miércoles, 21 de octubre de 2015

Cultura en Manizales (Manizales Grita Rock y demás)

Dos cosas me preocupan sobre el sector cultural en Manizales: 1. lo desunidos que somos y 2. lo mal preparados que estamos, en general o en promedio, para hacer las cosas que tienen que ver con la operación de la cultura: la gestión y los asuntos estratégicos.

También me preocupa que es un sector sin recursos económicos, claro, pero esa me parece una consecuencia lógica de las fallas que menciono antes.

Y viene al caso una comparación que hace Octavio Escobar sobre el negocio del fútbol y el de la cultura. Dice él:

"¿Cómo es posible que unas personas supuestamente brutas -así los vemos desde el sector cultural- sean capaces de hablar durante semanas sobre un partido de fútbol manteniendo el interés y el entretenimiento y otras personas, supuestamente inteligentes, sean incapaces de hablar durante 15 minutos de un libro sin dormir a la audiencia?".

Y es que mientras nos parece que la cultura debería escribirse siempre con mayúsculas iniciales -La Cultura- y la distanciamos con ese discurso poco atractivo de los escenarios de comunicación masivos, hablando sobre ella siempre en tono pretencioso, el fútbol ha pasado de ocupar un espacio de 10 o 15 minutos diarios en los noticieros de 1980 a tener canales especializados que solamente hablan sobre eso durante todo el día, a todas las horas. Sí, también hay canales como Film & Arts, pero no es lo mismo: sabemos qué desayuna James y en qué se gasta su sueldo, pero nos parece indigno preguntar o hablar sobre los premios de Octavio y cuántas gorras alcanza a comprarse con ellos.

Eso tiene un riesgo, sí. Que el asunto se vuelva un show y que por ese camino se aliviane y pierda peso específico. ¿Y qué? ¿No es eso lo que debería hacer un proceso de formación de público? Ponerse un poco al nivel de los que espera convocar e ir especializando la conversación. ¿No ha pasado eso con el fútbol?

Hasta yo, que no tengo idea de fútbol, soy capaz de entender una conversación en la que digan que Pékerman alineó un 4 - 4 - 2. Así que sí, creo que no es muy osado decir que de tanto oír hablar de fútbol hasta los que no estamos interesados hemos aprendido algo.

Y me preocupa el asunto porque en estos días salió en La Patria un artículo en el que se debatía el apoyo que recibe Manizales Grita Rock por parte del Municipio. Ese periódico convocó a dos actores culturales para conversar sobre eso: Rafael Echeverri, organizador de MGR y Uriel Giraldo, poeta, director de Acántaros Danza y propietario de la sala de teatro El Escondite.

Y en sus respuestas Uriel dijo, y me parece gravísimo, que le parece que el aporte del Municipio a Manizales Grita Rock es excesivo. Y la respuesta de Rafael, que tampoco me gustó, dice que no es excesivo porque se paga con la presencia de 30 mil personas que invierten $1.500 millones de pesos en la economía de la ciudad.

A mí me parece que lo que habría que decir es que esa es la plata que se necesita para hacer un buen evento de rock como lo demuestra Manizales Grita Rock. Punto.

Si queremos hacer cosas buenas, bien hechas, bien producidas, con buenos carteles, eso es lo que cuestan. O tal vez más. La inversión en cultura debe ser así, sin hambre, ambiciosa. ¿Pero cómo es posible que personas del sector cultural digan que eso es demasiado o que no lo es tanto mientras sea rentable?

Esa discusión, planteada de esa manera, tiene además otras dos consecuencias espantosas: sigue dividiendo al sector: Uriel, un gestor querido e importante para la ciudad, criticando el evento de Rafael, otro gestor querido e importante para la ciudad. Y ellos dos dejándose convocar a esa conversación, distrayendo la atención sobre lo verdaderamente importante: Uriel dice en el mismo artículo que el aporte del Municipio a Manizales Grita Rock -$650 millones de pesos- obedece a más del 50 % del presupuesto local para cultura.

