La Liga Caldense de Ciclismo de milnovecientostantos decidida a convertirse en algo de verdad importante contrató como entrenador de sus integrantes a El Osito, el hermano de Pablo Escobar.
El Osito hizo muy bien su tarea y los ciclistas de la Liga Caldense de Ciclismo representaron al país en competencias internacionales. De esa parte de la historia hay varias anécdotas, pero quería contar una que mi papá me contó hoy:
Cuando ya todos sabían a qué se dedicaba Pablo Escobar el Osito invitó a uno de los ciclistas a la hacienda Nápoles, porque su hermano lo quería conocer. Este personaje, que para la época era un muchacho de unos 25 años más o menos, aceptó la invitación muerto del susto. Tanto, que al día siguiente salió de allá con daño de estómago, dice mi papá que dijo él, impresionado con el ritmo y el voltaje de los hombres de Pablo; la rumba, el trago, las mujeres y etc. Esa noche en la mesa del comedor, delante de todo el mundo, Pablo lo miró y le dirigió la palabra por primera y única vez durante todo el paseo:
- ¡Hombre, le voy a hacer una pregunta! ¡Blanco es, gallina lo pone y frito se come! ¿Qué es?
El tipo no supo qué contestar, palideció, gagueó y Escobar muerto de la risa le dijo:
- ¡Muy bien, güevón, un huevo! ¡Tome un millón de pesos!
Y se los soltó ahí encima de la mesa.
Cualquiera se enferma.
3 comentarios:
Cito Don Pablo, le dió un milloncito al muchacho y después de lo llevaron para la cárcel y lo mataron en un tejado.... Muy buena la anecdota, prima!
por lo menos no lo mataron a la salida para quitarle el milloncito.
Tiene (tenía) huevo
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