miércoles, 21 de noviembre de 2012

Querido diario

Me toma mucho tiempo darme cuenta qué siento frente a alguna cosa particular.  Muy raro.  A pesar de ser tan emocional, o tal vez por eso, las emociones fuertes anestesian las menos importantes y de esas me percato cuando ya se han asentado ahí y llevan buen tiempo o cuando las otras les dan espacio para manifestarse, no sé.

El caso es que creo que cambié.  Pero bueno, uno siempre cambia.

Cuando estaba chiquita, después de bañarme, mi mamá me sacaba al antejardín de la casa a jugar y a recibir sol.  Cuando pasaba alguien yo acompañaba al desconocido hasta la esquina de la cuadra preguntándole cosas y me devolvía al antejardín.  Creo que esa escena ha definido mi carácter durante casi toda la vida y es frente a eso que ya no me siento tan cercana.

No soy cautelosa, confío en la gente con mucha facilidad, sigo siendo una persona simpática, no es que me haya vuelto precisamente un ogro y tampoco es que quiera exactamente definir qué es lo que ha cambiado pero siento cierta distancia entre eso y yo... hoy que le conté a mi hermana dijo "sosiego" y sí, algo como eso.

Deben ser las experiencias. La Experiencia. La edad. La madurez.  Alguna cosa de esas, no sé.  Pero eso llegó después de unas arrugas.

martes, 6 de noviembre de 2012

La Sociedad

Un collage de temas que es una opinión que tengo sobre La Sociedad.

1.
Hace unos años cantaba en un coro femenino.  Nueve mujeres.  No hay necesidad de ponerle mucha imaginación a eso para acertar y decir que era complicado conciliar nueve temperamentos femeninos.  Tuvimos muchos problemas de toda índole: musicales, por la ropa que usaríamos para cada concierto, por los planes que haríamos, por los ensayos que tendríamos, por lo que comeríamos y también porque algunas de las integrantes querían que como agrupación transmitiéramos algún tipo de impresión homogénea en la gente que nos conocía.  El grupo se llamaba Trocatinte, nos ganamos varios apodos:
trocstars, rock y tinto y trocatontas son los que recuerdo.

La gente no nos soportaba, nadie nos aguantaba, todo el mundo decía que éramos muy pinchadas.  O eso decía una de las integrantes de Trocatinte.  El día que le preguntamos quién era exactamente "todo el mundo" nos dimos cuenta de que era ella y tres o cuatro personas más, cercanas a ella, las que tenían ese montón de opiniones que reflejaban el sentir de La Sociedad.

2.
La mujer del César no solo debe serlo sino parecerlo.
Qué dirán los demás.

Pero uno se pone a mirar detenidamente y no da.  Yo no he podido saber bien quién es, quién conforma La Sociedad esa que opina sobre estupideces como la forma de ser de uno.  Probablemente soy yo.  Y sí, yo opino mucho sobre los demás.  Pero dudo mucho que mi opinión tenga fuerza.  Tal vez tendría fuerza si esa gente sobre la que sin criterio he opinado le diera importancia a lo que yo opino y viniera a reclamarme.

3.
Una vez, cuando tenía 17 años, la mamá de una amiga me vio dándome unos picos con un ex novio que para la época ya tenía novia nueva, en una fiesta en el Club Manizales.  Como toda la noche había estado con mi mejor amigo la amiga mía supuso que el tipo con el que me había visto su mamá era ese y se puso a decirle a "todo el mundo" que yo me había encarretado con Marcelo.  Como lo que estaba diciendo era parcialmente mentira y como yo tenía 17 años y a esa edad uno libra unas batallas todas pendejas, yo me fui con Marcelo para donde mi amiga y le dije que me dijera en mi cara la mentira que estaba diciendo.  A ella le importó cinco centavos aclarar que había hecho ese supuesto y que entonces yo contara con quién me estaba dando picos... y me tocó contarle a Marcelo, que no quería a Julián - el de los picos -, el pecado que estaba cometiendo... que sí era medio pecado dado que el hombrecito tenía novia y a los 17 años esas cosas son gravísimas (a esta edad de pronto también).  Tragedias romanas del siglo pasado.  El caso es que uno aprende que esos pecados se manejan distinto, dejando que la gente opine enredada, por ejemplo.

4.
Pero lo que quiero decir no es eso, ni remotamente... lo que quiero decir es que no importa si la gente acierta o no cuando opina sobre uno.  Y que tampoco debe importarle a nadie lo que uno opine sobre ellos.  Son todos juicios sin contexto porque nadie lo conoce a uno lo suficiente y uno no conoce a nadie lo suficiente y además nunca la sociedad podrá ser tanta gente junta o podrá tener una forma tan cierta como para que una cosa de esas, un chisme, una mala opinión, tenga consecuencias reales más allá de las consecuencias que tenga sobre lo que uno piensa de uno mismo.

5.
En estas cosas pienso mucho cuando evoco a La Sociedad Manizaleña que dicen que opina mucho sobre uno, que es implacable.  Y yo me pregunto mucho quiénes son y en este caso particular a veces creo que sí sé... es una gente de la que estuvieron contando cosas entretenidísimas hace poquito y yo celebro que den motivos para que hablemos bien de ellos. Ojalá me inviten a una de sus swinger parties, aunque deben opinar que a estas alturas, como todavía me falta marido, no tengo con quién jugar.

Sí tengo. Que me invite La Sociedad que yo quiero opinar con ella.
O que no me inviten, para poder criticar.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Pelagra

Mi papá y mi hermana son dermatólogos.  Hoy en la mesa del comedor, como en más o menos tres de cada cuatro almuerzos familiares, ellos estaban discutiendo "un casito muy bonito" de una señora que encontraron perdida y que mandaron para el hospital psiquiátrico (especulo, esa parte de la historia me faltó, una licencia), y que fue remitida a dermatología porque tenía una enfermedad de la piel.  Resultó que la señora tenía pelagra que es la enfermedad de las tres D: diarrea, dermatitis y demencia y que se manifiesta en gente que se alimenta mal, y que como consecuencia de eso no tiene una vitamina que se llama niacina, y que puede terminar en la muerte.  Pero a uno le ponen la niacina y lo alimentan bien y rapidito, rapidito  - así dijeron - se alivia y queda otra vez de combate.

Este casito tan bonito fue discutido en una página que tiene la Asociación Colombiana de Dermatología para la que mi papá aportó la historia del ¿descubrimiento? de la enfermedad.  Como amo a mi papá y la historia me parece muy interesante la subo al blog.

Ahí va:

A mí me parece de mucho interés el conocimeinto de como se fueron encontrando las explicaciones de las cosa que dan en la piel. Hoy ya vamos en las moléculas, pero por algo más grande empezó la explicación de todo.  Brevemente y con la pelagra: el maíz. Lo llevó de América a Europa digamos que Colón – aunque no nos conste -, allá lo sembraron por todas partes porque daba un rendimiento de 80 y tantos granos por grano sembrado. El trigo sólo daba 4 granos por grano, ¡pucha!, la dicha para alimentar marranos y campesinos.  Aparecieron males mentales y calenturas en la piel en toda esa gente y nadie sabía el porqué.  Mató a más gente que la peste y que Hitler hasta que un gringo dos siglos después, un señor Goldberg en 1900 y tantos, notó que a los indígenas de México y vecinos de Centroamérica, no les daba pelagra... ¿y eso por qué si también comen maíz? Elemental, por un detallito, ellos al maíz para hacer su tortilla lo dejaban por la noche “cuajando” en agua de cal y esa cal hace que el maíz suelte triptófano, precursor de la niacina, ¿y qué pasa con los que toman isoniacida?, este antituberculoso lentifica la conversión del triptófano de la dieta normal a niacina. Eso es todo, queda uno como más fresco, ¿o no?
Quizás me faltó decir -para que se entienda bien- que el maíz que comieron los primeros enfermos de pelagra no tenía ni triptófano y mucho menos niacina.
Jairo


