Tal vez lo sabía, pero no lo tenía en cuenta, no lo alcanzaba a ver, no era determinante, por lo distantes que estaban sus futuros 79 años de los 19 que tenía en ese entonces, que cuando eligió irse con las Hermanitas de los Pobres no solo estaba tomando la decisión de vivir para siempre lejos de su casa, sino también la de morir lejos de su familia.
Hace una semana empezaron a llegar los mensajes diarios contando sobre la salud de la hermana y la tía. Que ya no ha vuelto a levantarse de la cama, que se ve cómo se va apagando, que hoy amaneció mejor, que tiene fiebre y no se le quita a pesar de los tratamientos médicos, que ya no abre los ojos, que estamos en oración todas las hermanas, que la estamos acompañando, que sabemos que ustedes también nos acompañan, que no tienen nada de qué preocuparse, que no le hace falta nada, que está tranquila, que se murió y que tuvo una muerte bella. Que ya está en donde siempre quiso estar, con Dios, sus padres y su hermano Aníbal.
Cómo se duele la muerte de alguien que se fue hace 60 años si no es con un poco de rabia por no poderla acompañar, por no haberla visto una última vez, por no haberle escrito más, por no haberle hablado más, por no haberle pedido que rezara más por nosotros, y sin reprocharle un poco que haya decidido pasar la vida lejos. Como se duele la muerte de alguien sin un poco de egoísmo. Cómo se vive una vida monástica sin un poco de egoísmo.
Luis, su papá, la lloro mucho cuando se fue de la casa. Tal vez él sí fue consciente, vio una vida completa sin una hija y lloró su muerte a tiempo.
3 comentarios:
Estoy emocionado. Hacia como dos años no veía a sor Lía. Hace dos semanas me encontré a una hermanita en otra ciudad y le pregunte por ella y me informo de su fallecimiento. La conocí en Cáceres. Hablamos muchísimas horas muchos momentos. Era una santa. Amaba y nunca juzgaba. Sentí un amor hacia los demás que solo sale de un corazón generoso. Me alegro conocer de su familia. Elevo una oración pero se que el Señor se la llevo directo al cielo. Era conforme al corazón de Dios. Hasta siempre sor Lía. Sigo llorando tu muerte
Estoy emocionado. Hacia como dos años no veía a sor Lía. Hace dos semanas me encontré a una hermanita en otra ciudad y le pregunte por ella y me informo de su fallecimiento. La conocí en Cáceres. Hablamos muchísimas horas muchos momentos. Era una santa. Amaba y nunca juzgaba. Sentí un amor hacia los demás que solo sale de un corazón generoso. Me alegro conocer de su familia. Elevo una oración pero se que el Señor se la llevo directo al cielo. Era conforme al corazón de Dios. Hasta siempre sor Lía. Sigo llorando tu muerte
Qué bueno saber de alguien que la conoció. Es la misma idea que yo tengo sobre mi tía. Gracias por dejar esta nota. Le mando un abrazo.
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