miércoles, 27 de enero de 2016

Prólogo al manual de coqueteo para hombres modernos

Debido a los últimos acontecimientos nacionales en los que una mujer ha denunciado a su jefe por acoso sexual en su lugar de trabajo, se ha desatado una polémica en Twitter en la que hemos podido leer comentarios que dejan ver que hay muchos hombres que no son muy hábiles tratando a las mujeres, sobre todo cuando de enamorarnos se trata.

Adicionalmente, en una encuesta de Twitter en la que pregunté si los hombres se sienten torpes coqueteando, la respuesta, hasta ahora, es que más del 80 % ha dicho que sí.


No sé bien a qué se debe eso, pero como siempre, este blog ofrece una hipótesis que podrá ser todo lo refutada y confrontada que quieran. Es la siguiente:

Independientemente de su calidad, los niños reciben mucha menos información sobre las niñas, que las niñas sobre los niños.

A las niñas nos sobre preparan para ajustarnos a las expectativas que tendrán los niños sobre nosotras, sobre todo si lo que se busca es que seamos "wife material": bonitas, femeninas, decentes, buenas mamás, sumisas, cariñosas, amorosas, comprensivas (los hombres necesitan muchísima comprensión), que seamos un buen apoyo, que los alentemos, que les pidamos que siempre sean mejores para que quieran serlo, que seamos nobles y compasivas. 

Mi impresión es que la exigencia principal que se les pide a los niños es que sean exitosos y protectores. 

No es que esos mensajes no funcionen, funcionan muy bien. Aquí va la humanidad, no estamos en peligro de extinción. Pero en primer lugar ni los niños, ni las niñas somos iguales todos, ni esos patrones de conducta valen tanto la pena como para seguirlos replicando, hay que reconocer que esos mensajes son un poco precarios. Puede haber formas mejores de relacionarnos. 

Hablando con amigos, algunos me han dicho que realmente no tienen claro qué esperamos las mujeres de ellos y menos las mujeres "de ahora", aunque no sé bien eso a qué mujeres se refiera. Que los modelos femeninos evolucionaron y los masculinos no se han actualizado. Que al parecer queremos que los tipos sean sensibles, pero no amariconados. Que nos sigan seduciendo, pero que muchas veces nos sentimos agredidas por las formas que toma la seducción. Que se muestren machos y vulnerables, pero no tanto. Que nos abran la puerta. Que no lo hagan. Que nos ayuden a abrir el frasco, que nosotras somos capaces. 

La revolución femenina y el feminismo se han encargado de hablar mucho sobre nuevos modelos femeninos y tal vez, si todavía no se instalan del todo, es porque falta hablar de nuevos modelos masculinos. Eso me han dicho mis amigos. 

Creo que gran parte del problema de que los hombres muchas veces sean torpes en el trato a las mujeres tiene que ver con los mensajes sobre la diferencia de temperamento entre ellos y nosotras: cuando les dicen a los niños que "las niñas son temperamentales, hormonales, lloronas y muy emocionales" al mismo tiempo les están diciendo: 1. que eso es malo, 2. que ellos no lo son, o 3. que no pueden serlo. Y yo no creo que eso sea cierto. Tampoco creo que seamos iguales, pero no creo que los hombres sean ese animal básico que nos han pintado que solo piensa en fútbol y sexo. 

Y así, esta sociedad (quiero decir sus mamás y papás), nos cambia unos niños sensibles y empáticos por unos tipos que no saben qué sienten y mucho menos lo saben decir. 

Muchas veces con tipos que son muy queridos y buenas personas se encuentra uno con que "es que yo soy muy racional", que es una afirmación menos corriente en mujeres y que es una excusa que significa algo como "no tengo emociones", "no sé qué siento", "no sé qué quiero", "no quiero hablar", "no quiero hablar de eso", "este tema me pone incómodo", "no hablemos de nuestras emociones", "por favor, no llores", "no tengo nada para decir", "realmente, no tengo nada qué decir", "no, en este problema tan grande en el que es posible que pierda la relación que tengo contigo hace tantos años yo realmente no tengo nada para decir", "yo sí sé qué siento pero no sé cómo decírtelo", "no entiendo cómo te sientes porque yo no soy mujer", que es lo mismo que decir "no entiendo qué siente ese huérfano porque no soy huérfano". La empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos del otro sin importar que sea diferente de mí. 

Si tenemos alguna duda sobre que eso sea verdad, no nos imaginemos a los tipos que nos han tocado a las mujeres de mi edad o menores, sino a nuestras mamás. A esos hombres no les alcanzaba ni para decir eso. Simplemente no hablaban. Y sus esposas no esperaban que ellos lo hicieran.

