Otra cosa que cumple años es este blog. 10 años.
Siquiera vine a poner las bombas para que no pasara sin pena ni gloria.
Aunque más pena que gloria porque desde octubre no publico nada y eso porque se murió mi papá y puse aquí las palabras que leí en la misa de ese día.
Sí creo que ha cambiado mucho la dueña de este sitio. Ahora habla de sí misma en tercera persona, para comenzar.
Por allá tengo una entrada en la que reniego del feminismo y otra en la que condeno las corridas de toros. Sobre los dos temas cambió de forma de pensar.
Además intentaba la ¿poesía? Qué vergüenza. Si no borro eso es porque solo hay una cosa que detesto más que esas entradas y es la morronguería. Sí, yo hice eso, y qué.
Cada rato se me ocurren temas para escribir. Este espacio me ayudo mucho en el entendimiento con otras personas, familiares, que me leían y entonces me comprendían y esa comunicación fue bonita. Pero nunca tengo el tiempo suficiente o el ánimo suficiente para sentarme a hacerlo. Poco me importa que los blogs ya casi no tengan lectores, lo que pasa es que yo misma he dejado de serlo y en consecuencia tampoco me animo a escribir.
Quisiera contar cuál ha sido durante toda mi vida la lucha con mi peso, por ejemplo. Contar lo que he alcanzado a leer sobre la relación con la comida. O contar cómo fue ese cambio de punto de vista sobre el feminismo, pero prefiero oír y leer a otras en esa materia. O escribir lo que me ha pasado en este tiempo, que por ser tanto y no terminar de pasar me cuesta mucho trabajo ver en perspectiva.
Y además la esperanza que tengo solo me alcanza para enfocarla en los contenidos que producimos para la emisora y ahí me la gasto toda. De resto me siento un poquito agotada con el mundo la mayoría del tiempo y en consecuencia...
Felices 10 años, querido blog abandonado.