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Luego de contar eso y dado que mi mamá y yo nos interesamos en el asunto, mi papá y mi hermana se pusieron a hablar de un museo que está en París, que se llama L´Hôpital Saint Louis donde hay unos moldes en cera (moulages) que son representaciones realistas de las enfermedades dermatológicas.  Antes de las fotos así se enseñaba a los médicos a reconocer las enfermedades.  En Colombia también la Universidad Nacional tiene algunos moldes.  La parte de la historia de la medicina me parece una nota y la dermatología tiene mucho que contar dado que es una especialidad tan evidente, está todo ahí a simple vista.  Muy bacano.  En esos almuerzos familiares de contenido dermatológico uno de cada seis resulta interesante.

martes, 23 de octubre de 2012

La inconforme

Me da dificultad aceptar que tengo motivos para querer cambiar algo.
Ni siquiera uso con frecuencia la palabra inconformidad porque procuro que me guste lo que soy y lo que tengo.  Y me gusta.  O será de cómoda, o de miedosa.
Pero ya quiero cambiar.
Me aterra decirlo y que después no pase nada.  Que es lo más probable.  Por alguna parte hay que empezar.
Aquí en el blog donde suelo (o solía) empelotar esos sentimientos queda como muy bien decir que quiero que algo cambie.  A veces me ha pasado que con solo decir algo las cosas empiezan a obrar.  ¿Vio? Ya empecé por no hacer nada y dedicarme a esperar que algo extraordinario le dé un giro a todo lo demás.
Quisiera que no fuera solo un ímpetu, pero a veces siento que no tengo más que la fuerza para eso.  No sé si es de mansa o de miedosa... o si es la anemia. O la falta de claridad porque no tengo idea de qué quiero cambiar.

Quisiera ser empresaria de una cosa pequeña.
Quisiera hacer algo que sea tangible.
Quisiera vivir en clima caliente de vestidito.
Quiero un perro.  Sobre todo quiero un perro.

Ya está.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cien metros planos

Los estamos corriendo empinados. Los estamos corriendo cuesta arriba.  Nos estamos exigiendo más de  lo acostumbrado. Estamos haciéndolos rendir de una manera nunca vista. Estamos llevando todo un poco más allá de lo que ya hemos visto. Estamos cansados de correrlos pero seguimos intentándolo. Queremos alcanzar un meta que desconocemos. Queremos abrazar una gloria que es efímera.  Queremos llevar la corona de un triunfo pírrico.  Queremos ir contra la corriente y desafiar lo establecido.  Queremos ir en contra de todo lo que se ha dicho.  Queremos compartir el triunfo con otros que también se rebelaron.  Sentirnos respaldados por gente que no podrá ni aplaudirnos.  Gente que corre su propia pendiente.  Todos en una carrera en contra de nosotros mismos.  Los atletas que somos ya estamos muy cansados.  Cansados del desgaste de correr hacia arriba amarrados desde abajo.

La humanidad está conformada por un montón de gente finita que hace cosas excepcionales para que queden en libros o archivos que parece que durarán más que cada uno de nosotros como registro de lo impresionantes que podemos ser cuando nos exigimos.

En reposo, descansando, cómodos, parece que no somos nada trascendente.  Hay que correr 100 metros planos en menos de 10 segundos para que quede nuestro nombre inscrito en alguna cosa física que nos sobreviva con el fin de poder llevarle el hilo a los logros de la humanidad.
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Qué bueno que de verdad exista otra civilización y que alcancemos a conocerlos antes de que se apague el sol para poderles decir "miren lo que somos capaces de hacer con estas piernas".  Porque sino todo este esfuerzo, teniendo mucha gracia, tiene muy poquita gracia.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Tetas y marido

Otra entrada sobre mujeres.

En mi salón del colegio éramos 15 niñas.  Muy poquitas porque Los Cerezos pretendía educación personalizada que significaba - siempre digo lo mismo - al ritmo de la más lenta y teníamos dos compañeras que de verdad lo eran.

Eran también ellas las más montadoras del salón.  Gorda, piernas de futbolista, el papá de tal es traqueto, Zutana tiene mal tipo, mi papá dijo que no da cinco centavos por la virginidad de Perana, boca de negra, su novio es marica, qué piernas tan secas, enana, nerda, sapa, puta, en fin.

Las dos intentaron solucionar parte de lo que las llevaba a ser de esa manera con implantes mamarios.  No digo que todas las muchachitas que se ponen implantes mamarios son montadoras, digo que las ganas de atacar a los demás gratuitamente nacen de insatisfacciones personales.  Ellas eran lindas —mucho— y sin embargo sentían la necesidad de hacer sentir mal a otras niñas que, aunque no lo eran tanto, tenían algo que ellas no tenían: inteligencia, nobleza, bondad, amabilidad, no sé.

¿Desventaja para qué? Supongo que para conseguir marido, su única ambición.

Las dos tienen marido, las dos tienen tetas, pero conservan la actitud montadora.  Señas de que ni las tetas, ni los maridos, hicieron el trabajo que tenían que hacer: hacerlas sentir bien con ellas mismas porque a uno le pueden operar todo menos la autoaceptación.

Pero encajan, que sigue siendo la misma necesidad adolescente.

Yo no sé quién madura, parece que nadie.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Plumas en el nido

Cuando estaba en Medellín estudiando en la Universidad teníamos un amigo al que le decíamos Gallina.  Era la época de los beepers y el teléfono fijo.  Cuando terminábamos de estudiar, o salíamos de rumba, o por cualquier motivo nos despedíamos tarde y teníamos que irnos cada uno para su casa por separado, Gallina tenía la costumbre de ponerle un mensaje al beeper de una amiga en el que le decía "plumas en el nido" que eran las palabras clave para saber que ya estaba bien en su casa.  Ella me llamaba a mí o yo la llamaba a ella y así con todos los amigos, hasta que todos sabíamos que no faltaba ninguno por llegar a la casa...  Eso se nos pegó, nunca se me olvidó y ahora lo uso en twitter para decir que estoy metida debajo de mis cobijas.
No se me ocurrió a mí y siempre pensé que la frase era transparente, pero parece que falta que yo tenga apodo de ave plumífera para que la cosa acaba de cuajar porque cada rato me preguntan que eso qué significa y hasta hubo uno que me dijo que googleo la expresión para saber si tenía origen literario y no.

Ahí les cuento de dónde salió de eso.

lunes, 13 de agosto de 2012

El hámster

Al hásmter lo encontré muerto un martes.  Ese lunes había sido festivo.  Lo encontré en el lócker oscuro y frío en el que lo puse a vivir después de buscarle sin éxito un hogar y porque a mis 12 años (sí, es disculpa) no encontré nada más qué hacer con él.

Cuando en los colegios todavía se usaba abrir animales para, dizque, saber cómo funcionaban los organismos vivos nos pidieron llevar una rata de laboratorio para hacer lo debido en la categoría "mamíferos"; lo que ya habíamos hecho en la categoría "anfibios" con una rana que me pareció llena de nada por dentro.  Cualquiera que hubiera visto una maqueta hecha por alguna de las niñas de séptimo grado de mi colegio podía concluir fácilmente que no teníamos ni idea de usar un bisturí.  Así quedó la rana, un masato de sangre y lo que sea que tengan las ranas por dentro.

Con mi mamá buscamos mucho y no encontramos en todo Manizales al proveedor de ratas de laboratorio, lo único que pudimos hacer fue comprar un hámster en el Ley de Sancancio que en esa época tenía una sección de animales en la que también vendían tortugas.

