La cita que más me gusta de El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez:
Los hombres somos unos pobres siervos de los prejuicios -le habría dicho él alguna vez-. En cambio cuando una mujer decide acostarse con un hombre, no hay talenquera que no salte, ni fortaleza que no derribe, ni consideración moral alguna que no esté dispuesta a pasarse por el fundamento: No hay Dios que valga.
#PuraSabiduría
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