No me sé bien los libretos, nunca me los aprendo completos. Los leo intentando comprender la idea general y repitiendo para mí mismo: hablo yo, luego él, luego ella y luego otra vez yo; me paro aquí, miro hacia allá, señalo la calle imaginaria que pareciera quedar en donde solo hay pesas y cuerdas de la tramoya y repito los textos sobre las acciones, todas las noches durante un mes por lo regular, intentando entender al personaje que me toca representar; reacciono con base en los prejuicios que tengo sobre la persona es, ella o él y completo los espacios vacíos donde deben ir mis frases con algunos cambios en la intención o en las palabras. Mis compañeros aprecian eso porque dicen que les da algo con qué trabajar.
Un día quisiera abandonar la escena, salirme del texto y decir algo que no esté incluido en el guion, obligar a mis compañeros de reparto a reaccionar con lo primero que se les ocurra mientras miran mi cara impávida que deja claro que voy firme en otra dirección, algo que tenga la dosis justa de ficción sobre la ficción... un matiz, un giro pequeño que nos obligue a la emoción. Pensarán mis compañeros que el público no debe darse cuenta de que lo estamos arriesgando todo - como si fuera mucho - que no debemos dar la impresión de haber perdido el control, y juntos, como en una armonía que no existe, le daremos una vuelta a la historia y la llevaremos hacia otro lugar. Pero nunca fui buen escritor, soy actor y regular. Así que no arriesgo la trama, doy la impresión de ser un actor comprometido con el final, ese que ya todos conocen, tan repetido mil veces, tan estudiado, tan aceitado, que llegamos a él ya sin pensar... en las obras que represento el destino no cambia jamás.
Como en mi vida, tal cual.
8 comentarios:
solo unos versos que tú entenderás:
"Así es tu corazón, apasionado.
En un momento
pasas del drama a la comedia.
Ante ti, solo yo sé a qué atenerme
Como un gato
husmeo en ti todo el tiempo,
y así descubro
que las certezas no van contigo,
soy fiel a tus caprichos."
: )
Pero si ya una vez nos salimos del texto... no sé si te acuerdas: Fue en el Teatro de Confamiliares en un día de los abuelos. Yo era Alejandro Magno y tú Diógenes. Y ensayamos tanto tanto tantísimo que tú te aprendiste mi diálogo y yo el tuyo y en algún momento de la presentación el Rey empezó a decir el texto de Diógenes y Diógenes el del Rey. Nos reímos, volvimos a empezar y nos aplaudieron mucho.
“La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada” (Shakespeare, Macbeth, Acto V, Escena V).
Adri, ¿tú sabes dónde está ese texto? Eso me encantó y quisiera volverlo a hacer... yo sí me acuerdo que nos aplaudieron mucho (yo siempre me acuerdo de los aplausos jajajajajaja) y me acuerdo que nos ganamos un premio en el colegio con eso... de lo que no me acordaba era del error (porque yo borro de mi mente todo lo malo jajajajaja) ¿Dónde andará eso?
Guillermo, muy bacano eso!!! : )
Hola
Yo no me acuerdo del premio... Recuerdo 2 premios en el colegio: uno en un concurso de cuento y otro en uno de pintura. No recordaba haber ganado uno en teatro pero me parece muy buena noticia.
Lo que si recuerdo es que una de las 2, tal vez yo, tenía para esta obra un vestido verde oscuro de terciopelo muy pesado...
Me retaste a buscar el texto... yo recordaba la parte de "Qué quieres de mí?" "Yo nada, que no me quites el sol"... y poniendo eso en google
encontré este link... creo que éste es el texto:
http://tonazo.wordpress.com/2008/04/23/alejandro-magno-contra-diogenes-el-cinico/
Un abrazote.
Con leer la primera línea sé que sí es. Gracias Adri! : )
Si en teatro no son pertinentes esas ganas de improvisar, tal vez podrías filmar algo así, salido de la nada. Quién quita y te salga algo genial
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