Compré una mascota para disecarla. Un animal tierno para matarlo en clase de biología el lunes a las 10 de la mañana.  No me sentía muy bien al respecto.  Seguramente yo lo que quería era un animalito y encontré la excusa perfecta para comprarlo.  Sin embargo, lo llevé el lunes al colegio a clase de biología, tenía que hacer la patraña completa.  De esta parte no estoy muy segura, yo creo que sí tenía intenciones de ofrecerlo a la ciencia y no pude.

Marcela Muñoz fue la única, en un salón de 15 niñas, que encontró al proveedor de ratas de laboratorio.  Mary la profesora, estaba muy brava porque solamente dos niñas habíamos hecho la tarea de llevar una pobre víctima a la clase, así que nos tocaría agruparnos para ver un corazón diminuto, un estómago diminuto y demás cosas que traemos adentro los mamíferos en tamaño reducido como si matando una cosa llena de presas chiquitas la muerte se presentara también disminuida.

La rata era linda, blanca inmaculada.  Muerte por formol.  Poco formol, Mary calculó mal.  La rata adentro de una campana de vidrio.  La rata intentaba subir a la parte más alta.  La rata se empinaba.  La rata abría la boca todo lo que podía intentando obtener algo de aire limpio.  La rata sufría y no se moría.  La rata chillaba.  No vi nada más.  Cogí mi hamster y me fui a llorarle al capellán.

Le dije al cura que yo no iba a permitir que nada le pasara a ese hámster, que Mary me podía poner un uno, un cero o lo que quisiera, pero que yo lo iba a salvar.  Tenía un problema fundamental para mi causa: mi mamá no me lo dejaría tener en la casa.  Mi mamá ama el orden y la limpieza.  Me compró el hámster porque estaba segura de que yo lo iba a matar.  Si lo llevaba a la casa lo mataría ella.  Él se ofreció a llevárselo para el hogar de los sacerdotes del Opus Dei en Manizales.  San Francisco de Asis, la bondad existía.

A la semana siguiente me entregó el hámster.  Ya no podía tenerlo más.  La rectora del colegio se enteró del asunto y estuvo otra semana en su casa.  Pero luego de eso el hámster volvió otra vez a mí y a mis problemas para tomar decisiones.  Lo llevé a la casa.  No.  Mi mamá no me dejó tenerlo ahí.  Me lo llevé para el colegio.  Dónde lo pongo mientras tanto...

En el lócker vivió cerca de un mes al cabo del cual me dañó todos los libros y se cagó y orinó en todas las cosas.  Me lo merecía.  Me merecía algo peor.  El martes cuando llegué y lo encontré muerto lloré mucho por no haber hecho lo que debí haber hecho: soltarlo.  Seguramente se hubiera muerto tarde o temprano, incluso tal vez más temprano que tarde, pero se hubiera muerto suelto y no atrapado en un coco metálico donde lo puse yo por creer que conmigo estaría mejor que suelto.  Por boba.  Por creerme la Dian Fossey de los hámsters.  Porque la naturaleza mejor sola que con nosotros.

Por eso veo una araña en el baño y no intervengo para nada.  El hámster no tuvo ni nombre, lo boté en un basurero.  Nunca me he sentido peor ser humano.

jueves, 19 de julio de 2012

Hernán Arango Uribe


Este texto me lo pidieron en la U.  Es sobre uno de mis jefes.  Puede sonar a lambetazo horroroso, pero lo cierto es que Don Hernán ni visita mi blog ni sabrá que fui yo la que escribió esto.  Como además estoy convencida de lo que digo ahí y me gustó como me quedó lo publico acá para no perderlo.

Don Hernán Arango Uribe no es solamente uno de los fundadores de la Universidad Autónoma de Manizales y uno de los hombres de negocios más importantes que ha tenido la ciudad.  Es y será siempre un visionario y un emprendedor de todas las buenas ideas; un hombre que sabe que los éxitos están escondidos detrás de los detalles.  Por eso se le ve recorrer la Universidad preocupado porque la información de las carteleras todavía sea oportuna y no se hayan quedado allí colgados afiches de hace tres semestres; preocupado también por las matas de las que dice “nos hablan para pedirnos abono, que les mejoremos el sustrato”, y de la misma manera preocupado por lo que se hace o no se hace con la basura: “barran y boten basura, que yo le tengo oficio a todo lo que a Ustedes les sobra” le hemos oído decir muchas veces.  Un hombre recio y tierno al mismo tiempo, un apasionado de hacer las cosas bien hechas, de ponerle empeño y entusiasmo a todas las obras que engrandecen las virtudes humanas.  Es una persona ejemplar que, después de haber hecho todo lo que le correspondía hacer de acuerdo con su formación paisa – trabajar, casarse, educar a sus hijos y consentir a sus nietos – todavía tiene tiempo y ganas para seguir proponiendo ideas que parecen salidas de la cabeza de un hombre mucho más joven: ideas grandes, de gente que piensa sin egoísmos en el beneficio de todos… el beneficio de una ciudad que ha hecho suya hasta el punto de ser hincha del equipo local desde antes de que ganara Copa Libertadores de América y cuando los equipos de su natal Medellín ya acumulaban muchos triunfos; una ciudad a la que le ha aportado toda la fuerza y la energía vital de su trabajo.  Manizales tiene con Don Hernán una deuda.  Hoy, tenemos la fortuna de escucharlo hablar en esta, graduados, su Última Cátedra.

miércoles, 4 de julio de 2012

La Partícula de Dios

R: Encontré una partícula diminuta, John, que comprobaría la existencia del Bosón de Higgs.
J: Muéstrame, Roger.
R: Mírala, ¡es fantástica!.
J: Tienes razón, qué gran descubrimiento, tenemos que contarlo a todos.
R: Sí, pero cómo se los contamos, recuerda que esto necesita de las palabras precisas.
J: Hmmm... Las palabras precisas serían: La Partícula del Origen de la Masa.
R: Muy frío, no me gusta. No transmite nada, no hay experiencia de marca.
J: Tiene que ser un nombre que exprese la importancia, la grandeza de este descubrimiento.  El descubrimiento que da origen a todo lo que conocemos.
...
J y R: ¡La Partícula de Dios!
J: Listo, Roger, ahora sí estamos listos. Escribamos el comunicado y pidamos una cita en el Vaticano.

lunes, 25 de junio de 2012

Gríngolas

Para limitar la visión panorámica de los caballos, el aparejo del cabezal tiene unas cosas que se llaman gríngolas.  Son esos pedazos cuadrados de cuero que les ponen al lado de los ojos y que hacen que los caballos solo puedan ver en una dirección, hacia adelante.

Así me ha parecido siempre la gente que cumple las normas y solamente las normas y que se niega a dejarse guiar por algo diferente de eso.  Algo como el sentido común, por ejemplo.  Muchos contadores y abogados me parece que sufren de una enfermedad que voy a denominar gringolitis y que consiste en la inflamación de ese apéndice metafórico hasta casi cegarlos.

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Cuando estudiaba en la Universidad las directivas tomaron la decisión de cobrar el uso del parqueadero como una medida para desestimular el uso del carro particular.  Parte de la medida contemplaba no cobrarle esa tarifa a los carros que llegaran con el cupo completo: cuatro personas.  Todos intentábamos cuadrar horarios y rutas para poder tener derecho al descuento.  Hubo otros - astutos - que se coordinaban con compañeros que iban a pie o en buseta para encontrarse una cuadra antes y presentarse en la puerta con la condición cumplida; pero me desvío, eso no es lo que quiero contar.  Lo que quiero contar es que un día llegamos en mi carro cinco personas legítimamente coordinadas para acceder al derecho del parqueadero gratis.  El portero insistió en cobrarnos, incluso después de que uno de nosotros abandonó el vehículo antes de pasar por la portería, porque la norma decía claramente cuatro personas por carro y no cinco, ni seis.  Cuatro, la norma decía cuatro.

