jueves, 25 de febrero de 2010

Examen de conciencia

Bueno, el 12 del mes que sigue me operan.  Después de molestarme durante casi una década, ha llegado el momento de desprenderme de las amígdalas.  Chao, adiós, no las extrañaré.

Salí de donde el doctor con todos los papeles para autorizar la operación y para hacerme las pruebas de laboratorio.  Como Manizales es tan chiquita, todas esas vueltas las puedo hacer a pie.  Caminando me fui para la oficina de Suramericana y para la clínica de La Presentación.  Y mientras caminaba me puse a pensar...

Mi papá dijo en estos días que esto iba a ser como la operación de Zeus, que no pudo con la anestesia.  Por culpa, también, de dos bolas.  Él era criptórquido (un testículo nunca le bajó), como eso puede dar cáncer había que sacarlas, pero Zeus no pudo con la anestesia y se nos murió.  Mi papá piensa, qué pesar, que me le voy a morir...

Y pues... uno cualquier día se puede morir.  Como dice el mal chiste, no es necesario sino estar vivo, y ya... así que es una posibilidad... sin darle más vueltas, porque para qué se pone uno a pensar mucho en "la morida" que suficiente miedo tengo como para ensañarme, me puse a pensar que de todas formas y sea lo que sea que pase, es mejor que eso me coja confesada... pero no voy ahora, llenita de miedo, a hacer lo que no he hecho no sé en cuanto tiempo y buscar un cura para lo de la confesión... Pienso que si he de morirme y según el supuesto que acabo de exponer, hay alguien allá arriba, el que sea, cualquiera, podrá entender un arrepentimiento sincero de mi parte y me lo valdrá como bueno...  Así que habiendo conseguido con quién confesarme, es decir, con todos y con ninguno, con quien sea que esté allá, el siguiente paso era arrepentirme.

Bueno, a ver... arrepiéntete Anita... ¿de qué nos arrepentimos? hmmm...

De todas maneras no voy a exponerle mis "pecados" a nadie, no tengo que empezar a hacer un listado con base en los 10 mandamientos ni nada de eso.  Si algo me parece hasta bacano de trabajar personalmente son los pecados capitales, pero tampoco voy a exponer aquí mis debilidades de carácter, ni más faltaba, que si mi relación con las deidades es tan personal, lo es por dos cosas: una, no me interesa hacer casi nada en masa, a no ser que sea cantar, pero ir a misa a compartir una ilusión colectiva no me llama la atención, me siento un poco charra en cualquier terapia de grupo y dos, es personal porque solo me importa a mi querido lector, así que deje el morbo que no voy a empezar con entretenidas narraciones.

Pero en fin... arrepentirme... de cualquier cosa que haya hecho que le haya causado dolor a cualquiera, con buenas o malas intenciones, y sobretodo de todo aquello que haya hecho, con buenas o malas intenciones, que haya terminado por causarme a mi, algún dolor.  Creo que es la única conclusión que pude sacar honestamente durante el tiempo que caminé...

Pero me dejé llevar por los pensamientos...

Y pensé también que la mejor manera de empezar a equivocarse es tener las mejores intenciones.  Creo sinceramente que es la manera de garantizar unas actuaciones impertinentes que causarán dolor.  Así que cualquier vez que me las haya dado de mucha cosa y haya tenido las mejores intenciones y me haya metido en donde no me han llamado, es de lo que más me arrepiento.  Sobretodo si eso me causó algún daño a mi.

Y pensé más... aclaro... pensamientos desordenados fueron los que tuve...

Pensé que uno tiene que empezar por uno, para después pensar en los demás... esa otra teoría de piensa primero en todos y de último en ti, está llena de buenas intenciones, y de pocos resultados plausibles.  Y creo que llena a la gente de rencores, porque mientras uno piensa en todos, nota como todos, no piensan primero en uno.  Pero más importante aún: si uno se quiere, probablemente quiera más fácil a los demás, si uno se respeta con mayor facilidad respetará a los demás... y así, sucesivamente.

Y terminé pensando en las veces que me he causado dolores, por mi propia responsabilidad... y solo encontré un patrón, a mi cuando me ha dolido algo es porque cualquiera me ha dicho: Anita, cómo es posible que hayas hecho tal cosa, ¿no ves que eso no es bueno/conveniente, para ti?  Así que muchas veces, no es que a uno le duela, sino que le duele que le digan que le debería doler.  Por lo que no tengo mucha claridad sobre las cosas que me he hecho a mi misma que me hayan causado dolor... decisiones que uno toma, con las mejores intenciones, y que le duelen berracamente... no sé... no encontré...

Y pensé que la gente le dice a uno que cuando hace algo que pareciera en contra de uno mismo, eso es falta de amor propio... y creo que hasta ahora que venía caminando, pensaba que eso era cierto.  Claro, si me falto al respeto es porque no me quiero... Bah! a la gente no le parece lo que uno hace e impertinentemente se atreven a opinar sobre la falta de amor propio... si a uno no lo define un error con los demás, en el cariño que les tiene, menos con uno mismo...  Es decir, yo puedo equivocarme y hacer algo que le duela a mi hermanita, pero eso no quiere decir que no la ame con todo el corazón... igual aplica, si en lugar de mi hermana hablo de mi misma, si hago algo que termina por dolerme, no tengo que concluir tajantemente una cosa tan horrorosa, como que no me quiero.

Así que no pude pensar en ni una vez que haya hecho algo que me haya dolido a mi, sin que mediara la culpa que me han achacado los demás y, si de acuerdo con mi teoría, primero yo y después los demás, y primero me respeto antes de respetar a los demás, y primero me irrespeto antes de irrespetar a los demás, entonces, ergo! habría que concluir que no le he causado ningún daño a nadie... lo que debe ser falso, porque es muy difícil pasar por esta vida sin afectar a alguien, así que alguna falla debe tener todo lo que pensé, pero no pude encontrar qué.  Probablemente el error esté después del ergo, o entre la primera línea y esta.

Tal vez soy muy laxa conmigo y tenga que pensarlo mejor, pero iba ahí cuando llegue a mi destino, y dejé de pensar bobadas, estas bobadas que espero que me sirvan si el 12 de marzo, me pasa como a Zeus y me puede la anestesia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ergo! desde la primera linea hasta la final, lo que piensas cuando caminas, entretiene.



Yo.