No será lo más raro y creo que cada vez lo es menos, pero todavía es poco frecuente un tipo que sabe qué siente, sabe decirlo y no tiene miedo de decirlo.Y que además entiende lo que uno siente. 

Con base en esas conversaciones con mis amigos, y con mucho respeto por todas las mujeres que en el mundo hay, sin pretender representarlas a todas, quiero dar pistas muy generales, sobre lo que las mujeres "de ahora" queremos y no queremos. 

Las mujeres no queremos fórmulas de seducción, no queremos que nos enamoren con frases repetidas, no queremos que nos conquisten, si es que eso significa que nos dominen, no queremos patanerías por más que algunos repitan que solo nos gustan los guaches. A veces nos enamoramos de personas que resultan ser unos guaches, pero eso nos asusta y nos desenamora y a veces no sabemos cómo salir de ahí porque ya les hemos tomado cariño y porque todavía sobreviven patrones de conducta que no deberían ser. No queremos que piensen y que nos traten como si fuéramos débiles o frágiles. Ni mucho menos que nos traten como si fuéramos menos inteligentes o capaces. 

Las mujeres queremos tipos que sepan quiénes son independientemente de nosotras. Tipos que sepan cuáles son sus cualidades y sus defectos. Tipos reflexivos que piensen en ellos mismos. Tipos que sepan cuidarse a sí mismos. Queremos que sean nobles, compasivos y buenas personas. Queremos un montón de cosas de las mismas que ustedes esperan de nosotras: que crean en nosotras, que nos impulsen a ser mejores personas, que nos comprendan (las mujeres necesitamos muchísima comprensión), que sean buenos papás y que digan que son feministas. 

 Las mujeres estamos esperando por la revolución masculina. Que sigan queriendo a sus mamás, pero que se liberen de ellas y que no nos busquen como su reemplazo. Que nos quieran y que nos necesiten, pero que no seamos indispensables.

Hay tipos originales, que dicen lo que sienten y que enamoran con lo que piensan. Que se tienen bien medidos. Que saben que todos estamos un poquito rotos. Que no temen exponerse. Que aprenden a hacerlo con gracia. Y que son inteligentes. 

Las mujeres "de ahora" sí queremos tipos inteligentes.

11 comentarios:

Manuel Ricardo Castellanos dijo...

Buenas noches-madrugadas.

En su gran mayoría estoy de acuerdo, hace unos 50 años, la educación definía muy bien los patrones de uno u otro género: las mujeres son de la casa, son delicadas, sensibles y se deben al marido. Los hombres traen el pan a su hogar con el sudor de su frente, son fuertes, recios, y no lloran.

Ese modelo ha ido cambiando, un poco, pero ese cambio conllevo una confusión total para todos.

Para mi, los tres factores más relevantes para dicha confusión, son:

1. La educación en el hogar, cosas como: los hombres no lloran, las mujeres si; hay juguetes o deportes para niñas y otros exclusivos para niños; las mujeres son sensibles, quejetas y cursis, no hombres son fuertes, machos y no se quejan; la forma y la ropa que usan las niñas son diferentes a las de los niños, en fin.

Estas creencias son inculcadas desde la casa primero, luego reforzadas en el colegio, universidad y sociedad en general.

2. La creencia (justificada seudocientíficamente) en que las mujeres son muy diferentes a los hombres, crean abismos en cosas como valor de la inteligencia, capacidad, humor, en fin.

3. La manera engañosa en que nos han definido y enseñado lo que es ser exitoso, que que cuánto más tengo, mejor persona soy, cuánto más consumo y alardeo, mejor soy.

Y claro, con un patrón establecido: el hombre o mujer que tiene más es mejor que el hombre o mujer que tiene menos. Pero no aclaran algo ¿mejor respecto a qué?


En fin, sin alargarme tanto en el asunto, en mi posición limitada pero pretenciosa, creo que la mayoría de nosotros no sabemos como coquetear, por que aún tenemos varios de esos modelos muy inculcados. Pero si de verdad nos gusta y queremos a una mujer, haremos un coqueteo es su justa medida, ni demasiado tímido ni demasiado agresivo. Sabremos expresar lo que sentimos por el otro, podemos ser fuertes, pero a esa mujer le diremos cuan frágiles podemos ser.

Hay algo que pienso nos ayuda a aprender a coquetear, a ganarnos el alma de una mujer, la literatura y conocernos a nosotros mismos, para eso se necesita menos afán y más introspección.

Gracias :)

Anónimo dijo...

Creo que voy a dejar para más tarde mi postura frente a tu prólogo. Lo que quiero decir por ahora es que me parece muy impresionante que no haya más comentarios al post, porque tiene mucha información sobre la que mucha gente tiene muchas opiniones. Yo dije: "esta entrada debe tener mínimo unos 50 comentarios al día de hoy". Por ahora es eso. Y también: ¿quién creés que debe escribir el manual?

