miércoles, 6 de abril de 2011

Relaciones Abiertas

Como si todo hubiera funcionado a las mil maravillas nos parece muy escandaloso la idea de que otras personas ensayen otros esquemas.

Y si fuéramos honestos tendríamos que concluir que en su gran mayoría (con excepciones, las estadísticas nos hablan de las excepciones, del margen de error y esas cosas) las relaciones funcionan medio abiertamente, o abiertamente del todo, sin que exista el acuerdo explícito o tácito de aceptar las infidelidades.

¿Entonces por qué no lo acordamos?... "ve, somos débiles, esto no se va a sostener 'hasta que la muerte nos separe' sin que por la vida se nos crucen otras tentaciones, pero mi compromiso es con el amor que te tengo que nada tiene que ver con que me guste alguien más".  ¿Muy raro?

Si lo acordáramos ¿no habría más entendimiento y comprensión de lo que somos y más libertad en medio de tantas prohibiciones que somos capaces de ponernos?

Pero no es fácil... como tampoco es fácil de la manera que venimos haciéndolo.  Es cambiar unas incomodidades por otras, pero eso sí, intentando ser más honestos frente a nuestra humanidad.  O yo no sé si es que yo soy muy débil y el resto de los mortales son las matas de la fortaleza.  Cada uno que se mire su ombliguito sin meterse muchas mentiras.  Si ya lo hizo una vez no vaya por ahí jurándose fiel... ni infiel.  ¡Qué necesidad de etiquetarnos!

Pero digamos que lo intentamos.  Voy a partir de aquí, para tratar de encontrar las nuevas dificultades de un tipo de relación planteado de manera madura, con amor, con entendimiento y llegando al acuerdo de que ambos podrán ir buscando, o encontrando sin buscar, otras cosas en el camino.

Creo que ya había dicho que será difícil para las mujeres que participen de un tipo de relación planteado de esta manera encontrar otros hombres que se aguanten no ser el plato principal sino el postre.  Daniela Nodirémiapellido ya escribió una entrada linda y clara sobre ese tema, aquí la dejo.  Y a lo que ella dice yo no tengo nada más que agregar, solo la firma.

Otra incomodidad, o mejor, algo que en mi caso particular no me gustaría, es que los postres que elija quien se encontrara conmigo en una relación de este tipo no me parezcan 'viejas chéveres'.  Creo que este tipo de relaciones exigen algo de cinismo, algo de hacerse el bobo, algo de "hacé como vos querás, pero hacelo bien hechito" y me molestaría mucho tener que hacerme la boba más de la cuenta con una vieja a la que no le quede claro el tipo de relación en el que se encuentra y la posición que le corresponde.  Como dice Daniela en su post, muchas veces aunque tengamos claro en lo que nos estamos metiendo nos hacemos los de la vista gorda, para después salir con reclamos.  Es decir, yo preferiría que las otras tengan bien claro que esta relación en la que ya no cabría la expresión "se están metiendo" o "están dañando" es una relación abierta, para que después no se pongan a fregar más de la cuenta o a intentar indisponerme.

Por eso decía que no quisiera que fueran viejas morrongas o solapadas, porque esas son las que llaman a la una de la mañana, las que hacen una killer cuando saben que el tipo está con la oficial, las que ponen a las amigas a llamar a la esposa a decirle que su marido anda con otra (con ella), las que tienen fines no tan nobles en ese tipo de relaciones y son capaces de andar metiendo muchachitos o de andar sacando plata.  Pero como ese juicio lo tienen que hacer los señores, que tienen ese juiciómetro tan bien puesto, vaya uno a saber con qué tipo de viejas terminen involucrados.  Es decir, esto requiere un tipo de tipo que no parece haberse inventado... yo no creo conocerlo.  Con respeto de los señores que conozco, porque además la morronga abunda y será difícil garantizar que no habremos de cruzárnosla.  Mejor dicho, no me chocan las otras, en una relación establecida de esta manera, pero tendrían que contar con mi visto bueno.  ¿Eso se puede?

Otras incomodidades son las del tipo sexo seguro que exigen un compromiso grande de cada uno con su salud, que me parecen de vital importancia y que tampoco es nada nuevo.  Lo que pasa es que uno supone que esta libertad aumente el número de parejas y por lo tanto el riesgo.

Es decir, estas no son situaciones nuevas, pero dado el acuerdo que generosamente se hace, yo preferiría en consecuencia y como premio a la "evolución" no tener que mamarme viejas morrongas ni tener que lidiar con la dignidad de los que no son platos fuertes y mucho menos ganarme enfermedades.

Voy a terminar concluyendo que dadas estas incomodidades, para las que además, por ser fórmulas nuevas, no hay soluciones estándar que podamos todos compartir abiertamente, será más fácil seguir como estamos, que aunque no estamos bien, ya lo manejamos.

Además, como me decía alguien hace días, qué pereza tanta transparencia.  Será mejor el drama que acompaña el engaño con todo y el llanto, antes que aceptarnos como somos y darnos las libertades que naturalmente nos corresponden.  Sigamos así de bien.  Esto se acaba en el 2012.

14 comentarios:

Unknown dijo...

Yo ya lo intenté. Y ya fracasé. No digo, por ende, que no sea posible. Cada historia es un caso.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Y como eres un señor soltero, hay que concluir que también has intentado lo tradicional y tampoco "ha sido definitivo", que es diferente a fracasar. Habría que decir que mientras duró, funcionó. Y preguntar si se terminó por eso o por algo más.

alvaron dijo...

