miércoles, 2 de marzo de 2011

La lechuza o la humanidad

Al final del día yo lo que siento es compasión.

Con todo y lo que nos creemos el centro de la creación y con un cerebro más desarrollado que el de las demás especies que nos acompañan en este planeta, los seres humanos hemos sido más nocivos que benéficos para nuestro entorno y para nosotros mismos.  Creo que obedece eso a nuestra naturaleza.  Nuestras grandes creaciones (excepción hecha del arte que cumple un fin en sí mismo) no han pasado por la pregunta de qué tan benéficas son y en consecuencia hay un montón de cosas creadas por el hombre que hacen más daño que otra cosa: contaminan, ensucian, gastan sin posibilidades de regeneración un mundo que es finito.

No es un asunto de buenos y malos, no me interesan los juicios que podamos hacerle a la humanidad.  Creo que así como los leones matan a los cachorros de las otras manadas para que no haya competencia por la comida, en nosotros es natural que el uso de este cerebro más desarrollado termine por no sernos beneficioso.  Es decir, este cerebro desarrollado ha servido, en general, para hacer más mal que bien; así, bien simplista.  Por muy maravilloso que sea y por muchas muestras que tengamos para decir "¡qué descreste!" hemos hecho mucho daño.

Y todo eso mientras vamos como manada jurándonos mucha cosa.  Pasa por nosotros y por nuestras "mayores capacidades" el análisis de las consecuencias sobre lo que hacemos y somos incapaces de medir nuestro impacto real en un plano general.  ¿Es buena la rueda? ¡claro! ¿Sí? Habría que medir el impacto de todo lo que ha seguido a la rueda y que la contiene para ver si no fue esta el comienzo de la industrialización que tanto ha envenenado al planeta.  Yo no sé la respuesta, pero miro el mundo con su calentamiento global, con su cada vez más delgada capa de ozono, con la extinción de un montón de especies a causa del hombre, con los mares contaminados de petróleo, con las reservas forestales acabándose a dos manos y yo me pregunto ¿Es benéfico el uso que le damos a la rueda?.  Puede ser que esté muy influenciada por green peace y que estos obedezcan a intereses económicos de multinacionales, pero a mí de todas maneras me parece que en la balanza de inversión y gasto estamos desfasados.

Hay gente maravillosa, individuos destacadísimos, pero no hablo de eso.  Hablo de la especie humana, que cada vez es más numerosa y que cultural e intelectualmente siempre ha sido precaria.  Sí, en términos generales, porque estoy hablando del globo terráqueo así que no me detendré en casos particulares de culturas que han logrado convivir en armonía con su entorno, sino del daño o beneficio que como colectivo hacemos.  Es curioso además que la expresión "convivir en armonía con la naturaleza" nos remita a culturas para nada industrializadas o "desarrolladas"...  Me parece que esto no es progresar.  Porque progresar no es avanzar ni ir hacia adelante cuando no se ha fijado claro un para dónde.

Entonces en ese contexto un jugador de fútbol patea una lechuza en Barranquilla, unos policías matan una perra en Bogotá y unos seres humanos matan a otros seres humanos en Mapiripán.

¿Qué quieren que les diga? No quiero ofender a nadie, me duele la masacre de Mapiripán, pero me duele menos, qué horror, lo que nos hacemos entre nosotros que lo que le hacemos a unas especies a las que les toca convivir con nosotros sin posibilidades de armarse para defenderse y que creerán que con un rugido o con un ladrido nos ahuyentan.

¿El valor de la vida no es igual?  ¿Vale más la vida de nosotros?  ¿Por qué?  ¿Porque tenemos cerebros más desarrollados?  Eso sería así si con esos cerebros hubiéramos sido más benéficos que nocivos para este planeta; entonces sí, yo defendería más a una especie que logre mejorar su entorno y me dolería más una muerte de una persona que la de un animal... pero no somos más importantes que nada de lo que vive en este planeta ¿quién dijo eso? ¿la biblia?  Porque sí, la biblia sí dice eso, pero ¿le creemos a la biblia?

Perdónenme, de verdad, porque sé que muchos de los que han muerto violentamente son cercanos a ustedes y yo no quiero ofender la memoria de nadie.  Insisto en que no hablo de particularidades.  Hablo de la convivencia de nuestra especie con las demás.  Hago una reflexión porque tengo un cerebro más desarrollado que el de una vaca para preguntarme si hago parte de una especie que se merece más respeto que las demás.  Porque la vaca no puede hacer esa reflexión por nosotros, entonces nos toca preguntarnos para qué putas es que tenemos un cerebro más desarrollado, porque me parece que esa pregunta está sin contestar.

Pero no nos juzgo, creo que es natural... tan natural como el pájaro de cierta especie que empuja los huevos de otra especie para no tener que alimentar el mismo a su cría, es decir, somos nocivos sin maldad, en general.

