lunes, 30 de enero de 2017

Sobre Whatsapp y el agobio de la información y las redes sociales

Al parecer con el nacimiento del correo electrónico se exacerbó la necesidad de compartir información. Con la facilidad de darle forward a un mensaje bonito que nos enviaba alguien tuvimos instantáneamente la capacidad de difundirlo ya no a dos o tres personas cercanas a las que de verdad creíamos que ese mensaje podía interesar, sino a toda la base de datos porque, qué carajo, tan fácil que es poner ahí en esa casillita "send to all".

Antes no era así. Antes, si usted leía un artículo bacano en una revista, lo máximo que podía hacer era intentar leérselo en voz alta a quienes estuvieran con usted. Y mínimo decirle a esas personas "en esta revista hay un artículo que creo que les gustaría". O poner el tema y comentar. Y ya. A eso se limitaba el asunto de compartir información. Si dos días después usted todavía estaba impactado por un contenido de un periódico corría el riesgo de recomendarlo a otras dos personas. Y si era de los que coleccionaba recortes de prensa, de pronto a cinco.

Pero con el correo electrónico y las redes sociales toda clase de información se volvió facilísima de compartir, y todo el mundo comparte información todo el tiempo. Y está muy bien, que circule la información, libre, generosa, de cualquier tipo, toda clase de basura... Noliace.

Lo que no podemos pretender es que toda la gente que recibe toda esa información no termine por ponerle alguna especie de filtro a esa andanada de cosas.

A veces recibe uno comentarios dolidos de los papás o los tíos "como tú no ves los videos que te mando". No, yo no los veo. Si me pongo a mirar todo lo que manda la gente, no trabajo, no leo, no veo televisión, no miro lo que a mí me interesa. Es perfectamente lógico que a uno no le interese lo mismo que a otro, uno escoge su basurita, y está muy bien.

Y como siempre, no para que lo hagan los demás, ni a modo de manual de convivencia, ni de urbanidad de Carreño, pero sí para que sepan el criterio con el que finalmente muchos terminamos haciendo las cosas, aquí están mis criterios de operación en lo que a compartir bobadas se refiere:

1. Solo comparto información general a través de Facebook y Twitter. Ahí no obligo a nadie a leer lo que comparto. La gente bien puede omitirme, silenciarme o dejarme de seguir si lo que comparto no les interesa. No hay daño.

2. No comparto información como Spam. No le doy reenviar a todos. Send to all. No utilizo las herramientas de envío masivo. Ni por Whatsapp, ni en el correo.

3. No etiqueto a 123 personas en mis publicaciones para darles mayor alcance. Etiqueto solamente a quienes sé que les interesa y a quienes es necesario.

4. No utilizo los grupos de Whatsapp para enviar información que le interesa a una sola persona de ese grupo. En general no comparto cosas en los grupos de whatsapp a menos que crea que pueden interesarles a todos o a que haga parte de la información que necesita el grupo, cuando se trata de cosas laborales.

5. No presiono a nadie para que vea, lea algo. Procuro entender que la gente tiene otros intereses, poco tiempo, están en otras cosas, y que lo que me gusta a mí puede que solo me guste a mí.

6. Procuro no agobiar con información, aunque seguramente me sale mal. Tengo una necesidad imperiosa por contar cosas, intento ser consciente de eso porque sé que no es precisamente una virtud.

7. Por último, procuro compartir solo información que me parece de verdad interesante. Una manera de ayudar a los demás a filtrar información es que de alguna manera se reconozca el criterio con el que lo hacemos. Ricardo es el de los chistes, Jorge el de la musiquita, Carolina la de las cosas de moda, etc. Entre todos contribuimos a hace un mundo de la información mejor.

8. En general dejo de interesarme por seguir a quienes comparten información falsa, sin verificar, de medios pecuecos, o que comparten chistes ofensivos que contribuyen a reforzar estereotipos. Y si pudiera recomendar algo en ese sentido, sería eso, no ayudar a difundir idioteces, no contribuir a darle pantalla al idiota, pero estar atentos a eso para señalarlos cuando haga falta.

Capítulo especial merece el trato que le doy a Whatsapp. Creo que de todas las redes sociales puede ser la más agobiante. En general, para no alargar más este post, creo que el criterio debería ser el del respeto por el tiempo y los recursos (esa herramienta consume datos y batería) de los demás. Esa no debería ser una red para compartir información, sino para encontrar a alguien, o pasarle información a alguien, cuando de verdad lo necesitamos. Ese es mi criterio.

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