere, frente a una mujer indígena, negra o campesina que no ha recibido ninguna educación y que no es dueña de nada. No pocas veces, con indolencia, se habla de empoderamiento como si significara lo mismo para todas, como si fuera un abrigo que se pone y automáticamente brindara a las mujeres el poder de andar solas. Como si la propia agencia no dependiera de las condiciones materiales, de los derechos otorgados, reconocidos y garantizados por Estados que para estas mujeres están ausentes. 


Mientras hay un feminismo que corre hacia el reconocimiento de sus derechos y libertades, hay otro que todavía está contando sus muertas. Hay un feminismo que lucha por su autonomía e independencia y otro al que todavía no se le reconoce su condición de víctima. Hay, si se quiere, dos momentos históricos distintos y unos medios y canales a los que todavía no acceden la mayoría de las mujeres. No puede proclamarse el logro de nada si no puede incluirse a todas las mujeres. Las feministas, si nos enunciamos como tales, no podemos desconocer en nuestros privilegios la precariedad y miseria de la mayoría de nosotras. Por tanto no podemos proclamar y afirmarnos sororas si las compañeras de otras latitudes siguen sufriendo opresiones que las otras nunca conocimos. Esta no puede ser la lucha de algunas, es la lucha por todas. 


Sobre este asunto, que como ya dije, se manifiesta de manera sutil en el texto de Adriana Guzmán, destaco este fragmento que muestra lo que hacen las mujeres, unas por otras, cuando son lo otro de lo otro, la periferia, y no les queda más opción que la muerte: “... En un intento desesperado por mantener la cultura que las ligaba con otra forma de vida, nuestras abuelas se refugiaron en las alturas conformando comunidades autónomas de mujeres, o como relatan los cronistas, sociedades sólo de mujeres que resistían a la colonia, pastaban sus rebaños y se defendían entre sí ante las autoridades, algunos cronistas mencionan suicidios de mujeres indígenas como forma de resistencia e infanticidios, mataban a sus hijos varones, probablemente para que no crecieran en ese mundo o para que no fueran enviados al trabajo en las minas de donde no volverían”.


Ya mencioné una idea sobre cómo superar esta tensión, pero quiero también concluir aquí: hay una lucha que es por todas, que bien puede haber empezado en Europa, Oriente, África o América, que recoge las exigencias de unas o de todas, pero que no ha terminado y que está lejos de concluir. Hasta no liberar a la última de las mujeres es importante reconocer que el movimiento feminista solamente está empezando.


martes, 21 de julio de 2020

La Silla

Esta semana se vivió un episodio de amores y odios en el chat familiar. Transcribo sin necesidad de más explicaciones y solamente con los nombres cambiados para guardar la reputación de los implicados.


Patricia:
Familia, hola, espero que todos estén muy bien. Voy a salir del sillón de papá Ramiro, por si alguno de ustedes está interesado, yo se lo hago llegar. Quedo muy pendiente.

Patricia:


Aura Catalina:
Está hermoso, tía.
Puedo levantar la mano si consigo quién me la guarde?

Aparicio:
Patri, a mí me interesa, mil gracias.

Aura Catalina:
Que levanten la mano a quien le interesa y hacemos una rifa? Qué dicen?

Berenice:
Aparicio, qué rico, queda en muy buenas manos. Patri, me parece que en manos de Aparicio queda muy bien, por mí no te preocupes que yo le cedo mi lugar para Aparicio.

Aparicio: 
Gracias, Berenice.

Berenice:
Sé que lo disfrutas muchísimo. Con todo gusto.

Aparicio:
Berenice, me encanta. Me trae muchos recuerdos. 

Patricia:
Como Aura Catalina también quiere la silla, y no sé si alguien más, me parece que una rifa es lo más adecuado. Alguien más quiere participar?
Hasta ahora los que han dicho que están interesados son Aura y Aparicio.

Mónica:
Yo la quiero.

Patricia:
Aura, Aparicio, Mónica.

María Adelina:
Yo quiero también.

Cleotilde:
Yo también entro en la rifa.

Patricia:
Aura, Aparicio, Mónica, María Adelina y Cleotilde.

Maria Adelina:
Patri, hablé con mi papá y también quiere participar en la rifa.

Patricia:
Listo.

María Adelina:
Gracias, tía.

Patricia: 
Aura, Aparicio, Mónica, María Adelina, Cleotilde, Demetrio.
Alguien más?

Berenice:
Patri, esperemos que conteste Myriam y los hijos, y los hijos de Aparicio. Eso sería lo correcto.

Patricia:
Esperemos, claro.

Adirana:
Jajajajaja Oiga, quién dijo rifa! Yo participo.

Patricia:
Listo, otra. Voy a anotar.

Demetrio:
Estoy listo a recibirla.

Adriana añadió a Claudia, Myriam y Roberto.
Adriana añadió a +57 313 123454 y +57 314 123456

María Adelina:
A ver, estamos agregando familiares? Adriana, por favor me agregas estos contactos.

Contactos de Santiago, y David.

Demetrio: 
Yo creo que yo tengo más derecho que otra persona entre los nietos al único que papá Ramiro llamó para que le manejara la fotografía fue a mí porque él ya estaba muy jodido para caminar.