Entonces siento pena de nosotros que nos tenemos tanta fe y tanta esperanza y que terminaremos por decepcionarnos profundamente siempre porque en cada cosa que hagamos se nos saldrá naturalmente eso que más somos: violentos entre nosotros y con las demás especies, tan llenas de derechos de estar en este planeta y de vivir aquí como el que más de nuestra especie.  Si no somos sino el resultado aleatorio de un proceso de evolución, el que hayamos terminado por pensar, por razonar, no nos llena de derechos adicionales, sino de responsabilidades adicionales.  Porque es un resultado aleatorio.  No hicimos nada para merecérnoslo.  ¿Si soy clara?  Qué pena enfatizar tanto, pero es que yo no creo que nos merezcamos un trofeo por una cosa que se dio naturalmente por azar.  A no ser que ustedes sean muy católicos y crean que Dios creó todo esto para nuestro servicio en cuyo caso no tenemos nada que discutir.

Creo que tenemos cabeza para entender que nuestra vida es tan intrascendente como la de una ameba en ese mismo plano general.

Yo no sé en donde me equivoco, tengo que estar equivocada, seguro.  Les agradecería que me ilustren sobre mi error en esta reflexión.  De verdad.  A mi mamá le preocupa que yo piense en esto y quede siempre muy aburrida.  Pero no se preocupen tanto que la mayoría del tiempo me hago la idiota y no me detengo a pensar estas cosas.

Creo que el error radica en pensarnos como beneficio o nocividad... pero esa idea no me lleva a ninguna parte, así que sírvanse ejemplificar si son tan amables.

14 comentarios:

Richitelli dijo...

El mejor post que he leído en este Blog.

Anónimo dijo...

bueno y la caza de zorros?
y las corridas de toros?
es que la raza humana es una *****

Fernanda Buitrago dijo...

uysh!!!

es decir, de acuerdo con su mercé!

Ana María Mesa Villegas dijo...

Richitelli, a mí me da mucho trabajo publicar cosas así porque de verdad siento que parto de algún tipo de error de base... Gracias.

Anónimo, sí, también, todas esas cosas: una violencia nuestra que es cultural sumada a la natural... dilo: una mierda la raza humana.

Fer... como casi en todo : )

Jorge dijo...

Yo creo que una de las consecuencias más raras de ser inteligente es la arbitrariedad. No creo que un león deje de comer carne por gusto ni que un águila opte por el despeñamiento sin razón aparente, mientras una persona es capaz de abandonar lo que más quiere para meterse en un calabozo, movida por una cosa que está antes de la "decisión" en el eslabón de la voluntad: el arbitrio.

Hay un pedazo de un libro que se llama Papillon en el que el autor abandona sin razón los días más felices de su vida, cuando vivía con una tribu de indios en la Guajira que le había asignado dos esposas y donde llevaba una vida primitiva y casi perfecta. Se levantó un día y sin haberlo pensado antes, se fue y no volvió nunca. En algún momento, mientras sufría el rigor de la vida normal se preguntó por qué le había huido a la felicidad y nunca logró responderse con suficiente convicción.

Seguro cosas así nos han pasado a todos. Uno hace cosas tontas. Deja de hacer cosas que sabe que le van a reportar un provecho y hace cosas desagradables sin pensar. Por ejemplo me acuerdo de una primita que iba de vacaciones conmigo a la finca de la abuela. Una vez, en una edad donde ya no podía justificarme el hecho de ser un niño, le tiré una piedra y le abrí la cabeza. Yo la quería y no había ningún problema entre nosotros, pero tal vez el impulso criminal que uno contiene la mayor parte del tiempo salió en ese momento de forma inconsciente.

Así pasan muchas cosas. A mi me da pesar del jugador que pateó la lechuza. Yo le creo que esté arrepentido y creo que así como el arbitrio es la consecuencia más rara de la inteligencia, el arrepentimiento es una de las más difíciles de soportar.

Pero yo sí creo en Dios y me gusta la biblia. Tal vez por eso mismo creo en el diablo que nos ayuda a hacer cosas malas y creo además que uno debe arrepentirse de hacerlas. Tratar de no hacerlas es muy difícil.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Como quien dice ¿el arbitrio siempre nos lleva al arrepentimiento porque la voluntad que tenemos para hacer lo correcto es insuficiente pero el Diablo está para ayudar?

El arbitrio tampoco es una cosa instintiva, sino impulsiva detrás del instinto, ¿no?

Pablo dijo...