Ana María Mesa Villegas dijo...

Pues es que por una parte comentan en fb y tw y aquí parece que solo viniéramos tres peludos. Por otro lado, yo ya escribí el manual, en otra entrada, pero le falta revisión. Esperemos que salga publicado, todavía no sé.

ratatracapampam dijo...

Saludos, lo primero decirte que me gusta tu discurso, aunque me temo, no es tan "nuevo", es un reclamo repetido desde los años sesenta, sino antes, Virginia Woolf, y Simone de Beauvoir, etc.
Comparto la visión de que a los hombres no se nos "enseñó" a tratar lo femenino de manera diferente. Ahora bien, fueron nuestras madres y muchas educadoras de la escuela las que principalmente tuvieron qué ver con nuestra formación. ¿Fueron estas mujeres culpables de perpetuar estas conductas? ¿Son diferentes ahora estas madres y educadoras a las de antes? Soy profesor, y veo todos los días en los niños las mismas actitudes arraigadas en el machismo y el miedo a lo femenino. ¿Porqué las mujeres continúan educando sus hijos con eso que tanto odian? ¿Son obligadas a ello? ¿Piensas que los hombres las dominan hasta ese extremo?
No te preocupes si nadie te lee, no es un ejercicio de vanidad, hoy día es común que nadie lea.

Jorge dijo...

Mi opinión sobre el tema es que uno puede manejar rápido y bien, rápido y mal, despacio y bien y despacio y mal, y así es más o menos todo en la vida. Todo tiene un ritmo del que, si uno se aleja, se ve mal y al que, si se mantiene fiel, se ve bien.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Gracias a todos por pasar y comentar.


Ratatracapampam, estoy de acuerdo, esto no es ninguna novedad, no pretendía que lo fuera. Sí creo que muchas mamás directamente entregan mensajes como esos y creo que muchos papás con su ejemplo también lo hacen, creo que la educación es de los dos. Pero no le endilgaría más responsabilidad en eso a las mujeres que a los hombres porque la "sociedad" (que me han dicho mucho que es una cosa que no existe) la construimos entre todos. No creo que nadie sea culpable, somos mejor responsables. Somos como podemos.

Manuel Ricardo, me alegro que le haya funcionado la literatura. Estaba pensando y creo que conmigo eso no es exactamente lo que ha funcionado, pero me alegro que le haya funcionado a usted.

Jorge, de acuerdo, es muy difícil un manual para aprender a tener ritmo, porque el ritmo es algo individual. Pero sí hace falta conocer cada uno su propio ritmo, el que mejor se le ve. De todas maneras voy a publicar un manual, creo.

Andrés Meza Escallón dijo...

Estoy de acuerdo con tu hipótesis y creo que el "modelo masculino" necesita actualizarse y ser aceptado tanto por hombres como por mujeres. Lo que no comparto es que ustedes busquen hombres inteligentes: el hombre inteligente duda, sólo el ignorante siempre está seguro. Te la cambio por que buscan un hombre experimentado, que sepa qué quiere y trabaje para conseguirlo, así de vez en cuando dude y se haga preguntas porque esa es la forma de adaptarse y evolucionar en el marco de una relación para que no se estanque.

Andrés Meza Escallón dijo...

Estoy de acuerdo con tu hipótesis y creo que el "modelo masculino" necesita actualizarse y ser aceptado tanto por hombres como por mujeres. Lo que no comparto es que ustedes busquen hombres inteligentes: el hombre inteligente duda, sólo el ignorante siempre está seguro. Te la cambio por que buscan un hombre experimentado, que sepa qué quiere y trabaje para conseguirlo, así de vez en cuando dude y se haga preguntas porque esa es la forma de adaptarse y evolucionar en el marco de una relación para que no se estanque.

Manuel Ricardo Castellanos dijo...

Hola Ana.

Creo que la literatura funciona bien, no nos va a decir como debemos coquetear o conquistar, eso no.

Yo me refiero a que la literatura, los buenos autores (Hemingway, Cortázar, Victor Hugo, etc), resulta en un material muy muy valioso, porque nos abre los ojos o mejora cierta sensibilidad y la manera de expresarla, sensibilidad que en los hombres sobretodo, permanece dormida u oculta.

Los libros nos dan una herramienta para ver que grandes personas son muy sensibles, y a veces pueden expresarlo sin miedo, con honestidad, y eso es la base para una buena conquista, creo.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Manuel, tiene toda la razón. Qué bueno.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Andrés, en estos días leí que la inteligencia también crece. No es una cosa estática, y sí, yo sí creo que la experiencia puede volverlo a uno más inteligente. En ese sentido, coincido con lo que tú dices.