miércoles, 11 de agosto de 2010

Toy, tas, verbo irregular...

Me impresiona la cantidad de mensajes llenos de intolerancia por estupideces (vamos a llamarla por su nombre: intolerancia estúpida) que abundan en las redes... hasta creo haber contribuido con eso alguna vez, pero qué es lo que se creen los adolescentes (de entre 15 y 80 años) partícipes de Twitter o Facebook, que andan todo el día corrigiéndole a los demás cómo participar de estos espacios:

"Toy es un juguete, no un estado"

¿Si la gente quiere decir "toy burrido" porque no los dejamos?  Ya está aburrido, dejémoslo que escriba la mitad de las palabras.  Para que lo aburrimos más diciéndole "ve, te faltó la mitad de la frase", suficiente tienen, tan burridos!

"La mala ortografía es el mal aliento literario".

Pero qué exageración! la gente quiere participar y nadie es infalible, a todos nos pasa que se nos escapa alguna carajada mal escrita.  A veces quisiera revisarles todo el time line a los que alegan tanto sobre eso, yo incluida.  Una vez dije que por favor no me tiraran los perros en twitter diciendo sonriza.  Pero más allá de que les parezcan feos los errores ortográficos, lo que se siente es una profunda intolerancia por el que no sabe la diferencia entre hay, ahí y ay... (otra vez, yo incluida, me propongo ser mejor).

Maggie Mae me disculpará que la cite, pero es una de las fuentes inagotables de estas cosas:

"Porqué la gente dirá exenario, pero no dicen pixina y axensor #quemalgenio"

Me da mucha risa y todo, porque es absolutamente cierto, pero uno capacitando a la gente por twitter para que aprendan a hablar, no es como dárselas de mucho profesor de "ven te digo cómo ser cool"?

Yo participé también una vez de una campaña para que la gente no dijera Ifecs y compact dics, pero realmente: lograremos nuestro objetivo por Facebook y Twitter cuando primero habría que reconocer que la gente que dice así no domina tanto el medio como para que la campaña tenga efecto?

Otro día vi a una amiga que pedía en pleno status de Facebook que las niñas no dijéramos groserías, que los tipos sí, bien podían, que no se les veía tan feo, pero que a las niñas eso nos quedaba muy mal.  Pfff! ahí sí sentí que hablaban conmigo, porque para boquisucia yo y las que me rodean y me parece que todas son unas viejas regias, divinas a las que me encanta como se les oye un buen madrazo.  ¿Por qué la gente quiere extender para toda la humanidad, lo que les parece apropiado para sí mismos?  Me parece que por ahí empiezan los fanatismos.

¿Por qué nos choca tanto la gente distinta que no siente vergüenza diciendo "la chimba" en una reunión llena de pompa y circunstancia si cuando salen a su círculo de confianza, todos los que tan bien se portan, son igual o más mal hablados que el coherente vulgar?

Por qué nos molesta tanto el que es igual aquí y allá, por qué nos jode tanto la libertad de los demás... y estoy hablando de tonterías, porque el hablado es una cosa finalmente ornamental, porque para temas serios: por qué nos molestan los distintos, distintos... por qué seguimos siendo racistas, homofóbicos, excluyentes y xenófobos...

A mi lo que me choca es la intolerancia con la diferencia.  Quién se cree uno para ir recomendándole a la gente la "mejor manera de vivir", "la mejor manera de hablar", "la mejor manera de comportarse", "los temas que no hay que tratar" y sí, para tirarme duro "el presidente por el que no hay que votar"...

Dejémonos ser!

Toy muy intolerante! Cómo aprendo de mi misma, cuando me fijo en lo que no me gusta de los demás...

9 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
alvaron dijo...

Es una situación implantada en la sociedad (paisa, diría yo) donde mucha gente practica casi que constantemente el deporte de meterse en lo que no es de su incumbencia. Lo que uno personalmente podría hacer es no caer en el mismo juego y dejar que el prójimo viva su vida a su gusto y ritmo. Será que seremos capaces???

Ana María Mesa Villegas dijo...

Si me tocara apostar plata diría que no... esta naturaleza nuestra es impertinente, metida e inoportuna... ; )

maggie mae dijo...

yo creo que son dos cosas diferentes, hablar mal (gramaticalmente), tener mala ortografía y mala dicción, no tiene nada que ver con ser diferente. Tiene que ver con mala educación y con ver demasiado RCN y Caracol.
Decir groserías (o referirse a las cosas con eufemismos o cosas así) sí es ser diferente, pues, creo, demuestra una posición: ser políticamente correcto o no.
Acepto que soy insoportable con la manera en que las personas dicen las cosas, me paso la vida corrigiendo a quienes dicen "a nivel" o eXenario, por ejemplo. Pero nunca le diría a alguien nada por decir la chimba o un hijueputazo delante de quien no se debería.

taranto dijo...

Hana:

Ola bezina.
Aze dies dyaz me perkaté de ke avía perdydo miz nalgaz.
Y me fui a unaz bakasiones, con el fin de recuperarlaz.
eztube en un kurzo de nutrisión intenziba.
oi bolbí.
No rekuperé miz pozaderaz, pero yegué kachetón, y con gazolina oa loeztar el rezto del haño.

havrazos, komo ciempre.

taranto dijo...

korresión:

[...] con gazolina pa moleztar el rezto del haño [...]

Ana María Mesa Villegas dijo...

Por lo menos no dijiste sonriza! estás del otro lado vecino!

Maggie, yo creo que es la misma intolerancia... pero tampoco me parece que sea una cosa grave! :D

Al que escribió primero y le borré el comentario: ¿por qué te preocupa tanto lo que me preocupe? ; )

Isabel dijo...

Toy de acuerdo contigo Anita ... a mi me encanta que hablemos mal, sino no tendriamos chistes de eso ... que digamos grocerias y que nos importe un bledo lo que hacen los demas ... y por supuesto que nos valga un hongo lo que opinen de nosotras!

taranto dijo...

Vecina:
¿Exilada?
¿El peso de los años?
¿Fractura de los índices?
¿Preparando anuncios para el próximo cumpleaños?
¿Lavando menudos?
¿La desconfiguró un Troyano?

(...)
En últimas... ¡QUÉ TAL, VECINAAA!

- Te invito a mi Blog -
Abrazos.