Ana, yo en lo personal si creo que partes de un error de base. El error es basar tu apreciación en impulsos en cierta medida absurdos y en lo que en mi concepto es la falta de proporcionalidad de la reacción en general colombiana frente a lo ocurrido con la lechuza. La gente enfurecida mira la patada, no mira la clara intención del jugador -retirar la lechuza de la cancha- En ningún momento quiso agredir al animal. Lo trató incluso con miedo. Yo en lo personal probablemente lo hubiera retirado de igual manera.Me aterrorizan las lechuzas. Sin embargo, la muchedumbre pide condena y muerte contra el "asesino". En contraste, cuando muere alguien en la calle es porque "probablemente algo hizo" Por dios! Yo respeto los animales y los quiero mucho, pero no es exagerado compadecerse mas con la muerte de un animal que con la de un ser humano, simplemente porque no tienen conciencia o razón? Que moral tan perversa la que hemos desarrollado, ahora muchos desean la muerte del futbolista,para muchos parece la consecuencia lógica de su aberrante acto. Definitivamente en Colombia el valor de la vida humana se ha relativizado a un extremo tal, que es menos importante que el de un animal. Nuestra senda de progreso no fue la consagración de la vida humana como derecho y valor fundamental para después respetar el derecho de los animales como extensión de esa concepción de respeto por las diferentes especies de vida, sino todo lo contrario, la disminución del valor de la vida humana a tal punto que es mas importante que la vida de un animal. Es eso lo que queremos?

Me gusta tu foto.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Pablo... sí, creo que parto de un error, pero no de ese que mencionas, porque yo no estoy haciéndole un juicio ni al jugador de fútbol ni a la respuesta colombiana apasionada para todo y olvidadiza de todo también... de eso no hablo en el post si te fijas bien.

Donde sí creo que tenemos diferencias es cuando dices que debemos valorar más la vida humana que la de un animal, ahí no estoy de acuerdo, pero te pregunto ¿por qué debemos valorar más nuestra vida que la de los animales? Esa parte es la que no entiendo. Yo lo que digo es que valen ambas vidas lo mismo y ambas muy poco.

Pablo dijo...

Considero que tu vida, la mia o la de tu familia, la de mis amigos y tus amigos y la de cualquier desconocido es un valor superior digno de apreciar, es una experiencia única que hace a cada ser humano diferente. Detrás de cada ser humano, así tu consideres a muchos ignorantes a de cultura precaria hay una historia con la que nosotros empatizamos y en la que yo creo que tiene derecho a ser contada. El campesino que se levanto un día como cualquier otro a arar sus tierras y muere por acción violenta merecía vivr, era una historia por contar. Por eso creo que se deben construir una memoria histórica que nos cuente cuantos han muerto, cuantas personas que fueron importantes para alguien murieron por razones absurdas. Yo no te conozco, pero con seguridad te digo que prefiero la muerte de 5 lechuzas a la muerte tuya. Y entiendo tu concepción existencialista de la vida, que es la vida? Bueno lo que tu consideres que sea esta bien, pero yo le vida de mi abuelita creo que merece mas respeto que la vida de un animal. Asi se le note la ignorancia cuando habla.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Gracias Pablo por tu punto de vista. Sí, es muy diferente del mío, tanto que creo que no podremos ponernos de acuerdo, pero eso no importa, no tendremos que estar de acuerdo en todo. Somos, como tú dices, cada uno una historia (así como los animales son, desde mi punto de vista, iguales a nosotros en eso, cada uno una historia). La tuya te lleva a pensar así y la mía a pensar como pienso y esa diferencia solo tiene que llevarnos por un camino: el del respeto. Te agradezco tu participación, de verdad y espero que por acá sigas comentando! : )

Pablo dijo...

Tienes razón pensamos diferente. Yo defiendo y me apasiona "el mundo de la vida" como lo definiera Husserl.

Espero seguir participando.


Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre!

César Vallejo

Ana María Mesa Villegas dijo...

: ) gracias, muy bonito eso.

jairo dijo...

Hay derechos humanos y como tales son para humanos… pero los únicos seres vivos, no somos los humanos… a los otros seres vivos quien los defiende?... ellos mismos quizas, pero sólo en forma instintiva y algunos seres humanos por compasión y razonamientos, nunca por instinto… los humanos por la capacidad de nuestro cerebro, reflexionamos sobre el tema y aplaudimos o nos avergonzamos… con quien lo puede conversar y debatir la lechuza, el toro, la zorra o la cucaracha? Este estado de superioridad no nos lo dio nadie diferente a la evolución y como más evolucionados, somos los que tenemos más obligaciones por poder comprender mejor que otros seres vivos a nosotros mismos y a nuestro entorno… felicitaciones Ana...

Unknown dijo...

Hola Ana.

por mucho tiempo he creído que el ser humano es su propio enemigo natural como mecanismo natural de control, pero a la vez no he perdido la esperanza que como especie, los humanos evolucionemos a un estado de equilibrio con el entorno. Es decir, creo que como pasa con una persona, los humanos como especie estamos en proceso de crecimiento, en el cual se han cometido errores y seguramente seguiremos cometiendo.

En definitiva, creo que la diferencia entre tu punto de vista y el mio, es que yo me considero un optimista, y creo que en algún momento, la humanidad llegará a vivir en equilibrio con el ambiente.