Ayer estuvimos en un concierto de música popular en el que cantó Jorge Celedón.  No es la música preferida de mi alma, no me sé ni una canción, pero allá estuve muy en primera fila, mirando a Jorge desde muy cerquita, cogiéndole la mano cuando la estiraba, cantando los medios coros que me sé, admirada con la buena energía y lo bacano que canta y, sobre todo, pasando bueno con mis amigos que tenemos muy buena disposición para la fiesta así no nos maten los motivos.  Todo divinamente, hasta que la gente de logística se acordó de proteger al artista.  ¿De qué?  De nada.  Cuando se nos metieron por delante, atropellándonos y empujándonos, yo le pregunté a una - la única sensata - que de qué lo estaban cuidando si nadie estaba intentando quitarle la ropa ni nada por el estilo y ella, diminuta a lado de unos gigantones, me contestó que yo tenía toda la razón pero que esa orden les habían dado.  Seguramente alguien consideró, tarde, que de pronto la turba enardecida iba a acabar con Jorge Celedón y que para evitar eso había ahí una logística que no estaba usando y tal vez recordó un protocolo de seguridad que indicaba que una vez la fiesta se desata hay que controlarla, no sé.  Una vieja sí le tiró un brassier y le dio un beso.  Además de eso, nadie lo vilipendió. 

Y hay que ver a los revisores fiscales.  Uno pregunta que si puede hacer A y ellos dicen que no.  Entonces tal vez B. Tampoco.  ¿Cómo puedo hacerlo?  No, no se puede, no hay ninguna manera en la que sea legal hacerlo.  Ejemplo, porque van a decir que es bronca: ¿cómo puedo pagarle a facebook para hacer una de las campañas que ellos ofrecen para posicionar una marca y tener más seguidores en el perfil que tengo en esa red social?  No, no se puede.  No hay manera.  ¿Es en dólares? ¿Cuenta como importación?  Usted los puso a estudiar, entonces mejor no, no se puede.  Uno paga con la tarjeta de crédito personal y decide que después arregla con la empresa.  ¡Gravísimo!, nunca más volver a hacer eso.  ¿Cómo queda la empresa pagando en su tarjeta de crédito una deuda en dólares?  Muy mal.  No hay manera de justificarlo aunque sea perfectamente justificable.

Y ahora nuestro congreso.  Aprueban una reforma a la justicia que es un acto legislativo, es decir, modifica la constitución.  Para que la Corte Constitucional, que es la que tiene potestad en ese caso, pueda manifestarse al respecto, la reforma tiene que estar promulgada.  Pero si se promulga y entra en vigencia se arma el despelote jurídico del siglo: salen de la cárcel un montón de políticos que tienen procesos pendientes y los que están esperando fallo tienen que ser investigados nuevamente.  Que la ley puede ser archivada, no promulgarse, o convocar a sesiones extraordinarias para objetarla y hacerle las modificaciones que sean del caso - quitarle todos esos micos - pero que eso es absolutamente anticonstitucional, contrario a la norma.  Una medida política: como dejarnos entrar a cinco en el carro, no montar un cordón de seguridad cuando la turba se está comportando o permitir una compra en dólares de alguna manera.

Necesitamos caballos distintos o mejorar el diseño de nuestras gríngolas. Una de dos. Coz.  

jueves, 21 de junio de 2012

La parábola de los talentos

La parábola de los talentos cuenta la historia de un Señor que tomó sus bienes y los repartió entre tres siervos de acuerdo con sus capacidades.  A uno le dio cinco talentos, al segundo dos y al tercero un talento.  Cuando los llama a preguntarles por lo que han hecho con lo que él les ha dado, el primero y el segundo han doblado lo recibido, mientras que el último no hizo nada con el que le dieron y lo devuelve intacto.  El Señor felicita a los dos primeros y reprende fuertemente al último.  Los talentos son para usarlos.

Mi parábola es distinta:
Hay 3 hermanos a los que su padre ha dejado cinco talentos, dos talentos y un talento respectivamente.  El primero y el segundo, afortunados, dieron con dos mujeres con muchos más talentos que los suyos, así que lo que les correspondía mejor lo guardaron, tomaron decisiones seguras, pacatas, pobres.  El último, en oposición a su padre, mezquino siempre con él, tomó el suyo y se fue sus restos.  Ganó mucho, triplicó lo que le dieron y lo de sus hermanos.  Por malas decisiones, por oponerse a su padre también en su carácter y por la inoportuna intervención de la DIAN lo perdió todo.

Hay que ver lo que puede cambiar una parábola en la altura moral que encuentran los peleles que devuelven sus talentos intactos, frente a las equivocaciones acertadas de la gente osada.

En mi parábola a los 3 los va a reprender el Señor.

jueves, 7 de junio de 2012

Carta a mi hermana (1996)

En el 96, muchos años después de haber dejado de escribirle acrósticos a mi hermana en los que le pedía que por favor se alimentara para que no se desnutriera y un año después de que la vida me revolcó, le escribí a ella una carta formal que mi mamá guardó todos estos años y que es un "documento" que a mí me parece muy chistoso por el tono todo empeliculado con la vida y con esas certezas que tiene uno a los 21 años.  Reproduzco la parte que más vergüenza me da, que va después de una breve actualización sobre mi vida, que incluía un corte de pelo que recuerdo que sí me hice y una búsqueda de apartaestudio que no se concretó.  Ahí va:

"Te cuento que últimamente he tenido muchos problemas con mis amigos de este semestre porque somos muy intolerantes y muy bravos todos.  En este momento la cosa está como regular tres cuartos pero vamos a ver si se compone; de todas maneras yo mis problemas con la gente ya los solucioné y trato de arreglar los de los otros pero tampoco soy superman.  A mí eso me duele mucho porque tu sabes como soy yo de boba y como trato de que todos se amen como yo los amo pero maravillas y otros milagros sí no realizo fuera de horario de oficina; tenemos muchos defectos, somos orgullosos, rencorosos, intolerantes, ofuscados y hablamos feo, pero yo creo que de todas maneras nos queremos.  En fin, somos humanos.

Te dejo para que pienses esta frase que me dijo Clau, porque estábamos hablando de las burradas en general que a veces comentemos los seres humanos:

"Definitivamente... nosotros somos animales y nos creemos gente"

Si uno la analiza bien es muy cierta y muy triste.  ¿Qué tendremos que hacer para volvernos más civilizados?, unos piensan que Dios es la solución, otros que la guerra, yo pienso que hay que buscar adentro de cada uno y sacar todo el amor que se pueda sin importar que tan distintos seamos.  Ahí se resume todo, no vale religión, país, color, sexo, pendejadas.  Solo el amor; esa es la perfección y hay que tratar de ser perfectos.  Tal vez sea muy difícil pero no imposible, podemos seguir teniendo defectos pero si amamos a los demás definitivamente somos más civilizados, porque amar implica respetar ante todo, aunque no haya mucho que admirar de una persona y nos parezca bobo, tenemos que tratar de amarlo y respetarlo y no meternos en lo que no nos importa, pero para esto todos tendríamos que pensar así y desafortunadamente hay gente que cree que puede intervenir en la vida de otros activamente como Estados Unidos y no respetan, es decir, uno puede dar consejo cuando se lo pidan pero uno no puede cambiar a los demás.

También hay otra cosa que es importantísima, tal vez más, antes que amar a los demás.  Uno tiene que amarse a uno mismo y no atentar contra su salud ni su espíritu para poder dar amor a los demás este es el principio de todo.  Alguien que se quiere harto y está contento consigo mismo no tiene por qué cogerla contra los demás.