¡Ese presupuesto cultural de Manizales es una chichipatada vergonzosa!

¡Pues claro que con esa cifra lo único que puede hacerse es repartir inequidad! No alcanza para más.

Sobre eso y unidos es de lo que deberían estar conversando.

8 comentarios:

JuanDavidVelez dijo...

Está muy bacano Ana. Pero oí, para hablar de chichipatada yo creo que tenes que poner las otras cifras, las cifras de todo, por ejemplo cuanto vale cada semaforo, cosas así, puede que realmente sea un billete, pero no creo, yo creo que sì es chichipatada. Pero vos no necesitas otras cifras, si no que decis de una que es chichipatada y ya, el dios de los millones te dice que es chichipatada y que no de una.

Una vez en una convivencia del colegio se acabó el aguardiente, la elite, los lideres del salon, nos reunieron a todos ahì en la convivencia, ellos sabìan que ellos eran los llamados a solucionar el problema. Esos lideres dijeron: tenemos la plata del dìa de amor y amistad recogida para la fiesta de amigo secreto, "¿ustedes que quieren? ¿fiesta o guaro?" el pueblo hablò y el salòn dijo "guaro" en un solo grito. La elite del salòn se gastò la plata de esa fiesta ahì en guaro en la convivencia. En mi salòn habìa una elite muy tesa, pero el pueblo tambièn nos comportabamos a la altura.

Pero no, que pena mi comentario tan bobo, pero sì està muy tesa la entrada Ana, muy bacano.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Jajajajajaja Qué risa, esas decisiones presupuestales. Nosotros también hicimos convivencia con trago en mi colegio. Pero lo llevamos caleteado en frascos de shampoo, sabía horrible. Nuestros líderes y el pueblo éramos en ese momento muy inexpertos.

Pero, como siempre, tienes razón, me faltan datos de contexto. Dos cosas, el presupuesto total de Manizales, que no sé la cifra exacta, no es muy grande tampoco, cierto. Pero por otro lado, también me dijeron, que ninguna -o casi ninguna- secretaría se lo gasta todo, lo que me parece el colmo. Así que parece que más plata para cultura sí debería haber. Pero tienes razón, falta contexto.

Ana María Mesa Villegas dijo...

No, pero vení, sí es una chichipatada, dos mil millones de pesos para cultura es una chichipatada aquí y en Kafarnaun. Otra suma importante es "¿cuánto cuestan pues esos eventos culturales todos realizados al nivel de MGR?", esa es otra cosa que hay que resolver.

JuanDavidVelez dijo...

Sì, de verdad sì creo que falta contexto. Y tambièn sè que yo estoy hablando carreta y que la elite debe tomar algunas decisiones sin consultarnos al pueblo, para eso son la elite precisamente, no solo para formular las preguntas correctas si no tambièn para tomar decisiones por nosotros el pueblo para que tengamos mucho bienestar y felicidad, bueno, en realidad no sè para que, pero sì, es para el bienestar de todos yo creo, que todos estemos bien y contentos. (que pena yo sì hablo carreta)

JuanDavidVelez dijo...

Sí, yo tambièn apuesto que son chichipatada en forma esos 2000 millones, yo creo que son una chichipatada, pero mejor mostrarlo estoy seguro.

Ana María Mesa Villegas dijo...

http://www.lapatria.com/columnas/211690/cultura-en-campana Contexto, Juan.

Anónimo dijo...

Pero sí me parece más grave el comentario de Uriel, donde dice que de hecho se le debería reducir el presupuesto a MGR para dárselo a otros eventos. El presupuesto de MGR se tiene por gestión. Que la gestión de otros sectores de la cultura no sea tan exitosa no quiere decir que MGR tenga que pagar los platos rotos - o los platos para romper en algún 'performance'.

Lukas Guti dijo...

