Si me ponen una orquesta sinfónica voy a mirar al instrumentista que más se mueva.
Si me ponen una orquesta sinfónica con un instrumento solista, voy a mirar al solista.
Si me ponen una orquesta sinfónica con un instrumento solista y un coro, voy a mirar al coro. (Esto tal vez sea deformación profesional).
Si me ponen una orquesta sinfónica, con un coro y un cantante solista, voy a mirar al cantante.
Si me ponen una orquesta sinfónica, con un instrumento solista, con un coro, con un cantante principal —una soprano, un tenor o lo que sea— y me ponen una persona bailando, voy a mirar al que baila, aunque lo haga mal y aunque no esté adelante de todo eso, por el mismo motivo por el que si me ponen una orquesta sinfónica voy a mirar al que más se mueva.
Me encanta ver bailar.
El que baila bien lo pueden poner solo en el escenario y para mí es un montón de entretención.
miércoles, 28 de mayo de 2014
lunes, 19 de mayo de 2014
Cómo querer de vez en cuando
Arránquese el corazón. Deposítelo en un plato a un lado. No lo vuelva a determinar y déjelo irse arrugando. Examine semanalmente que sigue latiendo constante. Sin mucho cariño ni atención revise que todavía salte.
No se quite la sonrisa. No pierda la sonrisa. La necesitará para enamorarse. Entienda que para estirar unos músculos faciales solo se necesita la voluntad de que permanezcan de esa manera, rígidos hacia los lados. Ríase con la cara completa, no olvide los ojos y las cejas. Si no lo logra imite a alguien. Si después de eso sigue sin saber cómo ejecutar una sonrisa honesta hágalo con el hígado, nadie notará la diferencia.
Y quiera. Desee. Déjese llevar por esa emoción que se llama enamoramiento. Pero no ame. Llénese de emociones que no encuentren dónde situarse. Sáquelas también desde cualquier parte. El corazón no es el único lugar de su cuerpo con la capacidad para sentir y eso Usted lo sabe.
Cuando haga falta tome el corazón del plato. Póngalo en su lugar y déjelo que haga su parte. Por fortuna el corazón actúa rápido. No lo deje más de media hora. Retírelo cuanto antes.
De manera simultánea apiádese de Usted mismo y evádase. Déjese ir. Esto no dura lo suficiente como para que el desamor lo mate. Antes llegará un buen cáncer.
Y no llore, es receta para corazones débiles que no frágiles.
Si ya entendió la mecánica lea nuevamente. Cámbielo todo, haga exactamente lo contrario. Deje de cuidarse con cinismo el corazón y ame.
Publicado originalmente aquí para +Oscar Rodriguez
Cualquiera
Lo maluco de hablar de política es que hay que sustentar las posiciones. Hablar en público, digo. Y no tengo como sustentar nada de lo que voy a decir porque me falta leer teóricos.
El caso es que no me gusta la democracia porque me parece mala idea que CUALQUIERA pueda ser presidente, o senador, o concejal, o diputado, o miembro de una junta de acción comunal, o administrador de un edificio. Eso no debería ser para cualquiera, debería ser para personas capacitadas para hacerlo, para un buen candidato entre los ciudadanos que quieran hacerlo. O algo así, la idea es esa.
La democracia tiene eso de bonito: cualquiera, ay, qué lindo. Pero bonito no es bueno. Es una bonitura como la de las buenas intenciones que tapizan el camino hacia el infierno. Que es exactamente donde nos encontramos. Usted está aquí.
Sí, muy bonito y como para idealistas ingenuos y cándidos, que CUALQUIERA pueda ser senador. Y por eso tuvimos a ese señor lustrabotas en el Concejo de Bogotá. Y qué pena pues yo lo poco respetuosa de nuestras instituciones, y qué pena también discriminar al señor lustrabotas, pero, ¿qué puede hacer un lustrabotas de este país, educado en este país, educado de una manera en la que solo alcanzó a ser lustrabotas porque las oportunidades que le dio este país no le dieron para más, por este país? Nada, no puede hacer nada, lo único que puede hacer es sentarse en su curul el tiempo reglamentario para ganarse una pensión vitalicia que pagamos todos, ¿por hacer qué? Nada. Y creo que ni nada hizo, porque no fue.
Algo de justicia tiene eso, también. Claro. Este país que le niega una oportunidad de buena educación a este señor, es el mismo que colectivamente vota por él por un sentimiento de entre compasión y "nos hace mucha gracia" —decisión marcada también por la ignorancia— y equilibra en algo la distribución de la riqueza.
Pero, ¿puede devolver el señor lustrabotas algo de lo que el país le da? No, no puede. No puede y no hay cómo exigírselo. Sería injusto en todo caso.
No me gusta la democracia. Cualquiera puede ser presidente. Y eso tendremos, cualquiera. Y da lo mismo, cualquiera.
El caso es que no me gusta la democracia porque me parece mala idea que CUALQUIERA pueda ser presidente, o senador, o concejal, o diputado, o miembro de una junta de acción comunal, o administrador de un edificio. Eso no debería ser para cualquiera, debería ser para personas capacitadas para hacerlo, para un buen candidato entre los ciudadanos que quieran hacerlo. O algo así, la idea es esa.
La democracia tiene eso de bonito: cualquiera, ay, qué lindo. Pero bonito no es bueno. Es una bonitura como la de las buenas intenciones que tapizan el camino hacia el infierno. Que es exactamente donde nos encontramos. Usted está aquí.
Sí, muy bonito y como para idealistas ingenuos y cándidos, que CUALQUIERA pueda ser senador. Y por eso tuvimos a ese señor lustrabotas en el Concejo de Bogotá. Y qué pena pues yo lo poco respetuosa de nuestras instituciones, y qué pena también discriminar al señor lustrabotas, pero, ¿qué puede hacer un lustrabotas de este país, educado en este país, educado de una manera en la que solo alcanzó a ser lustrabotas porque las oportunidades que le dio este país no le dieron para más, por este país? Nada, no puede hacer nada, lo único que puede hacer es sentarse en su curul el tiempo reglamentario para ganarse una pensión vitalicia que pagamos todos, ¿por hacer qué? Nada. Y creo que ni nada hizo, porque no fue.
Algo de justicia tiene eso, también. Claro. Este país que le niega una oportunidad de buena educación a este señor, es el mismo que colectivamente vota por él por un sentimiento de entre compasión y "nos hace mucha gracia" —decisión marcada también por la ignorancia— y equilibra en algo la distribución de la riqueza.
Pero, ¿puede devolver el señor lustrabotas algo de lo que el país le da? No, no puede. No puede y no hay cómo exigírselo. Sería injusto en todo caso.
No me gusta la democracia. Cualquiera puede ser presidente. Y eso tendremos, cualquiera. Y da lo mismo, cualquiera.
Gente que vive en China
¿Por qué están entrando a mi blog?
Abajo pueden dejar sus respuestas.
Abrazos, saludes desde Colombia.
PD: ¿Algún tema que les gustaría que tratara?
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