Ojalá todos fuéramos capaces de ser un poquito así y acompañar todo esto de buen humor, chistes, risas, fiestas, trabajo del bueno, gente, frescura y etc., etc., etc., todas esas cosas que hacen que la vida no sea monótona y así:

¡EL MUNDO SERÍA UNA RUMBA TOTAL!

Viviríamos delicioso y habría que acabar con el dinero, el poder, las clases sociales y esas porquerías que dividen a las personas en grupos, fronteras, religiones (todas), idiomas, dogmas, paradigmas, verdades absolutas y que la única verdad fuera que todo depende, que no existe ninguna verdad, que cada uno vive con su propia verdad y que no trata de imponérsela a nadie.

Qué dicha que todos fuéramos perfectos, pero como no es así, tocará seguir manejando las cotidianidades absurdas que nos hacen dar iras y que nos hacen también ser malas personas y madurar y al madurar dejarnos llevar por la corriente y por lo que se supone que es normal y socialmente aceptado, perdiendo las cosas más chéveres de la inocencia como la intrascendencia, la frescura y la facilidad para aceptar a las personas.

Tal vez por eso yo soy todavía muy inmadura, porque no quiero seguir con la corriente, pero cada día que pasa me monto más en este rollo y me bajo del idealismo y de la nube en la que vivo y me doy más cuenta de que la gente no es perfecta ni todos están interesados en amar a todos, ni siquiera en apreciar a todos, cada uno busca lo personal y ya nadie lucha por el conjunto y los que queríamos ser así nos cansamos de ser los únicos en tratar y tratar y ver que mientras se sufre por los demás, los demás ni cuenta se dan y todos tenemos un poquito de eso, tampoco soy Sor Juana Inés de la Cruz, ni me gustaría.

En fin, yo solo quiero ver a todo el mundo contento y me puse como trascendental, esa es mi lucha, entre el odio y el amor, la realidad y la fantasía.

Chao, T.A.
Anita, la hermanita que más te ama en el mundo entero, muérete después que yo".

viernes, 1 de junio de 2012

Una deuda

Me acerqué sobre todo porque me gustaba, o creía que me gustaba.  Es una de esas personas que uno mira y con verla calcula que puede parecerse a uno... entonces me gustaba o creía que me gustaba.  Tenía novia, así que con cautela me acerqué con dos seguridades que me acompañaron siempre: si me para bolas, qué bueno; si no me para bolas de todas maneras qué bueno un amigo como él.
Era ambiguo.  Nunca supe bien si le gustaba o no.  Decía una cosa - "soy fiel, el más fiel, nadie tan fiel como yo" - y actuaba otra: una coquetería morronga que sin ser culpable no podía ser inocente del todo.  Yo, apegada a la literalidad de los manes, siempre le creí lo que le oí decir, porque mejor eso que andarse haciendo ilusiones.  Aunque también las tuve.
Nunca le dije nada, ni una palabra.  Me contaba de su novia, yo le contaba mis historias y nos hicimos amigos, los más amigos, lo adoraba.

Un día decidí confesarle que me había gustado, que había estado hasta enamorada... no sé para qué hace uno esas estupideces aunque haya servido para ponerlo en evidencia.  Pensé, tontamente, que éramos esa clase de amigos que pueden con esas verdades.  ¿No han sentido nunca que ustedes pertenecen a una raza extraña de personas que tienen las relaciones más especiales, indestructibles, que nadie, nadie, quiere como ustedes quieren? Esa idea siempre es falsa.  Cobarde, como muchos amigos ambiguos, me mandó una razón sobre su incomodidad con alguien más y nunca, jamás, me explicó ni una palabra de lo que le molestó ni tampoco me volvió a hablar.  No se la puse fácil, esta es tal vez la primera o segunda noticia que él tenga acerca de lo que yo sentí en ese momento, actué con lealtad y con temor porque sé de la fuerza de sus palabras y no quería someterme a malos tratos ni a medir mi dolor con lo que sea que él estuviera sintiendo.  Pero me dolió.

Este blog lo abrí por él, porque él me lo sugirió.  Así que aquí le quedan consignadas por si quiere cobrarlas las últimas palabras que me quedan sobre él.

viernes, 25 de mayo de 2012

Multas de tránsito

A mí me parece charro que los policías hayan filmado a Merlano.

Hace como dos años íbamos en una camioneta para cinco personas ocho integrantes del octeto vocal Kumae.  Yo cantaba ahí.  Nos pararon unos policías que nos iban a multar por sobrecupo y porque la tarjeta de propiedad del carro en el que íbamos casi no aparece. Les dijimos de todo a los agentes de la ley, que por favor, que nos devolvíamos a pie, que nos regañaran pero que no nos multaran; terminamos cantándoles, aquí está la historia.  No nos íbamos a dejar partir.  No nos dejamos... o no quisieron partirnos.

Los policías nos perdonaron el parte, nos dejaron seguir, porque ellos tienen antes que autoridad, poder.  Ellos finalmente deciden si le ponen a uno el parte o lo dejan seguir.  Y dejan seguir a muchos sin siquiera cobrarles un soborno... a mí me han puesto poquitos partes, jamás he pagado un soborno a un policía de tránsito y he cometido muchas infracciones.

Es que ustedes no saben quién soy yo cuando me propongo no dejarme partir.  Los policías sí saben, yo soy la que canto.

Entonces, dado que los policías deciden si lo parten a uno o no, me parece charro que se hayan puesto en esa discusión con el senador.  Me da la sensación de que los policías lo querían emproblemar más de la cuenta, no solo cobrarle el parte o hacerle una prueba de alcoholemia, sino filmarlo para subirlo a redes sociales y ponerlo en evidencia: ¡que lo juzgue el gran hermano! cuyo veredicto, además, no se hace esperar... y yo no soy conspiparanóica, pero me parece raro.  Parece como si el senador les hubiera caído particularmente gordo, como si se hubiera vuelto personal.  Se ensañaron con él.

Me parecen pendejos todos.  El Senador que no es capaz de ganarse por las buenas a unos tipos como él.  Y los policías también que les dio por llevar eso a las "últimas consecuencias", a no ser que estén sirviendo a otros intereses que desconozcamos.  Hay una actitud de los policías que se alcanza a ver en el video, una actitud displicente, en la que me parece que le quisieran decir al senador  "aquí te tenemos, te estamos filmando", y que me parece impropia de gente que está defendiendo la ley.

Aquí nadie cree en la ley, ni los que la hacen, ni los que la ejecutan, ni a los que nos toca.
A mí no me parece que ahí haya a quién defender.

jueves, 24 de mayo de 2012

La hombría, ese bien delicado

El otro día le dije a un amigo delante de mucha gente que era una de las personas más nobles que conocía, porque a pesar de conocernos bien y de haber tenido discusiones en más de una ocasión, él todavía me habla.  Creí estar haciendo un piropazo cuando el tipo en cuestión me dijo, en privado, que eso sonaba a que él era mi amigo pelotón, pero que muchas gracias.

Como varias cosas así me han pasado últimamente, yo reaccioné un poquito ofuscada porque no sé qué les pasa a los tipos a los que uno les dice, o peor, dice de ellos, que son tiernos, queridos, simpáticos osos de peluche que parece que todo eso significara que están emasculados, que no tienen pipí.

Es decir, sé que es un salto largo pasar de decir eres tierno a que eso signifique "no tienes pipí", pero parece que a los tipos muchos adjetivos relacionados con la bondad de su alma los hace pensar que los vemos como personas inofensivas, amigos inocentes que no podrían lastimarnos, gente que nunca nos haría una propuesta indecorosa, como si a nosotras se nos olvidara que ellos todo eso podrían hacerlo con solo querer y que lo que pasa es que no quieren.  No es que no puedan, es que no quieren... pero si quisieran... ah, si quisieran... ¡ellos podrían! No se nos olvide, señoritas, ellos tienen con qué.  Y no solo tienen con qué sino que nunca los olvidaríamos.