Anita, lo único que te digo es que es un juego muy peligroso,que puede dejar muchas huellas, a pesar de haberse acordado previamente,la transparencia, la confianza, etc,etc. A veces los postres pueden pasar a ser platos principales..... y el que estaba jugando de buena fe se queda sin plato....

LaCaballero dijo...

Ani, sos la mejor. Me tumbaste todo lo que te dije ahorita así: muy francota y deshinibida, como sos vos. Yo he estado, como te dije, en el lugar de la morronga; sin serlo me parece, pues no he invadido esos espacios de la titular, jugando limpia mi suplencia, con todas las mierdas que me tuve que tragar. De hecho me sentí como bien leyéndote, por no entrar en esa involucrada con la señora.

Apoyo la moción, seamos honestos con los compromisos. ¿Cómo hacemos con la morronga? Lo digo por cosas como ésta, que bien podría ser de lado de la titular o de la suplencia: http://bit.ly/eaqcaw.

¡Qué peligro, caray!

LaCaballero dijo...

Al link le quitas el punto final para que enlace. El viejito que se mete no puede aguantar la risa... no deja de ser terrible.

Unknown dijo...

Y de este tema habla la canción que estamos a punto de lanzar. En una parte del puente se pregunta el personaje: "Hey my lover! Are you my lover? Hey my lover! Are you really something else?". Ese juego es posible pero bien peligroso y Alvaron lo describe perfectamente: Termina uno convirtiendo el postre en el plato principal o tratando de ser convertido en plato principal a la fuerza. Entre dos momentos cruciales que me hicieron cambiar de opinión sobre las probabilidades de lograrlo, escribí esta entrada que aporto ahora para la discusión: http://gattocosmico.blogspot.com/2010/01/freelove.html

Fernanda Buitrago dijo...

Al contrario de Cosmo, yo a duras penas lo intenté pero lo logré y me fué muy pero muy bien!

Efectivamente es cuestión de honestidad y de hacer acuerdos transparentes (son pesados, pero funcionan.

no es sólo cuestión de mente abierta sino de saber usar la libertad y de mucho, mucho respeto.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Alvarón, yo sinceramente creo que esos riesgos existen también en la manera como venimos haciéndolo ahora. Es decir, en cualquier momento alguien que está con uno, casadito bajo las leyes de la iglesia, encuentra alguien más lo suficientemente importante como para abandonar su matrimonio, que significaría que antes de que llegara alguien más, ese matrimonio ya tenía problemas suficientes como para no continuar.

En cualquier esquema creo que no debe uno irse muy tranquilo con el cuento de "hasta que la muerte los separe" porque eso no es cierto en la mayoría de los casos... no digo que no sería bueno intentarlo, digo que hay que intentar ser más sensatos para que luego la desilusión no sea además motivo de frustración, esa sí, por una eternidad.

Diana, qué ejemplo de morronguera! Qué cosa tan espantosa. Relacionarse bien es muy importante. Te deseo una vida en la que jamás, por más tonterías que hagas, te cruces con nadie así. Pero no hay garantías. Lo mismo pido para mí, que también, te acompaño en todo lo que dices, he hecho mucha tontería.

Cosmo, parece muy fácil llegar a posiciones sensatas sobre estas cosas, pero no a acciones igualmente sensatas... porque somos sobre todo emociones y pasiones. Yo tendría que ponerme a prueba para luego sí decir: sí se puede. Tu ya lo intentaste.

Luisa... me das fe.

Kariburu dijo...

Yo creo que todas mis relaciones han estado abiertas, el que yo decida no estar con nadie más en algunas de ellas es sólo una contingencia, así como el amor, una circunstancia.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Esa me parece que es una bonita manera de verlo. Y siendo absolutamente contraria da en el punto central del compromiso primero con uno, para poder comprometerse a alguna cosa con los demás.

Por eso yo tiamo.

Amanda dijo...

Hola, me ha gustado tu blog.
en cuanto a tu tema... Te puedo decir que los verdaderos amantes son escasos y difíciles de ver. Amor? Naaa, pero cuando tienes uno, sin esa tontería de los celos, de las llamadas a toda hora, sin palabas patéticas, pero q siempre está ahí, esos son los que valen la pena. tener novio es un error, a menos de que este sea lo que soñaste.

Ana María Mesa Villegas dijo...

Gracias Amanda y bienvenida.

Isabel dijo...

Mmmmm me parece que depende de quien sea para que funcione. Yo no me creo capaz de funcionar en una relación abierta y por eso tengo una tradicional, con toda la fe de que sea sincera y continúe siendo así, incluso en un momento de infidelidad. Tambien se que algunas personalidades como la de Ana funcionan mejor en relaciones no tan tradicionales y me parece completamente valido, desde que los involucrados lo sepan, lo acepten y se sientan bien. Con lo que estoy en desacuerdo es tener una relación abierta por uno solo de los lados y sin que el otro se entere, eso me parece de quinta!

Ana María Mesa Villegas dijo...

Yo ni eso lo juzgo, porque habría que empezar a cuestionar a todas nuestras mamás que se pusieron de dignas o se hicieron las bobas, porque muchos de esos matrimonios estaban abiertos por un solo lado y eso era hasta socialmente aceptable en algunas partes. Y porque juzgar generalidades es muy difícil... hay cosas que pasan llenas de matices, de agravantes y atenuantes. Y que también pasan cosas que son de quinta, sí, también. : )

Me encanta el reconocimiento a mis capacidades para meterme en algo así... pero habría que vivirlo para saberlo... a la hora de la verdad resultaré la más posesiva y la más territorial, vaya uno a saber, ole... :D