lunes, 19 de mayo de 2014

Cómo querer de vez en cuando

Arránquese el corazón. Deposítelo en un plato a un lado. No lo vuelva a determinar y déjelo irse arrugando. Examine semanalmente que sigue latiendo constante. Sin mucho cariño ni atención revise que todavía salte.

No se quite la sonrisa. No pierda la sonrisa. La necesitará para enamorarse. Entienda que para estirar unos músculos faciales solo se necesita la voluntad de que permanezcan de esa manera, rígidos hacia los lados. Ríase con la cara completa, no olvide los ojos y las cejas. Si no lo logra imite a alguien. Si después de eso sigue sin saber cómo ejecutar una sonrisa honesta hágalo con el hígado, nadie notará la diferencia.

Y quiera. Desee. Déjese llevar por esa emoción que se llama enamoramiento. Pero no ame. Llénese de emociones que no encuentren dónde situarse. Sáquelas también desde cualquier parte. El corazón no es el único lugar de su cuerpo con la capacidad para sentir y eso Usted lo sabe.

Cuando haga falta tome el corazón del plato. Póngalo en su lugar y déjelo que haga su parte. Por fortuna el corazón actúa rápido. No lo deje más de media hora. Retírelo cuanto antes.

De manera simultánea apiádese de Usted mismo y evádase. Déjese ir. Esto no dura lo suficiente como para que el desamor lo mate. Antes llegará un buen cáncer.

Y no llore, es receta para corazones débiles que no frágiles.

Si ya entendió la mecánica lea nuevamente. Cámbielo todo, haga exactamente lo contrario. Deje de cuidarse con cinismo el corazón y ame.

Publicado originalmente aquí para +Oscar Rodriguez 

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