Hay ahí una especie de guerra de poder, que seguramente está relacionada con la igualdad de géneros, con el mensaje que los hombres han recibido desde hace tanto tiempo "los niños no lloran" que en el fondo quiere decir que no son vulnerables, y el que hemos recibido las mujeres de ser tímidas y castas.  De que el coqueteo es propuesto siempre por los señores y que nosotras se supone que nos quedamos estáticas esperando a que nos hablen, a que nos propongan y a que nos digan cosas bonitas mientras temblamos con disimulo.

Entonces será muy raro que uno, sin dársele mucho, le diga a un tipo delante de un grupo de gente que es un bonito: - ¡Eres un lindo! Y los tipos se quedan sin saber qué hacer: - Hmmm... ¿gracias? ¿Eso es un piropo?

Es un piropo.  Lo que le da a uno ganas de no saber si pueden o no pueden "deshonrarlo" a uno, señores, es que no los sepan recibir con gracia y sin dudar de su hombría.

jueves, 10 de mayo de 2012

El hombre para mí

- No era la mujer para mí, se había convertido en una puta.
- ¿Cómo así, cobraba?
- No, no, pero, a mis ojos ya no era la mujer para mí.
- ¿Qué hizo?
- No, no, no... no era la mujer para mí.
- ¿Qué le reprochas?
- ... Se separó del marido y andaba dándolo por todas partes.
- ¿Estás seguro?
- Eso decían.
- ¿Con cuántas viejas te has acostado tú?
- No seas insolente.
- ¿Te crees mejor que ella?
- No, pero esa no era la mujer con la que yo quería formar una familia.

Es gracioso que haya padres criando hijas que resultan ser mujeres con las que no se casarían.

viernes, 13 de abril de 2012

Besitos

Bajábamos por la iglesia de Palermo cuando Julián me dijo:
- Hay una canción que dice "la madre de Ana dice que no está", les sale.
- ¿De quién es?
- De Hombres G.

La oí hoy, 23 años después.

En esa época me faltó el amigo que me prestara el cassette, me faltó empeño, lo que sea.  Me arruga un poquito el corazón haber tenido ese recuerdo tan claro, tanto tiempo; la tarea pendiente de pararle bolas a la canción que me salía cuando tenía 14 años y mi mamá y mi papá me prohibieron ser novia de Kokorikito porque con esos besos que nos pillaron dándonos en la puerta de la casa, con el uniforme del colegio puesto, dando lora en la calle, rodeados de amiguitos en bicicletas, les pareció que me quería comer y que seguramente lo iba a lograr.

Fuimos novios 6 meses a escondidas.
Mis papás no tenían nada que temer.
Nada demasiado serio que temer.

lunes, 12 de marzo de 2012

Noviembre del 85

Por esos días parecía que la ceniza volcánica ensombrecía todo, como si no cayera directamente sino que se quedara suspendida ahí en el ambiente, flotando e impidiendo que entraran los rayos del sol.  O tal vez tengo el recuerdo de un solo día nublado y quedé con la impresión de que así transcurrieron muchos meses.

Estábamos en quinto de primaria y teníamos asignado un salón chiquito que daba directamente a las canchas y al patio del recreo, es decir, hacia afuera... como en las fincas, que tienen esos cuartos sin baño que dan al cafetal, en los que uno siente que nunca está adentro.

Fueron hasta el colegio a visitarnos unos geólogos de Ingeominas quienes nos explicaron, con la ayuda de un mapa, que el colegio estaba en la "zona naranja que ven acá".  El mapa tenía dibujada toda el área de influencia del volcán.  Ahí veíamos a Manizales como un punto grande en la zona de color amarillo pálido y a nosotros, como un punto diminuto, pintados en un circulito adyacente a la zona roja que correspondía al volcán directamente... "pero tranquilas, que nada les va a pasar". Eso sí, había que estar preparados para una eventual explosión.  No se podían detener las clases y, si los temores llegaban a materializarse, no iban a permitir que nuestros papás fueran por nosotras al colegio.  Eso me contestó una profesora mientras yo intentaba imaginarme a mi papá obedeciéndole a ella cuando llegara cual superman a rescatarnos a mi hermanita y a mí. "Que se entienda ella con él", pensaba yo.

La solución ofrecida estaba contenida en una circular que nos pedía llevar al colegio entre otras cosas: un sleeping o un colchón, linterna, pito, pilas, cobija, tapabocas y todos los enlatados que pudiéramos comprar.  No sé por qué el colegio permitió que cada una administrara sus provisiones, con lo que las salchichitas enlatadas y las lecheritas desaparecieron rápidamente mientras esperábamos lo peor.  Si "lo peor" llegaba a ocurrir nos iba a coger mal preparadas, porque nada de eso duró.

Lo que recuerdo de los días previos a la explosión del volcán, junto con el cielo oscuro permanentemente, es un salón de clase surcado por la luz de muchas linternas.  Cada una envuelta en su cobija, con los tapabocas puestos... en la mano que quedaba libre el lapicero y los cuadernos sobre los pupitres llenándose con las notas que tomábamos de acuerdo con lo que íbamos resaltando con la luz sobre el tablero.

Finalmente el volcán explotó cuando estábamos durmiendo, ese año no volvimos al colegio.

martes, 28 de febrero de 2012

Cómo desenamorarse

El profesor dijo que lo más importante era que uno de verdad quisiera desenamorarse.  Que uno tenía que querer dejar de querer, pero de verdad.

Que luego era importante empezar a tratar al otro como a cualquier persona, ni mejor ni peor que a nadie y sobre esa idea centró todo el discurso.

Entonces, dijo:

Si tiene que hablar con esa persona, háblele, pero no busque excusas para hablarle si no tiene que hacerlo.

Si tiene que pasar por donde esa persona, pase, pero no dé las milquinientas vueltas para pasar por el frente de su nariz si no tiene que hacerlo.

No lo trate mejor que a los demás.

No lo trate peor que a los demás.

Cuando tenga que verlo o hablarle piense en cómo trataría a una persona que no le importa y dele el mismo trato.

Y deje al tiempo actuar.

Eso fue en 1998 en EAFIT. Uno de los profesores más queridos, aunque a pesar de eso se me haya olvidado su apellido, Gustavo algo... Un señor de más de 60 años con una cara de sabio impresionante; una persona de esas que uno se imagina que sabe de lo que está hablando. Un paisa sin pretensiones, tranquilo.

Uno debería empezar siempre por ahí, porque no importa si uno hace todo lo contrario, el amor se acaba, se diluye en el tiempo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Veinte años no es nada...

"... a él sí le dije una vez que le agradecía mucho el haberme mostrado que no todas las personas eran buenas... recuerdo su reacción mucho más seria del tono con el que yo le hablaba, que era casi con cariño".

No tengo ni idea por qué no lo odio, debería odiarlo.  Hoy caminé un rato desde Las Palmas hasta mi oficina pensando en eso... pensando que tal vez sólo me sienta libre sola, condenada a mí misma, dándome ánimos de esa manera evasiva que me gusta tanto diciéndome que siquiera soy entretenida.

LM: ¿Tengo un mensaje en mi celular donde dice que usted me necesite para que le ayude con la compra de un carro?
AM: No. Usted no se acuerda de mí.
LM: ¿Ana María Mesa...? Hmmm... no.
AM: Yo trabajé con usted hace casi 20 años.
LM: Ah, Ana María, hola, ¿cómo estás?
AM: Bien, gracias...
LM: Ahhh, Ana María Mesa de Eafit... ¡Hola muñeca!