Claudia:
Yo quiero la silla!

Demetrio:
De los que estamos vivos yo creo que soy el que tiene más ferecjo
Perdón, más derecho.

Patricia:
*Foto de los apuntados en la rifa*

Claudia:
No entiendo nada de lo que está pasando.

Patricia:
Voy a dar plazo para inscripción hasta mañana a medio día que haré la rifa.
Adriana, agrega todos los contactos.

Roberto:
Patri, qué estás rifando?

Patricia: 
Esta silla, Roberto.
Que es de su tatarabuelo.

Claudia:
Yo quiero la silla.

Patricia:
Anotada.

Roberto:
No la veo, no estaba en el grupo.

Patricia:


Roberto:
No, qué miedo. Paso, muchas gracias.

Aparicio:
Adriana, apunta a Salvador y a Alina, los hijos de Piedad y Alberto.

Patricia:
De pronto hago una subasta jajaja

María Adelina:
De acuerdo, tío. Por favor, que agreguen a Santiago y a David, ya mandé los contactos, sigo pendiente.

Roberto:
Me pueden inscribir en la rifa, que si me la gano se la regalo a algún hermano de mi papá.

Berenice:
Discúlpame, Demetrio, qué pena contigo, yo tenía igual derechos para las cosas de mi papá y mi mamá y claramente no me tuviste en cuenta.

David:
Holaaaaaa

Adriana:
Me confirman si me faltó alguno por incluir al grupo, por fis.

Aparicio:
Sí, Demetrio, no digás. Cuando mi papá y mi mamá dejaron la casa, vos te llevaste todo lo que había menos las fotos que tiraste a la basura. No tuviste en cuenta a Jaime, Berenice, Arturo y Yo. Entonces cómo te arrogás un derecho que vos usurpaste?

David:
Estoy rifando tamales.

Aura Catalina:
Yo tengo otra sugerencia.

Berenice:
Entonces Adriana, agrega a mis siete nietos.

Aura Catalina:
Que se rife por familia y que cada una resuelva.

Santiago:
Hola! Se rifa a mi hermano y a mi mamá. Interesados al privado.

Myriam:
Nota de voz: Ay, Patri, qué pasó con la silla. Cuente a ver, usted la ha querido mucho. Me impresiona. Bueno, si la va a rifar apúnteme a mí, me queda preciosa en mi pieza.

Patricia:
No pretendo que la rifa sea para peleas y si es para peleas no hago nada.

Aparicio:
Y sabes las fotos las recogieron Myriam y Matilde.

María Adelina:
Me salgo de la rifa.

Aura Catalina:
Y de ahí el que gane decide cómo queda.

María Adelina:
Gracias por tenernos en cuenta.

Aura Catalina:
Uy, esto se puso maluco, qué triste. Gracias, Patri, por tenernos en cuenta.
Besos a todos.

Patricia:
Yo quiero hacer una rifa para alguien que le sirva la silla. 
Yo no quería que esto fuera para peleas.
Quería que la silla quedara en alguien de la familia.
Pero tranquilos. 
Yo veo qué hago con la silla.

Aparicio:
No son peleas, Patri, es que Demetrio no tiene ningún derecho sobre nadie. Él no tuvo en cuenta a nadie cuando nuestros padres fueron para el asilo.

Patricia:
Y qué tristeza el resentimiento que guardan en sus corazones.

David:
Nos sentamos de a turnitos.

Demetrio:
Yo salgo de la rifa.

Aparicio:
Patri, a mí me sirve bastante.

Alberto: 
Yo soñé con papá Ramiro y dijo que si esto pasaba me la dieran a mí que soy el más chévere así que lo siento por todos. Ya mando mi dirección. Gracias. Avenida Siempreviva en Springfield.

María Adelina salió del grupo.
Aura Catalina salió del grupo.
Demetrio salió del grupo.
Roberto salió del grupo.
Claudia salió del grupo.

jueves, 23 de enero de 2020

Desamor propio

Hablar de los abusos que nuestras parejas ejercen sobre nosotros me parece muy díficil en el sentido de que hay que empezar por admitir que los permitimos porque no nos queremos bien.

Por supuesto que somos las víctimas. No intento decir que es culpa nuestra. Pero es duro admitir que no nos amamos tanto como tratamos de hacerlo. Yo intento pensar bien de mí misma: que soy inteligente y bonita y que no importa que a veces sea tan inútil porque de alguna manera he triunfado con mi vida y la tengo bajo control casi todo el tiempo, o al menos sé que si venzo a mi abulia soy capaz de hacerlo. Pero en el fondo no lo logro. No me convenzo. No me lo creo. Nos enseñan a sentirnos siempre insuficientes y culpables, gordas, feas, brutas, locas.

Ese problema de amor propio tampoco es nuestra culpa, no es que no seamos o no estemos suficientemente buenas. Es que el estándar es imposible. Imposible para mí, en todo caso. Y tengo que aprender a quererme a pesar de eso, para no permitir nunca más que alguien manipulador perciba mis vacíos y los llene con su aprobación y desde ahí tenga el poder para destruirme.

Creo que decirlo ayuda, matar el tigre sin asustarse con el cuero. Las palabras obran de maneras que a veces se me parecen a la magia. Esperemos.