Yo quiero aportar a esta entrada con algo que escribí hace tiempo, aunque suelo ser desatinado; Sin embargo, ahí va, pues.

El artista en Manizales.

No soy erudito en las áreas artísticas que decidí seguir por mi cuenta, sobretodo en la literatura, a la cual le debo el molde bien o mal plasmado que hice de mí hace ya catorce años, pese a los baches que interrumpieran mi proceso en todo este tiempo.
Por humilde que fuera mi trabajo, después de muchísimos malos poemas, de cuentos sin editar que divagaban entre tiempos más confusos que el Macondo de Grabriel García Márquez y de tres libros que me tomó más de seis años culminar, nada me ha merecido la suficiente credulidad o virtuosismo para generar mi propio respeto hacia ello o el de la gente. Quizá soy lo bastante malo o sólo porque la sociedad no me lo reconoce. Es que hasta vivimos en una mera propaganda de lo que hacemos, bien o mal vendida.
Mucho menos logró ser una decisión a la ligera, que apreciada desde la peligrosa y voluble adolescencia tomé a lo largo de diez años con obstinados y endebles argumentos respecto a la academia dada mi humilde formación, el recurso más respetable al que los temerosos de ganarse un sueldo mínimo acuden, para salir de los miserables límites impuestos. El escalafón que nos saca un poco de la turba, para percibir con dificultad que pese a todo seguimos en el mismo mundo.
Yo nací y crecí en esta ciudad pequeña. Donde el teatro, la literatura y la música de cámara prosperan como una cultura latente entre las personas cultas sólo porque se acomoda fácilmente a las instituciones que apoyan esta clase de eventos. Estructuras construidas por un mero compromiso, más que por un verdadero apoyo cultural. Si bien, a la hora de recrear eventos literarios, teatrales o de cámara se acude a una mínima base de recursos para hacerlo posible, dado que las propias instalaciones están diseñadas para ofrecer tales presentaciones, esta clase de eventos sólo han perdurado por estos artistas indiscutidos que luchan con su manera de ver el mundo por un poco de libertad de expresión.
El virtuosismo y la genialidad deben cultivarse o se degenera junto con los vicios de la sociedad. No basta con paredes erigidas o edificios para aparentar compromiso. Y eso es Manizales.
Personalmente, he perdido la fe en los eventos literarios donde uno asistía por mera presentación, pensaba que era algo más honesto. El show propio para figurar entre la gente culta, no como espectador sino como creador. Es detestable eso que ahora llamamos cultura. Al final del día sólo quedan los egos, los lazos supuestamente amistosos y la lucha por conseguir mayores posturas o escalafones. Todo en son de auto preservación o supervivencia. La sinceridad un eco inaudible de la bulla del día que casi nos dejó sordos.
Como músico a medias que soy, comprendí que es mucho peor intentar promover un proyecto, en una ciudad que no está dispuesta a promover eventos que generen otro tipo de gastos con respecto al sonido local, excepto si son presentaciones extranjeras. Claro, hay que dejar la ciudad bien parada en cuanto a eventos de mayor peso se refiere, pero para los locales esto es inalcanzable. No puedes ser artista si eres pobre. O sino pregunten a Miguel Ángel.
Es sencillo, si no te basta con la gente que conoces o con el dinero que tú mismo generas, la calidad de esta presentación independiente sería de dudosa conclusión. Y se preguntan por qué los músicos dejan la ciudad. ¿Y los que no pueden irse? Los pocos que se quedan es por recursos propios, pero nunca por un real apoyo institucional; Esto sin despotricar a las entidades independientes que se esfuerzan por darle a su comunidad un espacio cultural, pero de poca calidad.
El arista necesita calidad para desarrollarse como instrumento. El artista necesita no sólo espacios preconcebidos de los cuales el gobierno se libera de su responsabilidad, sino apoyo real. Ser artista en Manizales, desmotiva.

Lukas Guti.
15 de junio de 2014.