Sigo sin poder odiarlo.

martes, 7 de febrero de 2012

En retrospectiva

Tal vez nunca estuve tan enamorada, tal vez no tenía tantos motivos para llorar ni tantos para reírme, tal vez no tenía que estar tan angustiada, y tal vez los amigos que creí tener y que me dolió dejar no eran los amigos que tenía que tener.  Tal vez el tipo este no era tan buen polvo, tal vez no dolió tanto que esa historia que me parecía necesaria no pudiera ser... en la distancia todo parece menos grave, menos serio, menos doloroso, menos angustioso, porque aquí seguimos a pesar de todo lo que parecía que iba a detener mi mundo alguna vez.

jueves, 26 de enero de 2012

¿Va por buen camino su traga tuitera?

"... es bien tenaz la fascinación que uno puede sentir por las opiniones de alguien . La reacción se puede llegar hasta a confundir con un crush de quinceañera soñadora". @Cosasdek, entrada anterior: ¿Quier ser Usted tuitcoordinador?, me desahogo, Permiso, 2012, etc.

Si no tiene traga tuitera, ni se moleste en contestar el test.  Los demás, anótense un punto por cada respuesta positiva:

1. ¿Lo sigue su traga tuitera?
2. ¿Su traga tuitera le charla amable en el TL?
3. ¿Se han cruzado DM's?
4. ¿Revisa todo el TL buscando solamente el avatar en cuestión para comprobar que todo lo que dice le gusta?
5. ¿No se ha perdido ni un solo tuit de ese TL?
6. ¿Frecuentemente pone el nick de su traga tuitera en el buscador para saber de qué y con quién anda conversando?
7. ¿Ya le confesó a esa persona que es su traga tuitera? (¿Qué está esperando?)
8. ¿Ya la agregó en fb?
9. ¿Después de agregarla en fb, confirmó que esa persona le gusta?
10. ¿Le ha conversado por alguno de los servicios de chat?
11. ¿Consiguió su teléfono?
12. ¿Ya llamó?
13. ¿Ya se vieron?
14. Diga la verdad, ¿ya no tiene necesidad de contestar este test?
15. Esta bien, todavía es necesario contestarse algunas preguntas ¿está dispuesto a recorrer ese camino de la virtualidad hacia lo analógico?
16. ¿Viven en el mismo país?
17. ¿Tiene cómo y está dispuesto a viajar con frecuencia por las carreteras de este país?
18. ¿Sabe usar skype? ¿Entiende lo delicado de esta pregunta?
19. ¿Viven en la misma ciudad?
20. ¿Qué pasa? ¿Es tímido?
21. No puede evitarlo ¿es rolo?
22. ¿Conoce el estado civil de su traga tuitera? ¿Lo dedujo de sus tuits?
23. ¿Su traga tuitera no tiene compromisos a saber? Con claridad ¿su traga tuitera no está casado/a?
24. Diga la verdad, ¿ese asunto no le interesa?
25. Volvamos al TL ¿le ha enviado mensajes que insinúen al público tuitero en general que usted es alguien más que un simple seguidor?
26. ¿Le favea todo lo que escribe o, al revés, no le da ni un fav para no ser tan evidente?
27. ¿Hace igual con los RT?
28. Es decir, ¿usted mide su interacción con su traga tuitera de manera consciente para no parecer el más intenso pero sí interesado?
29. Peor aún, ¿usted no le da ni un RT y ni un fav para que nadie más conozca a esa persona?
30. ¿Ha soñado con su traga tuitera?
31. ¿Ya le contó?
32. ¿Chatean por DM?
33. ¿Le deja mensajitos cifrados en el TL con HT que solo esa persona entiende?
34. ¿Siente celos de otros tuiteros cuando ve que le conversan a su traga tuitera en tono amable o personal?
35. ¿Ya empezó con las dedicaciones musicales? ¿Ya terminó con todo el repertorio que se sabe?
36. ¿Cree en twitter como escenario para el amor?
37. ¿Está apuntando en diferentes frentes?
38. ¿Usa el HT #AQC o #EQEE sin la certeza de que al que corresponde y el que tiene que entender entiende?
39. ¿Ya ha tenido otros romances por twitter y sabe cómo es que es la vuelta?
40. ¿Le da follow a los amigos de su traga tuitera y les charla simpático/a?
41. ¿No sabe cómo explicar en su casa que está tragado de un avatar?
42. ¿Está dispuesto a decirle a su familia "nos conocimos en twitter"?
43. ¿Vive sorprendido con todo lo que le puede gustar a uno alguien sin haberlo visto en la vida?
44. ¿Ahora comprende mejor los romances epistolares de antes?
45. ¿Hace tuits cifrados sobre su traga tuitera?
46. ¿Sabe que está tragado porque la calidad de sus tuits empeora y porque se le vive ocurriendo que "menamoré" o cosas parecidas son un buen tuit?
47. ¿Tuitea con frecuencia sobre el amor y su traga tuitera a veces se alude?
48. ¿Quisiera tuitear a los cuatro vientos que tiene traga tuitera?
49. Si esto cuaja ¿verá recuperada la inversión en ese BB con plan de redes sociales?
50. Por ahora, ¿no le gusta nadie IRL?
51. ¿Cuando ve aparecer a su traga tuitera en el TL reza para que se le ocurra inmediatamente alguna genialidad?
52. ¿Cambia su avatar cada dos días para que esa persona conozca otras facetas suyas?
53. ¿Suspira cuando twitter le dice que su traga tuitera es similar to you?

0 - 10 puntos: Usted no ha aprendido a usar twitter, esto puede ser más entretenido.
11 - 30 puntos: Avance, pierda la timidez, dele follow a un costeño, aprenda. El benchmarking enseña.
31 - 49 puntos: Eso va muy bien. Clarifique sus intenciones, no sea que sus expectativas no se correspondan.
53 puntos: Usted sí sabe para qué es twitter. Tiene tantas tragas tuiteras que no supo con cuál de todas aplicar el test.  Le garantizo el éxito, incluso varios, eso por algún lado explota.

domingo, 22 de enero de 2012

¿Quisiera ser Usted tuitcoordinador?

Anótese un punto por cada respuesta afirmativa:

