Tengo una extraña sensación de fortaleza. Anoche me desperté entendiéndolo todo, pensando que sí soy capaz de dejar ir lo que quiero y darle paso a lo nuevo. Que por fin esta experiencia está lista para ser enseñanza y no dolor.
Me sentí lista para verte y enfrentarme a tu mirada de desconocida.
Me sentí valiente. Porque será inevitable verte.
Si pudiéramos evitar ser valientes.
lunes, 27 de diciembre de 2010
jueves, 16 de diciembre de 2010
Viejas
Voy a olvidar a mis amigas y a muchas de las mujeres que conozco para hablar de unas de las que, casi siempre, he logrado escaparme.
Viejas que si están con el novio o el marido son incapaces de una sonrisa para otra mujer que llegue a saludarlos. No, su hombre no puede tener amigas. Mujeres que celan a los amigos. Mujeres que celan a las amigas. Viejas malucas y desleales que por serlo ellas mismas siempre sospechan.
Viejas que son incapaces de reconocerle a las amigas que están bonitas, que son inteligentes, que las quieren. No, darle atributos generosamente a otra mujer es desviar las miradas, que deben ser todas para ellas. Susanitas llenas de lapsus faciales a las que se les deja ver en la cara la envidia y los malos deseos.
Mujeres que viven en pie de guerra, donde el territorio a ganar se llama de cualquier manera que tenga pantalones. Mujeres que asisten a esa guerra con sus mejores armas: tetas, culo, ropa, zapatos, perfumes, maquillaje, luces, cámara y acción. Acción, sobre todo hay mucha acción. No se les reprocha... a uno también le gusta ese género para las películas, pero hay motivos más nobles para partir a la guerra que satisfacer el superficial ego.
Casi siempre achapadas y competitivas, ellas son las más buenas. Las más inteligentes, las más enteradas, las más leídas, las más estudiadas, las más reconocidas, las más recorridas (por el mundo, no se crea otra cosa), "la competencia es dura mijita, esto aquí, es una selva".
Viejas llenas de inseguridades y con pocos elementos para darle la vuelta a eso y manejarlo de otra manera. Porque inseguras somos todas en uno u otro momento. Porque les falla la estrategia. O porque les falla la cabeza.
Nunca pienso bonito del tipo que se aguanta eso.
Balances
Diciembre, la familia, la vacaciones, el taller de ópera, hacer de Lucía, cantar a Lucía, este corazón vuelto un tres, esta vida mía a la que cada día le pasa una cosa nueva como un castigo por haber pedido en voz alta que no me llegara la monotonía, por haber pedido ser creativa, por querer un camino mío y auténtico, distinto, por mantenerme en los 17 a pesar de tener 36.
Siento que todavía adolezco...
No me quiero tomar en serio a mi misma. ¿Para qué? Duramos tan poquito al fin y al cabo.
Y de no tomarme en serio la seriedad de la vida, me tomo en serio mi consciencia sobre mi misma hasta el exceso del corazón que me guía.
¿Estoy haciendo una oda para mi misma? Por qué si quiero sonar a anhelo de lo que no tengo...
El marido ese que me caliente la cama y que me ayude a compartir los gastos. Los hijos que me despierten desde las 3 de la mañana, que me quiten los kilos que tengo de más y me pongan las ojeras que les veo a mis amigas que ya son mamás. El trabajo que encuentro poco gratificante en lo que hemos llamado el "sector real" donde la venta al mayor y al detal me llene de porcentajes, carro y casa. De 8 a 12 y de 2 a 6. Sastre y tacón. De punta en blanco, tan elegante que es la gente de Manizales.
Encajar... encajar a veces se vuelve anhelo. Cada fin de año hacemos balance. ¿He logrado lo que me he propuesto?
Reconózcanme el ingente esfuerzo.
Siento que todavía adolezco...
No me quiero tomar en serio a mi misma. ¿Para qué? Duramos tan poquito al fin y al cabo.
Y de no tomarme en serio la seriedad de la vida, me tomo en serio mi consciencia sobre mi misma hasta el exceso del corazón que me guía.
¿Estoy haciendo una oda para mi misma? Por qué si quiero sonar a anhelo de lo que no tengo...
El marido ese que me caliente la cama y que me ayude a compartir los gastos. Los hijos que me despierten desde las 3 de la mañana, que me quiten los kilos que tengo de más y me pongan las ojeras que les veo a mis amigas que ya son mamás. El trabajo que encuentro poco gratificante en lo que hemos llamado el "sector real" donde la venta al mayor y al detal me llene de porcentajes, carro y casa. De 8 a 12 y de 2 a 6. Sastre y tacón. De punta en blanco, tan elegante que es la gente de Manizales.
Encajar... encajar a veces se vuelve anhelo. Cada fin de año hacemos balance. ¿He logrado lo que me he propuesto?
Reconózcanme el ingente esfuerzo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)