sábado, 29 de agosto de 2009

Problemas de configuración...

Nadie se había vuelto a morir en ese pueblo. Llevaban una semana sin que nadie se muriera, con los hospitales llenos de gente enferma, gravemente enferma... pero viva...

Pasó un mes, el hospital no daba avasto, con el sistema de seguridad social inservible como siempre, pero nadie se moría.

Los de la única funeraria del pueblo hicieron un canje por servicios con el hospital: cuando se murieran el montón de enfermos, ellos devolverían los favores que ahora los del hospital les hacían a ellos, porque debido a la falta de muertos, la liquidez necesaria para pagar servicios, facturas y sueldos no llegaba.

La plata del hospital tampoco era suficiente. Con el sistema de seguridad social pagando tarde por los servicios prestados a gente que, además, se resistía a la muerte y que por lo tanto seguían generando costos, incrementaba los desayunos, los almuerzos y las comidas que había que preparar... que todos saben que para preparar alimentos es necesario primero comprarlos y que para eso es necesario primero, dinero.

Pasó un año... la gente entraba y salía del hospital pero no se moría... habían unos que no salían, ni vivos, ni muertos...

Se generó un exceso de confianza, esa cualidad juvenil de insolencia ante muerte, se contagió en los que ya suelen tener un mayor aprecio por la vida y que por lo tanto no andan arriesgándose por ahí, tirándose por despeñaderos, pasando puentes por encima de sus estructuras, comiendo pollo vencido, ni nada de eso...

Tenían razón... pasaban días con diarreas, se quebraban todos los huesos, se rompían sus órganos internos, pero no se morían...

Luego un día, la muerte se acordó de aquel lugar... el software que había comprado para la sistematización y administración de sus actividades, había olvidado incluir el nombre de aquel pequeño pueblo remoto, perdido en la mitad de la nada, en medio del olvido incluso de los diseñadores del programa que nunca habían oído hablar de él.

El día que le hicieron el ajuste al programa, ese día, desapareció el pueblo.

5 comentarios:

Disonancia dijo...

Me encantan, sencillamente =)

A dijo...

echenle la culpa al de sistemas....jajaja

Ana María Mesa Villegas dijo...

con la consabida solución de todos los ingenieros, apáguelo y vuélvalo a prender!

Gracias Dissonance! quién eres?

Disonancia dijo...

Nadie, un admirador de esos que te acosan discretamente y te siguen hasta tu casa jaja, mentiras Anita me gustan mucho tus artículos =)

Ana María Mesa Villegas dijo...

:O Gracias Lukas!!!!!!!!!!! :D