1. ¿Da instrucciones sobre el uso de twitter?
2. ¿Sin falta, todos los viernes da #FF?
3. ¿Anuncia los unfollow? ¿Si los recibe o si los da?
4. ¿Califica tuits con palabras o expresiones como "grande", "tuitazo", "chapeau", etc?
5. ¿Le dedica a twitter un número de horas diarias digno de salario con prestaciones?
6. ¿Da followback en un 90% de los casos porque "no sabe uno de qué se puede estar perdiendo"?
7. ¿Le da la bienvenida a los nuevos followers?
8. ¿Guarda sus tuits más faveados o retuiteados o ambos?
9. ¿Guarda tuits de otros tuiteros?
10. ¿Hace RT de manera indiscriminada porque siente usted la responsabilidad con sus seguidores de darles a conocer a sus "descubrimientos"?
11. ¿Siente que ha "descubierto" tuiteros?
12. Diga la verdad, ¿es vanidoso?
13. ¿Hace referencias desobligantes a facebook?
14. ¿Le parece que la gente de twitter es superior a la gente de facebook?
15. ¿Se considera buen tuitero?
16. ¿Cree en la importancia de twitter?
17. ¿Anuncia los #FF que le hacen los famosos?
18. ¿Le hace RT a los #FF que le dan?
19. ¿Le cree a la gente cuando le dicen que usted es maravilloso? ¿Cree en el criterio de quién le diga siempre eso?
20. ¿Se considera un aforista?
21. ¿Es usted de los que cree que twitter debe usarse solo para crear aforismos?
22. ¿Se sueña tuits?
23. Diga la verdad, ¿está buscando el amor en twitter?
24. Diga la verdad, ¿cuando lo encuentre, descansaremos?
25. ¿Le da fav a todos sus #FF esperando que la gente consulte la ventana "activity"?
26. ¿La gente lo adula?
27. ¿Es usted un adulador?
28. No puede evitarlo, ¿es rolo?
29. ¿Es amigo de todas las personas "correctas"?
30. ¿Invita a personas a unirse a twitter?
31. ¿Habla de twitter en todas las reuniones sociales a las que asiste?
32. ¿Se reúne con otros tuiteros para hablar de twitter?
33. ¿Ha dicho cosas como "usted esperaría que estas tuiteras tan maravillosas fueran gordas y no, no lo son"?
34. ¿La gente le hace mentions esperando un RT?
34. ¿Ha liderado algún HT o algún tema en twitter?
34. ¿Twitter le ha bloqueado los tuits por superar las cuotas diarias?
35. Cuando eso sucede ¿manda razón con alguien más para que todos sepamos lo que ha sucedido y estemos tranquilos?
36. ¿Tiene algún buen amigo que le haya dicho que usted está como obsesionado o que ha desarrollado una adicción hacia twitter?
37. ¿Hace listas de tuits?
38. ¿Las publica en alguna revista?
39. ¿Las publica en el Malpensante?
40. ¿Piensa que lo suyo es pura amabilidad y que lo que pasa es que si no lo entienden es porque no han comprendido que twitter es primero que todo una red social?
41. ¿Cuando informa por qué quienes lo siguen deben seguir a alguien más aclara la rosca a la que pertenece el personaje recomendado?
42. ¿Cree que con 3000 seguidores y 3000 seguidos ya abarca twitter?
43. ¿Ha perdido el sentido del humor por culpa de twitter?
44. ¿Coge los indirectazos cuando son con usted? ¿Por ejemplo los de esta servidora?
45. ¿Cuando le dicen cosas como "usted es el dueño de twitter", usted aclara que "no, no, qué vergüenza, muchas gracias"?
46. ¿No se pierde ninguno de los encuentros de tuiteros a los que lo invitan?
47. ¿Se da auto #FF?
48. ¿Sabe decir, con datos actualizados, cuántos seguidores tienen algunos de sus tuiteros favoritos?
49. ¿Le sorprende que la gente no dedique la misma cantidad de tiempo y energía que usted a twitter?
50. Por último, ¿siente que su vida empezó con twitter?
51. ¿No tiene cuenta en twitter pero tiene un ejército de amigos a los que regala tuits?

Respuestas:
0 - 10 puntos: Eres nuevo, tienes menos de 100 seguidores... huye, corre.
11 - 30 puntos: Si llevas mucho tiempo en twitter y este es tu puntaje, parece que estás a salvo. Si llevas poco tiempo en twitter y este es tu puntaje, hay que tomar algunas medidas de protección.
31 - 49 puntos: Estás en serios problemas, deja de darle RT a los #FF y tómate libres unos días.
50 puntos: @luisharistizbal, si te faltaba alguien para el número 36, aquí estoy yo para servirte.

Ricardo Bada, por supuesto, tenía que incluirte a ti.

domingo, 8 de enero de 2012

Cerrado por inventario

Creo que tenía 13 años cuando empecé a trabajar en la papelería todas las vacaciones de final de año hasta que cumplí 16 años.  Mi mamá me hacía comprar una forma Minerva 10-03 y llevársela a mi tío con todo el protocolo.  Siempre sentía que los estaba metiendo en problemas y que mi solicitud les suponía una incomodidad que podía terminar en que la policía me encontrara ahí y se llevara a mi tío para la cárcel por tener menores de edad trabajando: una de las formas de esclavitud.  Pero una vez me explicaban eso, cómo me iban a contratar y cómo lo iban a manejar contablemente yo me ponía un delantal y empezaba a "trabajar".

Lo que más me gustaba de ese trabajo es que conocía mucha gente que me parecía interesantísima.  Los empleados de la papelería fueron los primeros amigos que hice por fuera de mi casa o del colegio, eran personas adultas que me cuidaban muchísimo, como si fuera responsabilidad de ellos enseñarme algo mientras estuviera ahí, pero que nunca me hicieron sentir menor que ellos.  Creo que la primera traga seria también la tuve allá: un ayudante de temporada navideña que entró a trabajar en la bodega; no me acuerdo cómo se llamaba, pero me parecía divino, como el Tony de West Side Story, peliengominado y todo.  Creo que yo también le gustaba, pero nunca pasó nada.  Solamente una vez bailamos lambada en la bodega frente a los ojos protectores de Doris, la jefe de esa área y los otros 3 que estaban ahí... qué escándalo.  En su último día de trabajo me pidió el teléfono y nunca me llamó.

Trabajé siempre en la sección de tarjetas, credenciales y esas cosas románticas de Timoteo o lo que sea que haya precedido esa moda, ya no recuerdo; pero como a mí me encantaba atender personas nunca me quedaba en la sección que me habían asignado, yo acompañaba a la gente hasta donde estaban las cosas que necesitaban, creo que era porque me esmeraba para ganarme un halago por mi manera de atenderlos y porque generalmente lo lograba, vanidad de vanidades.  Me gustaba que me reconocieran el esfuerzo que había hecho en aprenderme todas las clasificaciones de los papeles y los espesores del icopor, el corcho y el balso.

Mi tío era muy exigente con el trabajo.  Una vez que pasó por mi lado y vio que yo no estaba haciendo nada me preguntó que si estaba de balde... aprendí el significado de esa expresión y que si no estoy haciendo nada igual puedo estar sacudiendo, así que permanecía con un trapo rojo en el bolsillo del delantal para que cuando todo estuviera limpio y en orden yo pudiera sacudir lo sacudido y no ganarme un regaño tonto dándole a mi tío la oportunidad de lucirse reprendiendo a la sobrina delante de todo el mundo.  Si mi tío iba a hacer el papel de empleador burgués, yo hacía divino mi papel de proletariado y lo criticaba a sus espaldas y salía a comprar frutas y buñuelos a escondidas para mis compañeros.  Qué podía hacer... creo que se hacía el que no se daba cuenta para no tener que despedirme.

Aprendí un montón de cosas.  Lo raro de esos aprendizajes es que nunca nadie me dijo que estaba aprendiendo nada, así que me he ido dando cuenta de que aprendí cosas a medida que las he tenido que explicar a otras personas.  Aprendí cómo funcionan los códigos, como se hacían pedidos a la bodega, como se despachaban y cómo había que recibirlos; aprendí a poner precios, a cuadrar caja y a hacer arqueos; aprendí un poquito a costear servicios, a hacer pedidos a proveedores teniendo como referencia las existencias y la demanda, a atender gente y a lidiar con las personas; creo, honestamente, que en mi familia corre el gen de manejo de personal que no me quisieron heredar... esos que eran empleados de la papelería todavía aman a mis tíos y a mi mamá.  Y aprendí a hacer inventarios: todos los años, entre la temporada navideña y la escolar cerrábamos la papelería durante 3 días completos y lo contábamos todo para darnos cuenta de que siempre se perdían cosas.  Años después, cuando por primera vez y milagrosamente, el inventario cuadró peso con peso, fue que supimos que algo raro estaba pasando y que nos estaban robando.

A pesar de que estaba chiquita, ese trabajo en la papelería es de los que más cansada me ha dejado en la vida, eran jornadas de más de 8 horas de pie, subiendo y bajando, cargando, llevando y trayendo, ¡delicioso! Todo el día haciendo cosas sencillas pero muy gratificantes... y esto va a sonar cursi, pero creo que lo que lo hacía tan bueno era servir.  Servirle a la gente, ayudarle con cosas muy simples, ayudarle a comprar papel.  Una tontería.  Como adulta solo recuerdo otro trabajo similar que me dejaba la misma sensación.  Parece que lo que me mueve es la gente... y servir.

Habrá que tomar nota: cerrado por inventario.